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Guía para una arquitectura sostenible

La arquitectura sostenible, aunque tiene una considerable historia detrás, ha emergido como una necesidad en un mundo cada vez más consciente de los desafíos ambientales y sociales. Para los arquitectos profesionales y todos los involucrados en el ámbito de la arquitectura, adoptar prácticas sostenibles no solo es una elección ética, sino también una responsabilidad hacia las generaciones futuras y el planeta que habitamos. 

Con esta idea en mente, desde NAN hemos querido compartir esta guía con los principios fundamentales y las mejores prácticas básicas a las que se debe aspirar a la hora de practicar una construcción y arquitectura sostenibles.

Diseño integrado y planificación eficiente

Este concepto abarca un enfoque integral que considera el entorno en el que se inserta un edificio o vivienda, las necesidades de sus futuros habitantes y el impacto ambiental que genera

Es decir, es necesario fomentar la colaboración interdisciplinaria entre arquitectos, ingenieros, urbanistas y otros profesionales desde el inicio, garantizando una planificación holística que optimiza recursos y minimiza impactos negativos. 

Mejores prácticas: 

  • Comenzar el proceso de diseño considerando el contexto ambiental, cultural y social del lugar. Priorizando la eficiencia energética y la conservación de recursos en todas las etapas del diseño y la construcción.
  • Utilizar materiales de construcción con altos niveles de aislamiento térmico para reducir la pérdida de calor en invierno y la ganancia de calor en verano.
  • Implementar sistemas de gestión de energía inteligente que monitoreen y controlen el uso de electricidad y calefacción/aire acondicionado para optimizar la eficiencia energética.

Ejemplo: Casa Patio: Eficiencia energética y confort en esta vivienda Passivhaus.

Fomento de la biodiversidad

Integrar espacios verdes y hábitats para la vida silvestre en el diseño arquitectónico es esencial para promover la biodiversidad en entornos urbanos. Desde techos verdes hasta jardines verticales y áreas de vegetación nativa, estas características no solo mejoran la calidad del aire y el bienestar humano, sino que también apoyan la vida silvestre local.

A tener en cuenta: 

  • Diseñar jardines y espacios verdes con una variedad de plantas nativas que atraigan a la fauna local, como aves, insectos y mariposas.
  • Integrar características del hábitat, como refugios y zonas de reproducción, para apoyar la diversidad de especies y promover la salud del ecosistema urbano.
  • Evitar el uso de pesticidas y herbicidas que puedan dañar la vida silvestre y opte por prácticas de mantenimiento ecológicamente responsables.

Ejemplo: El parque Bishan-Ang MoKio, un modelo de canalización y biodiversidad.  

Selección de materiales sostenibles

Optar por materiales de construcción sostenibles y de bajo impacto ambiental es fundamental para reducir la huella ecológica de un proyecto arquitectónico. Desde la madera certificada por organizaciones como el FSC (Forest Stewardship Council) hasta el uso de materiales reciclados y reciclables, hay una amplia gama de opciones que permiten construir de manera responsable. 

Mejores prácticas: 

  • Optar por materiales de bajo impacto ambiental, como madera certificada, hormigón reciclado y productos con contenido reciclado. La prioridad sería usar materiales locales y de bajo contenido en carbono para reducir las emisiones asociadas con el transporte y la producción.
  • Considerar la durabilidad, la toxicidad y el ciclo de vida de los materiales al tomar decisiones de diseño.
  • Investigar y seleccionar proveedores locales de materiales de construcción que cumplan con criterios de sostenibilidad y gestión responsable de recursos naturales. 

Reutilización de materiales

Esta estrategia no solo reduce la demanda de nuevos recursos, sino que también minimiza la cantidad de desechos que van a parar a vertederos. El reciclaje de materiales como por ejemplo el plástico y el aluminio no solo evita la contaminación asociada con su desecho, sino que también contribuye a cerrar su ciclo de vida y a reducir la extracción de recursos naturales.

A tener en cuenta: 

  • Reciclar materiales procedentes de la propia obra, como la madera de demolición o la piedra, reduce significativamente su impacto ambiental. 
  • Implementar un sistema de gestión de residuos en el sitio de construcción que facilite la separación, clasificación y posterior reutilización o reciclaje de materiales sobrantes o desechados.
  • Colaborar con empresas locales o iniciativas de economía circular para identificar oportunidades de reutilización y reciclaje de materiales específicos, promoviendo así la colaboración entre sectores y la reducción del desperdicio.

Eficiencia energética

El diseño eficiente en el uso de la energía es el pilar de la arquitectura sostenible. Desde la orientación del edificio hasta la selección de materiales, cada decisión debe tener como objetivo minimizar el consumo de dicha energía. 

Sin olvidar que la integración de sistemas de energía renovable como paneles solares y turbinas eólicas también es esencial, pues sirve para reducir la dependencia de los combustibles fósiles.

Mejores prácticas:

  • Diseñar edificios con una envolvente térmica eficiente para minimizar la pérdida de calor en invierno y el calor excesivo en verano.
  • Integrar sistemas de iluminación natural y artificial eficientes para reducir el consumo de energía.
  • Utilizar tecnologías renovables, como paneles solares y sistemas de energía geotérmica, para generar energía limpia.

Gestión del Agua

La gestión sostenible del agua es crítica en un mundo donde los recursos hídricos son cada vez más escasos. La recolección de agua de lluvia para usos no potables, como riego y descargas de inodoros; el tratamiento de aguas residuales y el diseño de paisajes que minimicen la escorrentía son algunas de las estrategias que pueden ayudar a conservar este recurso vital.

