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Sumando piezas

vistaPich-Aguilera firma la construcción modular más alta de España, un edificio de viviendas en Vitoria. Su realización servirá para investigar y mejorar los procesos de fabricación de este sistema constructivo poco contaminante.

Que la construcción modular industrializada gana terreno en España no es ningún secreto. Las ventajas que presenta esta manera de edificar, frente a la tradicional, son muchas e importantes: desde el punto de vista de los materiales, al industrializarse el proceso de fabricación de éstos, no sólo se rebaja su coste –por ser producidos en serie–, sino que los estándares de calidad son controlados al detalle –y, en caso necesario, mejorados–. En el proceso de construcción, las ventajas no son pocas: los tiempos de ejecución se ven acortados, la siniestralidad laboral se ve reducida debido a la simplificación de la obra y, además, permite acercarse otro paso a la tan perseguida sostenibilidad: frente a la obra húmeda tradicional, en las construcciones modulares prefabricadas los movimientos de tierra suelen ser menores, apenas se genera escombro y, muy importante, normalmente la gran mayoría de materiales empleados en la construcción pueden reutilizarse, por lo que cuando termina la vida útil de uno de estos edificios, su final no pasa por su derribo, sino por su desmontaje.

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El estudio catalán Pich-Aguilera, dirigido por Felipe Pich-Aguilera y Teresa Batlle, es uno de los más activos en España en la investigación en este tipo de estructuras, con varios proyectos de envergadura a sus espaldas, como el del barrio Polvorín de Barcelona en 2004 –un conjunto de bloques de cuatro plantas para vivienda social, construido a raíz de que el estudio ganara un premio en innovación constructiva convocado por la Generalitat de Cataluña–. En su más reciente proyecto, estas 156 viviendas en el barrio de Zabalgana, en Vitoria, los arquitectos han elevado el listón, ya que se trata de la construcción modular de mayor altura construida en España hasta la fecha. No sólo constituye un pequeño hito arquitectónico, sino que servirá de laboratorio para futuras construcciones: la estimación es que en el futuro, una vez estandarizados los procesos, este sistema para la construcción de viviendas podría reducir casi a la mitad los plazos en la ejecución de las obras, así como el consumo energético para realizarlas con respecto a una edificación convencional.

 

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