“Algunos están pagando ahora la ambición de hacer las cosas demasiado deprisa”
La Confederación Nacional de la Construcción (CNC), organización presidida por Juan Francisco Lazcano y que acoge a algunas de las más importantes asociaciones del ramo, se afana por hallar salidas a la difícil situación que atraviesa el sector. “Las medidas deben estar encaminadas a reactivar la demanda”, asegura.
Texto: Eduardo López-Jamar
Juan Francisco Lazcano recibe a NAN, con gesto preocupado, en las oficinas temporales de la Confederación Nacional de la Construcción (CNC). “Nuestra sede está en obras”, se excusa. Ciertamente, el papel de Lazcano al frente de las principales asociaciones del castigado sector de la construcción no es nada fácil: por un lado intenta poner al mal tiempo buena cara, en un intento de alejar el miedo de los compradores. ”La demanda se ha retirado por la alarma social generada sobre la construcción”, se lamenta. Y, por el otro, intenta consensuar soluciones para poder llegar a ver la luz al final del túnel. Y suscribe las palabras que el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, trasladó al presidente del Gobierno a principios de año: “liquidez, liquidez y liquidez”.
La CNC engloba a varias asociaciones de distintos subsectores de la construcción. ¿Cuáles son los más afectados por la crisis?
Sin duda ninguna, el de la edificación residencial. Es un subsector muy importante, ya que ha venido representando, él solo, aproximadamente, el 6,5% del PIB nacional. De la producción en construcción, que en el año 2007 fue, aproximadamente, de unos 200.000 millones de euros, el 75% es edificación, entendiendo subsector residencial, subsector no residencial (oficinas, inmuebles industriales, etc.) y rehabilitación. El otro 25% es obra civil. Dentro de la edificación, el 35% lo constituye la edificación residencial. El problema es que el parón del subsector residencial tiene un efecto en cadena: la construcción de una vivienda genera entre 2 y 2,3 empleos directos. Y no sólo eso: uno de los mayores impactos que está produciendo el parón en el subsector residencial es la disminución en la recaudación de las administraciones públicas, lo que lleva aparejado menos dinero para invertir y, lo que es peor, menos posibilidades de pagar las obligaciones que tengan pendientes. Los máximos perjudicados en este retraso de los pagos son las pymes, en un momento en el que, precisamente, lo que hace falta es liquidez.
