Lucas y Hernández- Gil (Kresta Design) firma esta vivienda dúplex + despacho profesional en el centro de Madrid. La luz y las circulaciones han sido los dos grandes retos a los que se ha enfrentado este proyecto.
© José Hevia
Con acceso directo a la calle y una superficie de 307 m2, Casa A12 ocupa el lugar de un antiguo local comercial. El programa consta de dos dormitorios, tres baños, spa, gimnasio – yoga cromoterapia, salón comedor cocina, despacho profesional, jardín tropical interior, patio impluvium, patio metalizado de luz y un espacio polivalente.
El punto de partida era un espacio profundo y muy oscuro, por lo que uno de los principales desafíos de este proyecto ha sido la luz. De este modo, se han empleado diferentes mecanismos para llevarla a todas las estancias. A través de materiales metalizados en techos y paramentos verticales se ha multiplicado la luminosidad que entra desde la calle y los dos patios que estructuran la vivienda. Por su parte, se han puesto en juego diferentes mecanismos: claraboyas, lucernarios, aperturas de muros… incluso un patio inglés interior ajardinado que recibe luz desde la calle filtrada por una celosía y que constituye una especie de oasis, un jardín tropical de carácter surreal al que ahora vuelca el nivel inferior.
Materiales metalizados en techos y paramentos verticales permiten multiplicar la luminosidad que entra desde la calle y los dos patios que estructuran la vivienda
El otro gran reto que ha resuelto Kresta Design ha sido las circulaciones. Se han concatenado diferentes ambientes en un juego de contrastes perceptivos donde cada estancia es un espacio a la vez diferenciado y flexible.
La casa romana y mediterránea, introvertida y organizada entorno al atrio, se funde aquí con la descripción de Gaston Bachelar, en su “poética del espacio”, de la casa desde el punto de vista fenomenológico, donde la imaginación aumenta los valores de la realidad. Así, la escalera conecta en el corazón de la vivienda los dos mundos: el sótano y la buhardilla. Una transición de lo real a lo onírico que se refuerza visualmente a través de una dualidad cromática inspirada en los campos de color de Rothko.
El proyecto, a cargo de los arquitectos Cristina Domínguez Lucas y Fernando Hernández-Gil Ruano, cuenta con la colaboración de Raquel Quirós Marcos.
La escalera conecta en el corazón de la vivienda los dos mundos: el sótano y la buhardilla
