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Enrique Álvarez-Sala: “Los edificios deben tener un corazón que los identifique y les dé personalidad propia”

Enrique Álvarez-Sala ha sido testigo y partícipe de una auténtica revolución urbana, especialmente en el caso de Madrid. A pie de calle, proyectos como Madrid Río han supuesto una auténtica transformación en la capital española. Si alzamos la mirada, nos encontramos con que una de las cuatro torres que coronan el cielo madrileño lleva su nombre.

En esta travesía le han acompañado arquitectos como Ignacio Vicens Hualde, César Ruíz-Larrea Cangas o Carlos Rubio Carvajal, con quienes ha formado estudio. Las nuevas formas de habitar, de trabajar y, en definitiva, de vivir, se plasman en cada uno de sus proyectos. Lo descubrimos en estas líneas.

Apertura

Tus inicios en la arquitectura se remontan cuarenta años atrás, ¿cómo surgió esta vocación por la disciplina a la que has dedicado toda una vida?

Uno se hace arquitecto con el tiempo y ejerciendo la profesión. Más que vocacional, yo creo que es una cuestión de formación, de avance, de la forma de trabajar, de los encargos que hayas ido teniendo… Podemos hablar de ilusiones más o menos sugeridas por causas externas pero, donde de verdad sabes si lo estás haciendo bien, es a medida que ejerces.

¿Qué maestros te han marcado durante este camino?

En mi caso, he tenido la suerte de trabajar en colaboración con diferentes arquitectos de los que he aprendido muchísimo. Pasa igual en la escuela, donde el aprendizaje depende de los profesores pero también de quien te rodees, de tus compañeros, que te contagian una afición y entusiasmo por la disciplina.

Las Rozas
Veinte viviendas unifamiliares en Las Rozas.     © Estudio EAS

Desde el rol de profesor, y teniendo en cuenta que siempre has combinado la profesión con labores docentes, ¿qué intentas transmitir a tus alumnos?

Tengo claro que los alumnos brillantísimos no necesitan apenas profesores. Es a “los medianos”, que son la inmensa mayoría, a los que de alguna manera debemos inculcar el afán de trabajo: serio, sólido, bien hecho, racional. Hay que estimularles, motivarles a seguir estudiando, a perfeccionarse todos los días. Además, lo que me gusta transmitir en la escuela es que, de una cosa concreta, siempre puedes encontrar a alguien que te enseñe o te ayude a solventar aspectos parciales. Para ello, primero tienes que saber qué buscas, hacer un planteamiento que sea lo más racional posible, comprender y entender cuál es el problema al que te enfrentas.

¿Ahí reside la clave de la arquitectura?

La arquitectura, lo que todos sabemos lo que es pero no sabríamos cómo definir, está en la forma de hacer las cosas. Y hay quien la hace de una forma muy artística, muy intuitiva, y hay otros que la hacen de una forma muy racional.

Y en vuestro caso, ¿hacia dónde se orienta?

Seguramente hacia la búsqueda de que las cosas sean consecuentes unas con otras.

Participas como jurado en diferentes concursos de arquitectura, ¿qué valoras a la hora de decidir que un proyecto debe ser reconocido por encima de otro?

Cuando llevas mucho tiempo evaluando proyectos, sabes perfectamente cuáles son los que no cumplen ciertos mínimos para ser reconocidos. Dejando de lado esos, debes elegir cuál de los restantes es el que te parece más intuitivo u original, y hacérselo llegar así al resto de miembros del jurado. En toda valoración hay un proceso de análisis del proyecto en su conjunto que, después de tantos años, se ve con cierta facilidad y rapidez.

“Madrid Río se ha convertido en un eje verde que divide y cose la ciudad al mismo tiempo, y que abre Madrid al campo”

¿De qué habla la arquitectura a día de hoy? ¿Cómo ha cambiado la ciudad en las últimas décadas y tu percepción de ella?

