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La nueva imagen de Endesa en Catalunya

Endesa Apertura 0La Manzana Vilanova, situada en pleno ensanche del Plan Cerdà que el arquitecto proyectó a finales del siglo XIX es el lugar escogido por Endesa Catalunya para ubicar su sede y unificar todos sus servicios en la región. El proyecto, obra de los arquitectos Koldo Crespo, de Alotark Arquitectos, y Mar Gallardo, de Marquitect Estudio, responde a varios retos, que van desde la reubicación de 1.500 trabajadores de la compañía hasta las peculiaridades históricas y urbanísticas de la zona.

La nueva sede de Endesa en Catalunya es el resultado de la ampliación y reforma de los edificios que ocupan las cuatro calles de la manzana, 30.000 m2 de superficie total. La primera actuación data de 1897, con la construcción del edificio Modernista, actualmente catalogado. En su origen albergaba una estación eléctrica de la que todavía quedan restos del pasado como la fachada, inalterada, o el gran portón de entrada sobre los que aún se puede leer el cartel de la extinta Hidroeléctrica de Catalunya y el año de su construcción. En la actualidad el edificio ha sido reformado para albergar una sala-museo para visitas de grupos escolares.

Pero la complejidad de esta obra de los arquitectos Koldo y Mar va mucho más allá. El proyecto de la nueva sede debía hacer frente a la situación compleja de hasta seis edificios de arquitectura heterogénea, uno de ellos propiedad de Endesa y el resto en alquiler. Además, el edificio debía respondera un entorno en el que aparecen el Arco de Triunfo, que diseñado por Josep Vilaseca para la Exposición Universal de 1888 preside el Paseo Lluis Companys, el Palacio de Justicia, el Estación del Norte y el intercambiador de metro y edificaciones residenciales de los años 60 y 90, con una gran variedad de fachadas.

Mar Gallardo y Koldo Crespo“Ha sido una obra muy dura, con plazos duros y penalizables. Aquí hemos tenido cien personas trabajando en el edificio en los 22 meses que ha durado la obra”, explica Mar Gallardo sobre el proyecto, que ha contado con un presupuesto de 35 millones de euros sin desviación sobre el mismo.

“Tuvimos claro desde el principio que la puesta en valor del edificio modernista era fundamental” señala Koldo Crespo. “El edificio tuvo el reto de identificarse como sede corporativa y como elemento de un edificio catalogado, por lo que tuvimos que hacer una labor de homogenización que tuviera en cuenta la diversidad de las calles en las que se ubica”. Un edificio modernista que, además, ha servido de inspiración a la hora de hacer la selección cromática para buena parte de la fachada exterior e interior.

[…]

*Lea el reportaje completo en el número 83 de NAN Arquitectura y Construcción.

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