Después del debilitamiento de la recuperación del consumo de cemento que se iniciaba en 2017, el año 2018 ha cerrado con un crecimiento del 8% situando la demanda doméstica en torno a los 13,4 millones de toneladas. Estos son los últimos datos del Barómetro del Cemento que ha hecho públicos la Agrupación de fabricantes de cemento de España (Oficemen) al comienzo de 2019.
Este incremento sigue la línea que marcaba la agrupación a finales del año 2018 cuando situaba el crecimiento alrededor de un 7% para ese mismo año y un volumen de 13,3 millones de toneladas (Mt).
Sin embargo, es ya conocido el contexto “atípico” que atraviesa el sector, con altibajos en el crecimiento que se encuentra un 40% por debajo de lo que debería según el nivel de consumo normalizado para un país como España. “2018 ha sido un año que ha pasado de los dos dígitos con los que inició el año, rozando el 12%, a cerrar con tan solo el 8% de incremento”, afirmaba Jesús Ortiz, presidente de Oficemen. Además —ha continuado Ortiz— “supone un crecimiento de apenas un millón de toneladas en valores absolutos que se mantiene en niveles del año 1967”.
Asimismo, el presidente de Oficemen ha asegurado que todos los sectores han contribuido al crecimiento del consumo de cemento en 2018 excepto la obra civil que “no es que siga estancada si no que sigue descendiendo”. Por tanto, la obra civil sigue sin estar presente en cuanto a contribución en la ejecución. “Es bueno que desde la AP intente sacar adelante proyectos y contribuya a materializar la expectativa social y necesidades, lo que pasa es que siendo pragmáticos es que vemos que la licitación y la ejecución están desfasados. No solo es licitar, sino también ejecutar las mismas”, añadía Ortiz.
Según el último informe “Construdatos” disponible del tercer trimestre de 2018, se ha revertido la tendencia en la serie histórica y el destino principal del consumo de cemento es la edificación que alcanza un 55% del mix (aunque sigue en un nivel del 50% de su actividad), incluyendo la vivienda y la edificación no residencial, mientras que la obra civil pasa a suponer tan solo un 45%.
El sector cementero confía en que se materialice de forma rápida el Estatuto del Consumidor Electrointensivo
Según los datos analizados del 3er trimestre del año 2017 y 2018, la evolución del consumo de cemento para la construcción de viviendas aumentó un 25%. “Más allá de la progresiva recuperación de la vivienda, la causa de este giro es que la obra civil, principal segmento en volumen de construcción y destino del consumo de cemento, ha perdido peso en el mix en los últimos 10 años y absorbe menos de 6 millones de toneladas de cemento, cuando un nivel normal de actividad se situaría en el doble, en torno a los 12 millones”, ha explicado Jesús Ortiz.
En cuanto a comunidades autónomas, el patrón de crecimiento del consumo ha sido muy cercana al 8%, muy similar en general.
A nivel europeo, el consumo de cemento per cápita en España se encuentra a un nivel netamente inferior al del resto de países de nuestro entorno y a la media de países de la Unión Europea, situándonos detrás de países como Francia, Alemania o Bélgica.
Las exportaciones bajan y la competitividad se deteriora
Las exportaciones siguen cayendo a un ritmo del 12% y se situarán en torno a 8Mt con una caída cercana al 12%: “En los dos últimos años hemos perdido casi 2Mt destinadas a mercados internacionales, el equivalente a la media de la producción anual de 3 fábricas de cemento”, advertía Ortiz. “De las 31 plantas activas (antes del cierre de Cemex), 19 (un 60% de ellas) dependían en más de un 60% de la actividad exportadora. Por eso nuestro nivel de preocupación es tan alto”, ha afirmado el presidente de Oficemen.
Por otro lado, las importaciones se sitúan en medio millón de toneladas, un nivel, según Ortiz, muy similar a los datos del año anterior.
España es el primer exportador de cemento de la UE y el octavo a nivel mundial, posiciones que podrían peligrar de mantenerse los costes actuales
Además, al incremento ya conocido de los costes eléctricos se ha sumado en 2018 el del precio de los derechos de emisión de CO2, que se han triplicado, pasando de 7,8€/t a 24,6€/t, con una media de coste anual que ronda los 16 €/t de cemento.
Por lo que respecta a la variable eléctrica, la industria española soporta en la actualidad uno de los costes más elevados de Europa, que llegan a superar hasta en un 30% los de algunos países de nuestro entorno.
