A lo largo de la historia ha existido una tendencia del ser humano a permanecer cerca de la naturaleza transformándola y explotándola en función de las necesidades. La población crece a pasos agigantados en las ciudades y las oportunidades para interactuar con la vegetación disminuyen. Esto ha provocado una indiferencia por el medio ambiente y un desconocimiento del espacio en el que habitan. En este contexto, entra en juego el diseño biofílico, que genera los espacios necesarios para que el ser humano pueda conocer, comprender y mantener la naturaleza.
El concepto de biofilia ha sido definido, por un lado, desde el punto de vista de los psicológicos y, por otro, por el campo biológico. La biofilia es el amor por la naturaleza centrado en la atracción natural por parte de los humanos hacia las especies vegetales y los procesos naturales, debido a la conexión genética con el mundo consolidada gracias a los miles de años de convivencia.
El diseño biofílico es una nueva tendencia apoyada por grandes arquitectos, teóricos, científicos y profesionales del diseño. Este tipo de diseño propone introducir aspectos de la naturaleza dentro de construcciones y diseños de interior, con la meta de reconectar a las personas con el entorno natural. No se debe confundir el diseño biofílico con el ecodiseño ya que, a pesar de tener puntos en común, son diferentes.
El diseño biofílico no se centra en aspectos como la eficiencia o la sostenibilidad, sino que gira en torno a las sensaciones que produce a las personas a la hora estar dentro de las instalaciones. El bioformismo es un movimiento artístico que dio comienzo durante el siglo XX, centrándose en el poder de la vida natural y la implementación de formas orgánicas naturales dentro de los espacios urbanos o interiores.
El bioformismo se centra en el poder de la vida natural y la implementación de formas orgánicas naturales dentro de los espacios urbanos o interiores
Este tipo de diseño contribuye al bienestar de los ciudadanos, dado que aporta armonía al paisaje, reduciendo el estrés, mejorando las funciones cognitivas y la creatividad. La manera de introducir el diseño biofílico dentro de las urbes es incorporando elementos naturales como especies vegetales gracias a los jardines verticales y fuentes de agua, empleando colores naturales o formas que evocan elementos naturales.
Esta tendencia la podemos encontrar en edificios alrededor del mundo. Ejemplos como el The Royal Children ‘s Hospital by Bates Smart en Australia, donde han querido añadir elementos naturales dentro del hospital, ayudando en la recuperación de pacientes; el Parque High Line de Nueva York, donde las antiguas vías de tren han pasado a ser una zona verde con más de 300 especies o las oficinas de Amazon, en Seattle, esferas de vidrio creadas con el objetivo de ofrecer un lugar de reunión rodeado de biodiversidad dentro de la ciudad.
