Instalar ventanas en una cubierta, tanto plana como inclinada, en los centros escolares influye de forma muy positiva en el confort térmico, la calidad del aire y la cantidad y distribución de la luz natural en las aulas, lo que trae consigo un ahorro económico y una mejora de la eficiencia energética de los colegios. Con motivo del Día Mundial de la Eficiencia Energética, que se celebra este 5 de marzo, Alejandro Manso, Manager de Obra Nueva y Prescripción de VELUX Iberia, ha profundizado sobre esta premisa en un webinar realizado conjuntamente con EIM Consultores, asesoría especializada en centros educativos, al que se ha convocado en torno a 5.000 representantes de centros académicos.
“La eficiencia energética en los centros educativos trae consigo, además de una reducción de la factura eléctrica, un mayor bienestar, confort y salud en el alumnado. En el webinar de hoy hemos visto cómo protegernos del calor en verano y cómo aprovechar al máximo la radiación solar para calentar las aulas de forma gratuita en invierno, y conseguir mejores condiciones de luz natural en las clases durante toda la temporada escolar, lo cual influye en el rendimiento académico y, en última instancia, en el bienestar. Existen varias opciones para ahorrar en facturas, además de proporcionar un impacto muy positivo en el confort térmico, la calidad del aire y la cantidad y distribución de la luz natural que se da en las aulas”, ha explicado Manso.
En la formación también se han analizado cómo las ventanas juegan un papel determinante en la eficiencia energética, en la renovación del aire de las aulas y ayudan a que los espacios educativos sean más adecuados para su finalidad, ser un espacio para aprender, ya que la mejora en la calidad de aire y luz natural puede incrementar la capacidad de aprendizaje un 18%. Esto es posible, explica la compañía, gracias a la ventilación cruzada que posibilitan las ventanas de tejado junto con las verticales de fachada, fenómeno que permite renovar el aire en muy poco tiempo, consiguiendo de forma constante una calidad de aire óptima, a la vez que se producen muy pocas pérdidas de temperatura y el confort interior no se ve afectado.
Un ahorro energético que también se traduce en un ahorro económico, al conseguir una dependencia menor de los sistemas de luz eléctrica. Según ha indicado Manso, alcanzar la eficiencia energética en un colegio conlleva una inversión inicial que se amortiza en un periodo de tiempo relativamente bajo, de manera que en un breve espacio de tiempo se ahorran costes, además de crear un entorno adecuado para el aprendizaje de los escolares durante toda la vida.