Por lo tanto, hay que tener en cuenta: 

  • Instalar dispositivos de bajo flujo y tecnologías de reciclaje de agua para minimizar el consumo de agua potable.
  • Diseñar sistemas de drenaje sostenible, como techos verdes y pavimentos permeables, para reducir la escorrentía superficial y recargar los acuíferos subterráneos.
  • Implementar sistemas de tratamiento de aguas grises para reutilizar el agua de lavabos, duchas y lavadoras en aplicaciones no potables, como el riego de jardines.

Ejemplo: White Stone House, una vivienda con sistema de recolección del agua.

Diseño bioclimático y paisajismo sostenible

El diseño bioclimático aprovecha las condiciones climáticas locales para maximizar el confort térmico y reducir la necesidad de sistemas de calefacción y refrigeración artificiales. Estrategias como la ventilación natural, el uso de vegetación para el sombreado y la captura de agua de lluvia ya mencionada en el anterior punto son elementos clave en este enfoque.

Mejores prácticas: 

  • Integrar espacios verdes y áreas permeables para mejorar la biodiversidad urbana y mitigar el efecto isla de calor.
  • Aprovechar las características del terreno y la vegetación circundante para proporcionar sombra natural y protección contra los vientos dominantes.
  • Diseñar la distribución interna del edificio para facilitar el flujo de aire natural y la ventilación cruzada, utilizando elementos como patios internos y ventanas.

Ejemplo: Integración de eficiencia energética y diseño bioclimático en vivienda unifamiliar.

Tener en cuenta el clima local

Como acabamos de ver, la consideración del clima local es esencial para diseñar edificaciones que sean eficientes y adaptadas a su entorno. Y es que tener en cuenta las características climáticas locales no solo mejora el confort de los ocupantes, sino que también reduce el consumo de energía y los costes operativos a lo largo del ciclo de vida del edificio.

Consideraciones para una arquitectura sostenible:

  • Factores como la orientación del edificio, la forma y el diseño de la envolvente, y la selección de materiales juegan un papel crucial en la optimización del rendimiento térmico y energético de la construcción. 
  • En regiones con climas cálidos y soleados, se puede aprovechar la luz natural y la energía solar para reducir la necesidad de iluminación artificial y calefacción. 
  • En áreas con climas fríos y húmedos, es importante maximizar la eficiencia energética y garantizar una adecuada protección contra la humedad y el viento. 

Ejemplo: Vivienda rediseñada y que aprovecha la luz natural.

Adaptabilidad y resiliencia

La arquitectura sostenible debe ser adaptable y resiliente para enfrentar los desafíos del cambio climático y los patrones de urbanización en evolución. Por eso, diseñar edificios y espacios flexibles que puedan adaptarse a diferentes usos a lo largo del tiempo es fundamental para garantizar su relevancia y longevidad.

Mejores prácticas: 

  • Utilizar materiales y tecnologías de construcción duraderas y de fácil mantenimiento para reducir la necesidad de reparaciones y renovaciones frecuentes.
  • Integrar estrategias de diseño que aumenten la resistencia del edificio a los riesgos climáticos, como inundaciones, huracanes y terremotos.
  • Implementar sistemas modulares para que los edificios se adapten fácilmente a cambios en las necesidades de los usuarios o condiciones externas mediante paredes móviles, particiones ajustables o módulos prefabricados.

Por ejemplo: Las ciudades flotantes están tomando forma como soluciones reales para la creciente amenaza del aumento del nivel del mar.

Educación y colaboración

Ambas son fundamentales para fomentar la adopción generalizada de prácticas arquitectónicas sostenibles. Los profesionales de la arquitectura y la construcción deben estar comprometidos en aprender y compartir las mejores prácticas, así como colaborar con otras disciplinas y partes interesadas para abordar los desafíos de manera integral.

A tener en cuenta: 

  • Fomentar la educación continua entre los profesionales sobre prácticas y tecnologías sostenibles a través de cursos, talleres y conferencias.
  • Colaborar con expertos en sostenibilidad, urbanismo y planificación para desarrollar soluciones integrales y adaptadas a contextos específicos.
  • Involucrar a la comunidad local en el proceso de diseño y construcción para asegurar que los proyectos reflejen sus necesidades.

Evaluación y Certificación

La evaluación y certificación de proyectos se ha convertido en un componente esencial para garantizar el cumplimiento de estándares ambientales y de eficiencia. Al emplear herramientas reconocidas de evaluación ambiental, los arquitectos pueden medir de manera objetiva el impacto de sus diseños y certificar la sostenibilidad de sus proyectos. 

A tener en cuenta: 

  • Utilizar herramientas de evaluación ambiental, como LEED (Liderazgo en Energía y Diseño Ambiental) o BREEAM (Método de Evaluación Ambiental de Edificios de Investigación), para medir y certificar la sostenibilidad de sus proyectos.
  • Establecer un plan de seguimiento y monitoreo del desempeño ambiental de los edificios una vez construidos, utilizando métricas específicas para evaluar el consumo de energía, el uso del agua y otros indicadores clave de sostenibilidad.
  • Implementar medidas de mejora continua basadas en los resultados del seguimiento del desempeño ambiental, con el objetivo de optimizar la eficiencia energética y la sostenibilidad a lo largo del ciclo de vida del edificio.
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