En la ciudad de Murcia, una pareja de amantes del arte, conocedores de la arquitectura y del diseño japonés y viajeros insaciables, buscaban que su mundo se reflejara en su vivienda. Este hogar, diseñado por el Estudio Gurú, es una obra maestra de la creatividad y la versatilidad, donde los límites se desdibujan y el arte se fusiona con los tonos blancos. Eva Torrecillas, interiorista y cofundadora de Estudio Gurú, asegura que desde el principio descubrió que sus clientes no esperaban una vivienda tradicional.
La casa se concibió como un contenedor de papel, con pliegues que crean zonas de manera sutil, sin puertas visibles y con todo lo innecesario oculto. Aquí, cada mueble puede cambiar de lugar, y la iluminación de las obras de arte se convierte en la iluminación general de la casa, como en una galería de arte en movimiento.
En el centro de la vivienda se encuentra un contenedor a medida, un elemento multifuncional en blanco que distribuye el espacio y mantiene la armonía estética de toda la casa. Sus puertas asimétricas ocultan y revelan diferentes espacios: desde el comedor hasta la cocina, pasando por el baño de invitados.
Un elemento característico es el ‘armario Papiro’, cuyas puertas se pliegan como una hoja de papiroflexia, ocultando una zona de almacenamiento que también sirve a la pequeña empresa de los propietarios. Cuando están cerradas, estas puertas se convierten en elementos decorativos.
El dormitorio y el baño, el lugar de la relajación
El dormitorio sigue la tendencia del «Total White», creando un espacio de descanso relajante con diversas texturas. Un cabecero de diseño exclusivo por Estudio Gurú con aberturas circulares y rectangulares aporta profundidad y redimensiona el espacio, generando una zona de vestidor a la espalda de la cama.
El baño principal es un oasis de relajación para dos, con una bañera asimétrica de grandes dimensiones. El uso del microcemento con virutas de madera le da ligereza y elegancia, mientras que un tratamiento especial le confiere una textura suave al tacto, similar a la porcelana. Este espacio es una sinfonía de sensaciones para la vista y el tacto.
El ‘total white’ protagonista de la vivienda
Toda la casa se ha trabajado en blanco, un color complejo con una gama infinita de matices. La luz natural que entra por las ventanas principales se combina con la vista de las copas de los árboles, creando una fusión perfecta entre tonos blancos, naturaleza y arte. En este espacio, cualquier otro adorno parece superfluo, ya que el arte y la arquitectura japonesa son los protagonistas indiscutibles.
En resumen, esta casa en movimiento es un tributo al arte y la versatilidad, donde las estructuras tradicionales son reemplazadas por pliegues sutiles y donde el blanco es el lienzo en el que se mezclan el arte, la naturaleza y la vida cotidiana. Un verdadero reflejo de la pasión y la creatividad de sus propietarios.
Fotografías de David Frutos
