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Rehabilitación energética de fachadas: retos y soluciones

La rehabilitación energética de fachadas es fundamental para mejorar la eficiencia energética de los edificios y reducir su impacto ambiental. Se trata de un proceso de rehabilitación que comprende una serie de intervenciones destinadas a mejorar el aislamiento térmico e incluye la instalación de sistemas de aislamiento, la renovación de ventanas y puertas, y la aplicación de revestimientos exteriores adecuados.

Sin embargo, hay que tener en cuenta unas consideraciones previas, así como cuáles son las soluciones que se pueden aplicar para conseguir los objetivos. Vamos a verlo con más detalle.

Consideraciones previas

  • Antes de llevar a cabo una rehabilitación de este tipo, es fundamental realizar una evaluación exhaustiva del estado actual del edificio. Esto incluye inspeccionar la fachada, analizar los materiales existentes y calcular la eficiencia energética deseada para el proyecto.
  • Todo proceso de rehabilitación energética de fachadas consta de varias etapas, que van desde la inspección inicial y el diagnóstico hasta la ejecución de las obras y el control de calidad. Es importante seguir un enfoque sistemático y planificado para garantizar resultados óptimos y duraderos.
  • Para mejorar la eficiencia energética, se utilizan una variedad de técnicas y materiales, incluyendo aislamiento térmico, ventanas eficientes y revestimientos exteriores resistentes. Estos elementos trabajan en conjunto para reducir las pérdidas de calor y mejorar el confort térmico del interior del edificio, por lo que hay que saber elegirlos adecuadamente para cada proyecto.

Soluciones para la rehabilitación energética de fachadas 

Existen diversas soluciones que pueden aplicarse, y vamos a hablar de las más comunes, entre las cuales se incluyen:

Sistema SATE (Sistema de Aislamiento Térmico por el Exterior)

El Sistema SATE es una de las soluciones más utilizadas en la rehabilitación energética de fachadas. Consiste en la colocación de paneles de material aislante en el exterior del edificio, sobre los cuales se aplica un revestimiento decorativo impermeable

Este sistema mejora significativamente el aislamiento térmico, reduciendo las pérdidas de calor en invierno y manteniendo una temperatura más estable en el interior. Además, protege la fachada de la acción de la intemperie y mejora su aspecto estético.

Fachada ventilada

La fachada ventilada es otro sistema muy utilizado. Consiste en la instalación de un material aislante en la fachada, sobre el cual se coloca un revestimiento exterior separado por una cámara de aire. Esta cámara permite la circulación del aire por convección, mejorando el aislamiento térmico y acústico del edificio. 

Además, la fachada ventilada ayuda a controlar la humedad y protege la estructura del edificio de la acción de la intemperie. Es una solución eficiente y de bajo mantenimiento que proporciona un alto nivel de confort térmico y estético.

Mejora en las ventanas

Las ventanas desempeñan un papel crucial en la rehabilitación energética de cualquier fachada, ya que representan puntos clave de intercambio térmico entre el interior y el exterior de un edificio. Su eficiencia se puede mejorar mediante la instalación de vidrios de doble o triple panel, así como la utilización de marcos con rotura de puente térmico que minimizan la conducción de temperatura. 

Además, la selección adecuada de ventanas también puede contribuir a mejorar la iluminación natural y la ventilación interior, aspectos importantes para el confort y la salud de los ocupantes.

Inyección de aislamiento en cámara

Cuando no es posible actuar en el exterior o en el interior del edificio, la inyección de aislamiento en la cámara de aire de la fachada es una opción viable. Consiste en la aplicación de espuma de poliuretano en la cavidad de la fachada, proporcionando un aislamiento térmico efectivo sin necesidad de realizar obras en el interior. 

Esta solución es especialmente útil en casos donde se necesita mejorar el aislamiento sin afectar la estética exterior del edificio. Además, la espuma de poliuretano se adhiere perfectamente a las paredes y no requiere mantenimiento posterior, lo que la convierte en una opción rentable y duradera.

Aislamiento térmico interior

El aislamiento térmico interior consiste en la aplicación de materiales aislantes en el interior del edificio, seguido de un revestimiento adecuado. Es cierto que esta solución puede reducir los metros útiles de la vivienda, es una opción viable cuando no es posible intervenir en la fachada exterior

Además, el poliuretano es uno de los materiales más utilizados en este tipo de aislamiento, ya sea en forma de espuma proyectada o en paneles. No solo por su excelente capacidad de aislamiento térmico, también porque puede adaptarse a diferentes superficies y formas arquitectónicas, además de proporcionar un confort térmico óptimo en el interior del edificio.

