En el marco del evento Espacio NAN, organizado el pasado 14 de marzo en el Hub de XTalento de Fundación ONCE, Juan Velasco de GCA Arquitectos compartió los detalles del edificio Smart en el 22 Arroba. Un proyecto que destaca por su enfoque en la integración urbana y el diseño sostenible, dos aspectos fundamentales en la arquitectura contemporánea.
Según Velasco, «el edificio Smart en el 22@ es un proyecto que se basa principalmente en dos factores: la integración urbana y la sostenibilidad. Queríamos hacer eco del pasado industrial del barrio, conocido como el barrio de las mil chimeneas, a través de la terracota y la integración cromática». Esta afirmación resalta la importancia de comprender el contexto urbano y cultural al diseñar proyectos arquitectónicos, buscando una armonía con el entorno existente.
El diseño del edificio se inspiró en la horizontalidad característica del barrio, así como en la presencia de antiguas fábricas y naves industriales. Velasco explicó cómo el equipo de arquitectos se esforzó por crear un edificio que se integrara de manera orgánica y respetuosa con el entorno, evitando ser una intrusión visual en la zona. Esto se logró mediante una cuidadosa selección de materiales y una volumetría que se adapta a las estructuras circundantes.
Eficiencia energética y tecnología aplicada
Además de su enfoque en la integración urbana, el edificio Smart en el 22@ se destaca por su compromiso con la eficiencia energética y la aplicación de tecnología avanzada. Velasco mencionó que «la sostenibilidad y el confort de los usuarios fueron aspectos prioritarios en el diseño del edificio».
Una declaración que subraya la importancia de utilizar tecnologías innovadoras para mejorar la habitabilidad y reducir el impacto ambiental de las construcciones.
También explicaba que una de las estrategias clave para lograr la eficiencia energética fue la implementación de sistemas pasivos de protección solar, como las lamas verticales en la fachada. Estas estructuras no solo proporcionan sombra y controlan la entrada de luz solar, sino que también contribuyen a la estética del edificio, creando un juego visual interesante en su diseño exterior.
Por otro lado, Velasco destacó cómo la sensorización de las instalaciones permite una gestión eficiente del consumo energético. «Tenemos ondas para detectar el número de partículas volátiles en el ambiente, detectores de polvo y de humedad relativa del aire, entre otros», mencionó el arquitecto.
Dichos dispositivos proporcionan datos en tiempo real sobre la calidad del aire y el confort térmico, permitiendo ajustes precisos en el funcionamiento de los sistemas de climatización y ventilación.
Experiencia de usuario y conectividad inteligente
En la ponencia, Velasco profundizó en la importancia de la experiencia del usuario y la conectividad inteligente en el diseño del edificio Smart en el 22@. Destacó que, más allá de la mera tecnología, el objetivo primordial era mejorar la vida cotidiana de quienes interactúan con el espacio construido. En sus palabras, «la tecnología debe ser un facilitador para el bienestar y la comodidad de las personas».
Una de las características más notables del edificio es su aplicación específica para la gestión y la interacción con los usuarios. Cuenta con una plataforma digital que permite una comunicación ágil entre los ocupantes y el edificio, simplificando tareas como la reserva de salas de reuniones, el acceso a las instalaciones y la recepción de noticias y eventos relevantes para la comunidad.
En cuanto a la eficiencia energética y la tecnología aplicada, Velasco subrayó cómo la sensorización integral del edificio no solo contribuye a reducir el consumo de energía, sino que también mejora notablemente la experiencia del usuario.
«La capacidad de monitorear en tiempo real la calidad del aire interior y ajustar automáticamente las condiciones ambientales en función de la ocupación de las salas es un factor clave para garantizar un entorno de trabajo saludable y productivo«, afirmó el arquitecto.
La conectividad inteligente se refleja también en el diseño interior del edificio: la integración de materiales tradicionales del entorno industrial, como la terracota, con elementos contemporáneos, como el acero inoxidable negro, no solo aporta un aspecto estético atractivo, sino que también evoca la historia y la identidad del barrio donde se ubica el edificio.
