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Materialidad, textura y cromatismo en Tenerife

Emplazado en un bello paraje natural denominado Puerto de La Madera, el último proyecto del arquitecto Alejandro Beautell se basa en la mejora y modernización de la vivienda original —de tres plantas de altura y con una superficie de 400 m²—, adaptándola a las necesidades actuales, favoreciendo su integración paisajística e implementando su eficiencia energética. La rehabilitación proyectada mantiene la estructura preexistente y no supone aumento de volumen, altura ni superficie de las construcciones.

01 Jose Oller
© José Oller

El trabajo ha consistido en la rehabilitación integral de una vivienda unifamiliar de los años 60 con el objeto de adaptarla a los estándares actuales de diseño, calidad constructiva, funcionalidad y confort. Otra de las premisas del proyecto fue la de favorecer la integración paisajística de la edificación. A nivel arquitectónico se procura una distribución diáfana y la potenciación de las imponentes vistas de la vivienda sobre el océano y el volcán del Teide. La estructura original de hormigón se descubre y se presenta desnuda, reforzando su presencia y su ritmo.

Los materiales empleados han sido hormigones pulidos y lavados en pavimentos, así como tarima de madera en dormitorios y biblioteca. Los baños están acabados con micro-cemento de color negro. En el exterior se ha empleado un mortero monocapa y un mortero raspado hecho in situ en la planta semisótano y muros de la parcela. Las carpinterías son de aluminio, acero y madera, según los casos.

Mejoras en eficiencia energética

Se procede a aislar la envolvente exterior de la edificación objeto de rehabilitación. En la cubierta se prescribe la disposición de aislamiento térmico en toda la superficie de la misma y se sustituyen las carpinterías de madera y vidrio simple para instalar carpinterías de aluminio y vidrios que cumplan con las prestaciones de aislamiento, control solar y ventilacón exigibles en la actualidad.

El estudio sustituye la instalación eléctrica obsoleta con la finalidad de adaptarla a la normativa vigente, con empleo de mecanismos y sistemas de ahorro energético. A ello se suma la construcción de aljibe para la recogida de agua de lluvia procedente de la cubierta y terrazas para su posterior reutilización en el riego de las zonas ajardinadas. Para el llenado de la piscina, se recurre al bombeo de agua del mar, además de emplearse estrategias pasivas como la utilización de mecanismos de oscurecimiento y control de la radiación solar, previsión de instalaciones de calefacción y aire acondicionado y disposición de placas solares.

El acabado de los muros de cerramiento ha sido estudiado para favorecer su mimetismo con el terreno circundante

Adaptándose a la topografía

Con la finalidad de reducir el impacto visual de la construcción actual sobre el perfil de la franja costera, se proyecta la recuperación de la topografía preexistente en la plataforma que conforma el acceso a la vivienda. Para facilitar el acceso al garaje por medio de una rampa, se desmontó parte de la parcela con el consecuente incremento de la altura aparente de la edificación. El proyecto recupera parte de ese terreno rellenando la zona excavada y renunciando al garaje situado en el semisótano. De esta manera, la visión de la casa desde Mesa del Mar se reduce en una planta de altura. En dicho relleno a modo de terrazas abancaladas, de gran tradición en las islas, se prescribe la plantación de profusa vegetación.

En las distintas plataformas se actúa con la plantación de especies autóctonas y adaptadas al entorno (cardones, palmeras y dragos) con la finalidad de integrar paisajísticamente la edificación al medio. En los bancales y terrazas se plantan especies de matorral bajo como las existentes en la zona. De igual forma, la cubierta de la vivienda se resuelve con un acabado de grava procedente del machaqueo de piedra basáltica canaria.

Esta actuación aminorará en gran medida la visión de la casa a vista de pájaro desde las zonas superiores. El acabado de los muros de cerramiento de la vivienda ha sido estudiado para favorecer su mimetismo con el terreno circundante y reducir el impacto visual que supone el inmueble desde los núcleos urbanos. Para ello, se ha trabajado en la textura y cromatismo de la envolvente de la casa con el empleo de tonos grisáceos texturizados. La cubierta se remata con piedra natural en rama.

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