Enfoscado monocapa

El enfoscado monocapa es una técnica de revestimiento exterior que también se utiliza en la rehabilitación energética y consiste en la aplicación de una única capa de mortero sobre la superficie exterior del edificio, proporcionando un acabado decorativo y protector

Este tipo de enfoscado puede incluir aditivos especiales para mejorar sus propiedades térmicas y de impermeabilización, contribuyendo así a mejorar el aislamiento térmico. Otro punto a su favor es que es una opción económica pero eficaz para mejorar el aspecto estético de la fachada, no solo sus prestaciones térmicas.

Beneficios económicos y ambientales de la rehabilitación energética de fachadas

Aunque los hemos ido mencionando al hablar de las distintas soluciones que se pueden aplicar, vamos a “condensarlos” y centrarnos en tres: reducir los costos de energía a largo plazo, contribuir a la sostenibilidad ambiental y aumentar el valor de la propiedad.

Ahorro en costes de energía

Al mejorar el aislamiento térmico de las fachadas, se reduce la pérdida de calor en invierno y el ingreso de calor en verano, lo que disminuye la necesidad de utilizar sistemas de calefacción y refrigeración. Esto se traduce en un menor consumo de energía y, por lo tanto, en una reducción de los costos asociados a la climatización del edificio.

Reducción de emisiones de gases de efecto invernadero

Al disminuir el consumo de energía para la climatización, hacer este tipo de rehabilitación contribuye a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a la generación de electricidad y la combustión de combustibles fósiles. Esto ayuda a mitigar el impacto ambiental del edificio y a cumplir con los objetivos de sostenibilidad y lucha contra el cambio climático marcados por la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Aumento del valor del inmueble

Efectivamente, la rehabilitación energética de fachadas puede aumentar el valor del edificio al mejorar su eficiencia energética y reducir sus costos operativos a largo plazo. Los compradores y arrendatarios valoran cada vez más las propiedades que ofrecen un menor consumo de energía y un mayor confort térmico, lo que puede traducirse en un incremento del valor de mercado del inmueble.

Retos e inconvenientes

A pesar de su importancia, la rehabilitación energética de fachadas también enfrenta varios retos e inconvenientes que requerirán una colaboración coordinada por parte de todos los actores involucrados. Nos referimos a las barreras económicas, la resistencia al cambio o las dificultades técnicas, entre otras.

Costo inicial elevado 

A pesar de los beneficios a largo plazo, el costo inicial de la rehabilitación energética de fachadas puede ser significativo, especialmente en comparación con las soluciones convencionales de construcción. Lo cual puede representar un obstáculo para los propietarios de edificios que pueden estar preocupados por el retorno de la inversión a largo plazo. 

Lo más recomendable, en el caso de particulares, es consultar las diversas ayudas financieras y programas de incentivos gubernamentales disponibles.

Complejidad técnica

La ejecución de este tipo de proyectos de rehabilitación puede ser técnicamente compleja, especialmente en edificios antiguos o con diseños arquitectónicos particulares. A veces incluso puede requerir la intervención de profesionales especializados en este tipo de edificios y la adopción de medidas específicas para garantizar la eficacia de las mejoras energéticas.

Disrupción durante la ejecución

La realización de los trabajos de rehabilitación en fachadas puede implicar ciertos inconvenientes y molestias para los residentes, usuarios o empleados del edificio, como ruido, polvo y limitaciones en el acceso. 

Esto puede provocar una oposición a las obras por parte de los ocupantes. Ciertamente, la única y mejor manera de vencerla es una cuidadosa planificación y coordinación durante la ejecución de los trabajos en la fachada.

Normativas y regulaciones

Las normativas y regulaciones relacionadas con la rehabilitación energética de fachadas pueden variar según la ubicación geográfica y el tipo de edificio. Cumplir con estos requisitos puede agregar complejidad y costos adicionales al proyecto, especialmente si implica obtener permisos especiales o cumplir con estándares específicos de eficiencia energética.

Dificultades en la integración estética

A menudo se requiere la instalación de elementos adicionales, como aislamiento térmico, revestimientos o paneles solares. Integrar estos elementos de manera estética y armoniosa con el diseño arquitectónico existente puede representar un reto y requerir la búsqueda de soluciones creativas.

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