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Toca seguir sufriendo

105 2554118Después de dos años en los que la construcción ha descendido más del 70%, 2009 terminará con la caída del empleo y el aumento de la morosidad como principales achaques de la construcción. Aunque la recuperación internacional comience en 2010, los expertos prevén que en España habrá que esperar un año más para salir del pozo. La rehabilitación y la obra pública son ahora el centro de las miradas, por eso el Gobierno tiene en su estímulo una apuesta firme.

Hace tres años que José López, un joven sevillano, entregó una señal de 28.000 euros para tener su primera vivienda. Hoy, su casa está construida y terminada, pero como si no se hubiese colocado ni un solo ladrillo, en punto muerto. El piso está terminado, pero vacío, y cerrado; el constructor se ha declarado en bancarrota y ha estado desaparecido unos meses; las empresas que le proveyeron los materiales no han cobrado, incluso alguna ha tenido que echar el cierre; y él sigue viviendo en casa con sus padres. Es sólo un caso, pero se ha convertido en la más clara radiografía de un sector, el de la construcción, que sigue de capa caída después de un año más que convulso. Los famosos brotes verdes se han convertido en moneda de uso común para transmitir la idea de que lo peor de la crisis ha pasado pero, ¿en qué punto estamos? Los datos económicos indican que la recesión está siendo más leve en los últimos meses, pero lo cierto es que las consecuencias de la crisis aún se están haciendo notar y, según indican los expertos, el próximo año aún será oscuro.

¿Cómo se ha llegado a esta situación? Después de una década de economía en expansión, con la bajada de los tipos de interés, la recepción de fondos europeos y la llegada de mano de obra inmigrante como factores principales, se llegó a 2007 con una economía al alza y una importancia de la construcción del 11% sobre el PIB, dando empleo a 2,6 millones de trabajadores.107 2592077

En 2007, la producción interna en el sector de la construcción alcanzó los 199 millones de euros (un 54% más que en 2003), partida en la que destaca la edificación residencial, que suponía en torno a un 35%. Sin embargo, a finales de 2007 comenzaron los primeros indicios de la caída que se produciría en 2008. La oferta de viviendas de España se situaba por entonces muy por encima de la de otros países europeos y los precios de la vivienda habían crecido un 185%, muy por encima de los precios y salarios. Mientras las entidades financieras concedían créditos sin grades trabas, la demanda de pisos iba en aumento y, con ello, también los precios.
La facilidad en la obtención de créditos estaba llevando a un endeudamiento que poco casaba con el nivel de vida de las familias. Esto fue provocando un ciclo en el que la oferta de viviendas crecía hasta llegar a  una situación a todas luces insostenible, en la que la demanda quedó paralizada.

Incidencia del mapa internacional
Pero en el sistema financiero comenzaba a faltar liquidez, lo que repercutía en el endurecimiento de las condiciones a los préstamos. Así, en el último trimestre de 2008 había que dedicar los ingresos brutos de 6,5 años para pagar una vivienda de 93,75 metros cuadrados; esto lastraba las perspectivas de compra de vivienda, especialmente de los jóvenes, lo que suponía un estancamiento de los más de 5,5 millones de viviendas que se habían creado entre 1998 y 2006; una cifra que, en todo caso, estaba muy por encima del número de hogares creados en ese período.
Por si todo esto fuese poco, las crisis de las hipotecas subprime supuso el estallido de una crisis financiera internacional que no iba a dejar inmune a España.
En el mercado no residencial, la actividad también empezaba a resentirse. El ritmo de este tipo de edificación (oficinas, edificios comerciales, naves industriales e instalaciones hoteleras y recreativas) depende del precio de los factores de producción (suelo, mano de obra, condiciones de financiación, etc.) y de la rentabilidad que se espera del negocio. Ninguno de estos dos aspectos estaba en su mejor momento, así que los malos augurios no tardaron en hacerse realidad. En ingeniería civil, a pesar de que en un principio se esperaba que no afectase tanto, la cosa tampoco ha sido muy distinta.
 

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