A lo largo de su historia, la ciudad de Tortosa se construye a partir de la sobreposición de fortificaciones, murallas, iglesias y palacios. Su centro histórico, de estrechas callejuelas y compleja geometría, se acomoda sobre la ladera de la montaña. El nuevo edificio judicial de Tortosa, proyectado por Arquitecturia Camps Felip, responde de manera eficaz al específico programa judicial y sus estrictos requisitos funcionales y, a su vez, a la topografía y geometría del lugar, situado en una de las esquinas de la plaza dels Estudis.
Los Juzgados de Tortosa se sitúan en una de las calles que, desde el río Ebro, se adentran y configuran uno de los principales trazados del casco histórico y en el que se ubican palacios góticos, la Sede de la Catedral y las principales edificaciones de su pasado renacentista. Todas estas construcciones tienen en común el uso de la piedra de la zona que configuran un entorno cromático homogéneo con el que la nueva arquitectura establece continuidad. Una arquitectura que materializa y completa un fragmento de ciudad que da respuesta atenta a todos los condicionantes del lugar.
Compatibilizar un programa de edificio judicial complejo
El proyecto parte de una estructura lógica interior regular y ordenada a través de un esquema en retícula modulado desde las dimensiones de la unidad tipo de oficinas.
Se resuelve el preciso programa de los juzgados con el
complejo entorno mediante una arquitectura sólida y, a la vez, permeable,
respetuosa con su entorno, preservando la intimidad de las actividades internas
respecto a las edificaciones cercanas.
El programa distingue las zonas de acceso público, que se resuelven con
fachadas continuas más abiertas y permeables; y zonas de uso restringido o
privado, que se modulan y relacionan con el ritmo de fachada para permitir
posibles cambios futuros.
La estricta separación de las zonas públicas y privadas, así como presos o testigos, se plasma también en los recorridos y núcleos de accesos. Los recorridos públicos y privados se realizan a lo largo de las fachadas longitudinales, situando al público y zonas de espera en la fachada norte con vistas al castillo y al casco antiguo. Público y privado se separan mediante un espacio central acotado por la atención al público, que alberga los usos restringidos de oficinas y trabajo.
La zona de detenidos se agrupa y relaciona directamente con el ascensor privado, que conecta las celdas con la sala principal, conservando la privacidad entre detenido y testigo.
Una respuesta a diferentes situaciones constructivas
La volumetría del edificio responde a las alineaciones de la parcela siguiendo las trazas urbanas del casco histórico: calles estrechas con puntos de vista próximos y en escorzo. Un zócalo pétreo de hormigón in situ conforma el primer nivel de planta baja y el primer contacto con el espacio urbano y el desnivel topográfico. En contraposición al zócalo, un segundo nivel de tres plantas se define por un sistema industrializado de tres módulos de aproximadamente 1000 x 3500 mm de hormigón prefabricado con el que se consigue sistematizar el edificio, a la vez que resuelve las diferentes situaciones constructivas: las esquinas, las aberturas en relieve y el sistema de lamas… Un juego de luz y sombras dota de continuidad al conjunto de la fachada.
La estructura interna es regular y ordenada, mientras que el volumen exterior responde a la irregularidad de alineaciones y topografía. Entre el interior y el exterior, aparece un espacio intersticial de grosor variable que permite mediar entre estos dos mundos, proporcionando intimidad y permeabilidad a los espacios de trabajo y modulando la luz natural.
Una apuesta por la sostenibilidad
Debido a la topografía, las cubiertas del casco antiguo configuran un paisaje construido, muy presente desde el mirador del Castillo en el punto más alto de Tortosa. Por esta razón, la cubierta de los juzgados se funde con el entorno e integra los volúmenes de instalaciones de forma natural en el contexto urbano, elevando su coronación.
Mediante la cimentación puntual de micropilotes se han podido conservar los restos arqueológicos encontrados en el solar.
Se identifican diferentes gradientes de confort térmico y protección solar en los espacios interiores según su actividad y orientación y se facilita un buen control energético, reduciendo la demanda y el consumo de energía. Se optimiza la eficiencia gracias al aprovechamiento de la iluminación natural y uso de elementos de bajo consumo.
La fachada del nuevo edificio usa la cálida gama de colores del entorno para dar textura y forma a las piezas prefabricadas de hormigón onduladas que configuran la envolvente del edificio y trazan la forma irregular del lugar.
El sistema constructivo de la envolvente se basa en el concepto de prediseño. Esto significa que el proyecto se trabaja conjuntamente, ya en fases iniciales, con los industriales. Estos paralelamente desarrollan el sistema y soluciones constructivas basadas en la preindustrialización, el premontaje y el uso de módulos fácilmente reemplazables.
Se parte de la unidad y repetición constructiva. Un mismo detalle resuelve toda la edificación. El mismo detalle geométrico de lama ondulada permite resolver las partes opacas, la privacidad en los despachos y las grandes aperturas abiertas a las vistas del castillo en las zonas de la de espera.
La cubierta de los juzgados se funde con el entorno e integra los volúmenes de instalaciones de forma natural en el contexto urbano