José María Ezquiaga es uno de los urbanistas más prestigiosos del país, condición que acredita el Premio Nacional de Urbanismo obtenido en 2005. Tras una trayectoria profesional ligada a la ciudad y al desarrollo urbano, el arquitecto y urbanista es desde el pasado 22 de mayo nuevo decano del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM) tras imponerse en las elecciones con su candidatura Abierto. Hablamos con el nuevo decano sobre su visión de la ciudad y las principales cuestiones que abordará su recién estrenada Junta de Gobierno.
Texto: Lucas Manuel Varas Vilachán
¿Cuáles son las principales líneas de actuación de la nueva junta de COAM?
Los objetivos esenciales del Colegio de Arquitectos se pueden sintetizar en dos grandes líneas: en primer lugar, defender al colectivo de los arquitectos en la esfera profesional, fundamentalmente en la vigilancia del correcto ejercicio de sus atribuciones y defendiendo sus competencias en el ámbito profesional. Pero hay otra dimensión del COAM, que es la representación institucional a su vez de los arquitectos y defensa de la arquitectura, la ciudad y por extensión del medio ambiente. Defensa de los arquitectos por un lado, y de la arquitectura por otro. Eso es lo que explica que el COAM desarrolle una actividad muy fuerte en la esfera institucional con ese doble objetivo, por un lado teniendo una presencia en las administraciones para la defensa de los arquitectos, pero por otro mediando e introduciendo un criterio de interés general y de calidad en cualquier reflexión que se plantee sobre la ciudad, el patrimonio y el medio ambiente.
¿Cómo ha sido la agenda estas primeras semanas?
Resume estas dos esferas. El Colegio, tal como lo concebimos, debe adaptar las instituciones colegiales y a la nueva organización a los nuevos tiempos, a unas circunstancias cambiantes, que no son solo las derivadas de la crisis. Una preocupación primordial para nosotros es que en estas últimas décadas ha cambiado mucho la manera de ejercer la profesión de arquitecto. Hasta hace tres o cuatro décadas la mayor parte de los arquitectos se ocupaba principalmente de la edificación y una pequeña minoría de cuestiones de planeamiento urbanístico, además de la presencia de arquitectos en la administración. En los últimos tiempos ha cambiado muchísimo ese perfil. Hoy en día podemos decir que tenemos arquitectos en muchísimos más ámbitos profesionales que antaño: tenemos arquitectos trabajando en la industria vinculada a la tecnología y al sector de la construcción; tenemos arquitectos trabajando en las propias empresas del sector, tanto constructoras como inmobiliarias; muchos arquitectos trabajan como asalariados para otros arquitectos, es decir, que su escenario profesional no es el trabajo por cuenta ajena; y tenemos arquitectos en esferas antes minoritarias, como en la enseñanza.
¿Influye tu trayectoria en este enfoque más plural del Colegio?
Quizá pueda ser más sensible a estas cuestiones en la me dida en que he desempeñado a lo largo de mi vida varios de esos escenarios. He sido arquitecto en la administración pública, soy profesor en la universidad, he desarrollado mi trabajo principalmente en el ámbito del proyecto urbano… Cada vez es más común, sobre todo los jóvenes que se van incorporando tienen estas faceta variada. Esto obliga a un esfuerzo de adaptación al Colegio. Si el Colegio quiere seguir representando al conjunto de los arquitectos y tener una voz útil, tiene que cambiar sus estructuras para dar servicio y ayuda a estas nuevas formas de ser arquitecto. Debe acoger iniciativas de abajo a arriba de estos colectivos, desde peritos a arquitectos de haciendo, de arquitectos municipales a profesores, desde arquitectos que trabajan en el diseño gráfico e incluso la moda a arquitectos que siguen teniendocomo actividad principal la edificación o el urbanismo.
¿Cómo responderéis a las demandas de los arquitectos?
Cuanto más amplio sea nuestro espectro de respuestas a las demandas del mercado y de la sociedad, más capaces vamos a ser de actualizar y ser útiles socialmente. Nos preocupa modernizar el Colegio para dar respuesta a todos estos colectivos e incorporarlos. El COAM no puede tener el formato de una institución orientada solo a los arquitectos dedicados a la edificación y de mediana edad, sino que debe tener un espectro mucho más amplio para poder representar al conjunto de la profesión.
*Lee la entrevista completa en el número 105 de NAN Arquitectura y Construcción