Desde la Agrupación defienden que la industria española necesita mejorar su estructura de costes energéticos a través de un estatuto para consumidores electrointensivos y un mercado eléctrico más eficiente. En esta línea y en palabras de su presidente: “Nuestro mensaje a la Administración Pública y al Gobierno es la de trasladar que nuestra industria necesita como el oxígeno un estatuto para regular y dar cobertura al total de las fábricas de cemento y que pueda materializarse antes del fin de la legislatura”.
Así, el Estatuto permitirá a la industria cementera, al igual que a otras industrias electrointensivas, disponer de medidas compensatorias equivalentes a las de países de nuestro entorno y competir en igualdad de condiciones en mercados exteriores.
En la actualidad, España es el primer exportador de cemento de la UE y el octavo a nivel mundial, posiciones que podrían peligrar de mantenerse los costes actuales.
Necesidad de invertir en infraestructuras
Que la inversión en infraestructuras sigue en mínimos no es nada nuevo. Sin embargo, en 2018 el gasto del presupuesto de la Administración General del Estado destinado a infraestructuras ha sido el más bajo de los últimos 25 años. “España necesita acometer obras en este aspecto, aunque somos consciente de que no se puede hacer todo, no obstante, estas necesidades están ahí y debemos buscar fórmulas para atenderlas”, ha asegurado Jesús.
La inversión en infraestructuras en los últimos años ha sido muy importante, lo que ha permitido estar a España en la media de los países europeos más desarrollados. No obstante, existen pruebas reales de su deterioro y esa carencia se manifiesta en los problemas de líneas ferroviarias convencionales o en algunos tramos de carreteras u otras vías e incluso en el envejecimiento de las infraestructuras hidráulicas que se están quedando desfasadas. Las infraestructuras de transporte tienen un alto beneficio socio-económico por lo que, desde Oficemen han trasladado la necesidad de acometer obras prioritarias en infraestructuras de transporte, agua y medio ambiente.
Además, Jesús Ortiz señalaba que los cambios tecnológicos van a exigir importantes inversiones en las infraestructuras y que, de no realizarse, pueden frenar el desarrollo de nuestro país. Asimismo, Ortiz ha señalado la grandísima cantidad de residuos que generan las ciudades: más de 20 millones de residuos al año de los cuales, 5,5 millones se depositan directamente en vertederos.
Para 2019 se estima un crecimiento que oscila entre un 3% y un 6%
Desafíos como el cambio climático hacen que cambie la forma de entender las infraestructuras a día de hoy. Prueba de ello es la llamada de atención de la UE a España que ha sido multada por no haber acometido las inversiones necesarias para solventar el alarmante déficit en infraestructuras de agua y medio ambiente.
Según la encuesta del CIS sobre el destino de los recursos públicos, el apoyo de la ciudadanía a incrementar los gastos en obra pública es la mayor de la serie histórica desde 1992. “La sociedad española se empieza a dar cuenta de que se necesita hacer algo”, ha dicho Ortiz que ha defendido que “nuestra industria no es de marketing, lo que hacemos es atender la demanda social”.
En cuanto a los últimos cierres de fábricas, Ortiz ha explicado que la industria cementera española con el último dato disponible, “es una industria que no rentabiliza sus activos”. La capacidad de ingeniería financiera en España es muy grande e importante, lo que hay que hacer, según Jesús Ortiz, es “promover mecanismos de financiación”.
Además —ha añadido—“es una industria que hace esfuerzos tremendos para seguir produciendo y no perder empleo. Si no cambia nada la estructura de la competitividad en España, me temo que seguirá reduciéndose porque será muy difícil competir con fábricas de otros países”.
El sector cementero y la economía circular
Un gran potencial que se desaprovecha, según explicaba Jesús Ortiz, es la capacidad de nuestra industria, a través de las distintas plantas de valorizar energéticamente residuos de distintas actividades. En este sentido seguimos estando muy lejos de los países más avanzados de la UE: Suiza, Holanda, Noruega…que están por encima del 60% en sustitución de combustibles fósiles por residuos. “La industria esta para prestar apoyo. Podemos contribuir a ahorrar y a solventar problemas como el de los residuos”, ha afirmado el presidente de Oficemen.
Previsiones para 2019
Las previsiones para este año no se alejan del escenario de desaceleración que se va a ver marcado por una cierta incertidumbre debido a la agenda política cargada de 2019. “Nuestra previsión de crecimiento oscila entre un 3-6%”, ha dicho Ortiz.