Texto: Maria Blázquez Fernández, directora general Verosol Ibérica.
En las últimas décadas, los cambios tecnológicos y nuevos comportamientos en el lugar de trabajo han tenido un impacto en la productividad y la eficiencia de los personas.
La necesidad de llegar a unos objetivos claros, con una autonomía y unas responsabilidades más definidas, ha hecho que el nivel de estrés laboral se haya disparado. Esto, unido a los ritmos acelerados y a una mala gestión del tiempo por parte de empresas y trabajadores, ha llevado, por un lado, a tener más bajas por enfermedad y, por otro, a fomentar el presentismo, estar físicamente, pero no mentalmente ni intelectualmente.
En España, según datos de consultoras de Recursos Humanos, el 56 % de las empresas tienen este problema y casi la mitad están empezando a tomar medidas para combatirlo. Medidas que tienen que ver, fundamentalmente con la flexibilidad horaria.
En cualquier caso, existen varios factores que afectan la productividad de los empleados en el lugar de trabajo más allá de la designación de tareas y responsabilidades. En 2016, Harvard Business Review, informó que la ubicación física tiene grandes efectos en el rendimiento del empleado.
Desde el punto de vista del diseño de los puestos de trabajo, esto puede reducirse a una serie de variables entre las que se encuentran: la iluminación, la ventilación, la comodidad y la salud y bienestar. Por esta razón, es importante que los arquitectos, los diseñadores y los dueños de las oficinas miren más allá a la hora de configurar estos espacios y los elementos que lo conforman.
Actualmente pasamos el 90 % de nuestro tiempo en interiores, por lo que es esencial, pensando en ese lugar que es donde pasamos muchas horas al día, contar con una iluminación adecuada, buena temperatura y ventilación necesaria.
Teniendo en cuenta que el ambiente de trabajo físico juega una parte importante para impulsar la satisfacción general de los empleados y fomentar la motivación, una investigación, publicada en septiembre de 2018 en el Harvard Business Review, revela que existe una correlación directa entre productividad y luz natural.
A diferencia de la iluminación artificial, la luz natural es compatible con la regulación de la vitamina D, serotonina y melatonina, que no solo reduciría los niveles de baja por enfermedad sino también disminuye la fatiga visual, así como los posibles dolores de cabeza asociados en un 51-63%, aumentando así la productividad de los empleados.
Como una forma de maximizar la luz natural y las vistas exteriores, arquitectos y diseñadores son cada vez más proclives al uso de grandes ventanales que van del suelo al techo. Si bien el objetivo de esta elección es potenciar la iluminación natural, a menudo se ocultan con persianas y cortinas para evitar entrada de calor y/o la aparición de reflejos.
Por esta razón, es importante contar con una buena combinación entre acristalamiento y un buen sistema de protección solar de interior que facilite la entrada de luz, reduzca el calor y, a la misma vez, permita también las vistas al exterior e impida los reflejos en las pantallas.
Los espacios de trabajo que están acondicionados con luz natural y vistas al exterior está comprobado que contrarrestan los impactos negativos del trabajo como el estrés e influyen positivamente en el bienestar general.
Por otra parte, con una dependencia cada vez mayor en medios digitales, el deslumbramiento se está convirtiendo en un factor de crecimiento en los entornos laborales. La claridad de pantalla sigue siendo una prioridad y el confort visual solo se logra cuando la exposición a la luz del día, a través de la vista y el control de deslumbramiento están en equilibrio.
Aquí vuelven a entrar en juego los sistemas de protección solar, sus adecuados tejidos y colores y su correcta aplicación.
La Universidad de Cornell realizó un experimento para probar los niveles de productividad de los empleados y descubrió que la producción general aumentó en un 150 por ciento cuando el sistema de climatización del espacio y de protección de las ventas llegó a una temperatura ideal.
En España, los trabajadores se pasan, de media, 40 horas semanales en la oficina, por lo que merece la pena invertir en espacios más saludables con un diseño centrado en la persona y su confort, ya que todo ello al final acaba teniendo un impacto muy positivo en las tareas que desarrolla.