El que fuera galardonado en 1998 con el Premio Pritzker de Arquitectura, Renzo Piano, desembarca a orillas de la bahía de Santander con la que es su primera obra en España. Con el claro objetivo de generar desarrollo y riqueza social a través del potencial que poseen las artes para despertar la creatividad, el Centro Botín pretende convertirse en un espacio de referencia en la capital cántabra, contando para ello con un ambicioso programa de exposiciones y formación.
Fotografías: Enrico Cano
Con tan solo tres meses de vida, casi 104.000 personas han sido partícipes de las exposiciones y actividades propuestas por el Centro Botín, una cifra que corrobora la intensidad y gran acogida de este nuevo referente que, además de por su carácter artístico y cultural, arquitectónicamente destaca por ser el primer trabajo de Renzo Piano en España. En colaboración con luis vidal + arquitectos, este proyecto consiste en dos volúmenes entre los cuales se encuentra una estructura constituida por ligeras pasarelas de acero y cristal, denominada pachinko, que da lugar a una nueva plaza pública elevada sobre el nivel del suelo. Asimismo cabe señalar que, con la intención de favorecer la entrada de luz en la planta baja e intensificar las vistas desde los jardines hacia el mar, se ha apostado por una estructura lobular.
En lo que se refiere a su distribución interior, el volumen oeste está dedicado al arte, dividiéndose las galerías en dos niveles. Con una superficie de 1.400 metros cuadrados, el espacio expositivo de la planta superior está iluminado desde arriba y protegido por una cubierta integrada por tres capas: un nivel exterior compuesto de pequeñas láminas de vidrio serigrafiado que impiden que la luz deslumbre el espacio interior; una segunda capa de doble cristal que sella la galería; y una última formada por pequeñas lumbreras de aluminio controladas por sensores con la que se logra oscurecer el interior y regular la iluminación. La planta primera alberga una sala de exposiciones de 1.200 metros cuadrados, mientras que la baja alberga el restaurante, La Tienda, una zona de estar y un centro de atención al visitante.
Por su parte, el volumen situado al este aúna las actividades vinculadas a la formación y la cultura. El auditorio de doble altura sobre el mar constituye un espacio multifuncional en el que celebrar desde conciertos hasta ceremonias, pasando por conferencias o lecturas, mientras que la azotea sorprende a los visitantes con unas impresionantes vistas hacia la infinidad e inmensidad del mar. El área de formación, situada en el ala norte de dicho volumen, ofrece espacios en los que prima el diseño y la flexibilidad con el firme compromiso de acoger un amplio abanico de actividades. De esta manera, para impartir los cursos y talleres vinculados a las artes plásticas, la música, el cine, el teatro, la danza o la literatura existen diversas salas que pueden adaptarse a los tamaños que requiera cada actividad.
Entre los dos volúmenes se sitúa una estructura constituida por ligeras pasarelas de acero y cristal
Adicionalmente, es reseñable un nuevo anfiteatro situado en el exterior del edificio que limita con la fachada oeste, en la cual se encuentra una pantalla led de 12×6 metros donde se proyectan tanto ciclos de cine al aire libre como vídeos de relativos al programa del centro. Respecto a las fachadas, están recubiertas con 270.000 brillantes piezas circulares de cerámica nacarada que reflejan los rayos del sol, los destellos del agua y la singular luz de Cantabria. La de la planta baja es totalmente transparente.
La importancia de la renovación urbana
El Centro Botín tiene como objetivo enlazar el centro de la capital cántabra con su bahía mediante la remodelación de los centenarios Jardines de Pereda. Para ello, el proyecto se organiza en torno a tres movimientos principales. En primer lugar, se ha suprimido el tráfico rodado que la aislaba gracias a la construcción de un túnel que pretende liberar un área hasta ahora portuaria y destinada a un aparcamiento.
Por él circulan anualmente trece millones de vehículos, lo que se traduce en un considerable aumento de la seguridad y una notable reducción del ruido y la contaminación atmosférica que el tráfico provocaba anteriormente. El segundo movimiento se centra en la ampliación de los Jardines de Pereda, duplicando de este modo la extensión de los mismos a casi cuatro hectáreas de superficie y consiguiendo restablecer el acceso peatonal al mar. En esta línea, ya no existe nada que impida la continuidad entre el casco histórico y el puerto. En último lugar, el tercer movimiento pretende elevar un centro de arte y cultura sobre el borde del muelle, situándolo en voladizo sobre el agua y tierra firme.
Las fachadas están recubiertas con 270.000 brillantes piezas circulares de cerámica nacarada que reflejan los rayos del sol
Una amplia explanada verde
El paisajista Fernando Caruncho es el responsable de la remodelación y ampliación de los jardines, en los que se ha duplicado su extensión de 20.000 a 48.000 metros cuadrados, además de triplicarse las zonas verdes de 7.003 a 20.056 metros cuadrados. En este sentido, cabe hacer una mención especial a las plazas al norte y al oeste del edificio, las cuales serán testigo de proyecciones audiovisuales, actividades formativas, debates y proyectos creativos.
Asimismo, en su claro compromiso por cuidar el patrimonio de la ciudad, el proyecto ha preservado varios monumentos históricos emplazados en el entorno de los Jardines de Pereda, como es el caso de la Fuente de Concha Espina, la escultura dedicada a José María de Pereda o el Recuerdo al Incendio de Santander. De tal manera, aunque su cubierta se ha modernizado ligeramente, el diseño original de los años cincuenta de la antigua estación de servicio se ha respetado para integrarla como cafetería en los renovados jardines. A ello se suma, en su incesante apuesta por acercar el arte a los ciudadanos, una exposición pública en los propios jardines con la obra permanente “Desde lo subterráneo”, diseñada por Cristina Iglesias.
Por último, los más pequeños también están de enhorabuena debido a que el proyecto ha extendido y renovado el parque infantil de los Jardines de Pereda, pasando de los 320 a los casi 800 metros cuadrados. Además, este ha sido diseñado con un planteamiento innovador y colaborativo que contribuye al desarrollo físico, emocional, cognitivo y social, estimulando la imaginación y creatividad.
RENZO PIANO
Con sus ochenta años recién cumplidos, Renzo Piano sigue demostrando su característica habilidad para crear edificios en los que el arte y la cultura se integran a la perfección con el entorno que los acoge. Queda ya muy lejano aquel 31 de enero de 1971 en el que un joven Piano inauguraba junto con Richard Rogers el polémico y arriesgado Centro Pompidou en París, convertido a día de hoy en el museo de arte moderno y contemporáneo más importante de Europa. El ganador del Premio Pritzker de Arquitectura en 1998 es de los que piensan que la arquitectura pide tiempo para que la ciudad asuma ciertos proyectos. En este caso, y en colaboración con luis vidal + arquitectos, Renzo Piano pretende hacer del Centro Botín un lugar único en el que confluyan el arte, la cultura y la actividad formativa.
FICHA TÉCNICA: Situación: Muelle de Albareda (Santander, Cantabria) Proyecto: Renzo Piano Building Workshop en colaboración con luis vidal + arquitectos Superficie: 10.285,24 metros cuadrados Gerencia del proyecto: Bovis Project Management Equipo de diseño: RPBW / LVA Arquitectos Paisajista: Fernando Caruncho |
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