Cada vez se está planteando de una forma más clara que las ciudades no deben ser solo funcionales. Lo importante son las personas, y eso va a suponer situaciones muy traumáticas ya que, durante muchos años, se ha estado viviendo de una manera en la que los coches te cambiaban hasta la forma de vivir.

Mrío
Intervención urbana de Madrid Río junto a Burgos & Garrido, Porras & LaCasta y West8.   © Ayuntamiento de Madrid

Y en esta transformación urbana, ¿qué importancia juega espacio público y los espacios verdes? En el caso concreto de Madrid Río, que realizaste bajo el nombre de Rubio & Álvarez-Sala junto a Burgos & Garrido, Porras & LaCasta y West8, ¿qué supone para Madrid?

Madrid ha pasado de tener la espalda de la ciudad en el río Manzanares a que el parque que se genera a lo largo de la ciudad, de norte a sur, sea el centro neurálgico. Es curioso porque, de repente, esa zona ha pasado de ser lo peor de Madrid, dividiéndola en dos, a ser lo mejor. Nos encontramos con un parque lineal que dispone de espacios verdes, áreas arboladas, de paseo, vías para montar en bicicleta… Es una de las zonas más visitadas de la ciudad y una operación urbanística enorme, sobre todo por su esfuerzo económico y rentabilidad. No es solo un parque dentro de la ciudad, sino un eje verde que divide y cose la ciudad al mismo tiempo, y que abre Madrid al campo.

Torre SV 02
Torre SyV fue la última en construirse y la única diseñada por un estudio de arquitectura español. ©Mark Bentley

Es inevitable acordarnos de ti cuando vemos la silueta madrileña, una de las Cuatro Torres lleva la firma Rubio & Álvarez-Sala, ¿qué destacarías de este proyecto?

La ventaja de las Cuatro Torres es que concentran gran edificabilidad y liberan mucho espacio. Sin embargo, aunque con el tiempo seguro qué habrá un flujo transversal y espacios verdes, ahora es necesario que la ciudad crezca hacia esa zona. Es indudable que hay una mayor concentración de actividad pero, de momento, creo que falta densidad. Por su parte, lo que más me sorprendió de este proyecto es que, en lugar de crear cierta reacción o rechazo, el proyecto se asumió como algo de la propia ciudad. Era como, de repente, buscar soluciones más vanguardistas para Madrid, y a la gente eso le parecía bien.

Una parte importante de tu portfolio está vinculado a la vivienda, ¿cómo han influido los modos de habitar en la forma de construir dentro del sector residencial?

Antes se apostaba por viviendas con altos niveles de privacidad, vestíbulos de acceso, zonas de día y de noche… y ahora nos encontramos con un fenómeno en el que nuestros hogares tienen una flexibilidad de uso muy grande y se entiende que las únicas personas que van a habitar son las que viven dentro. Por ejemplo, a día de hoy resulta impensable hacer una casa con cinco dormitorios a no ser que sea totalmente necesario. Se busca que, con operaciones muy sencillas, el inquilino pueda transformar su casa en algo más personal, que sea funcional, que se vinculen los espacios del dormitorio con la zona la sala, que la cocina cobre protagonismo…

El Juncal
Sesenta viviendas en El Juncal (Alcobendas). ©Liven Photography

En el caso de las oficinas, también vemos transformaciones en la forma de trabajar. Pongamos el ejemplo de la sede de Indra en Alcobendas, firmada por Rubio & Álvarez-Sala.

Cada vez nos encontramos con sistemas de trabajo más abiertos, pero creo que primero se debe pensar qué tipo de personas trabajarán en estos espacios. Si lo que estás planteando son oficinas muy revolucionarias es porque, seguramente, sus usuarios también lo sean. De este modo, lo más prudente es que los espacios sean lo más flexibles y agradables posible. Por ejemplo en el caso de Indra, que es extensible a otras oficinas, la gente llega a su puesto y se conecta al wifi desde su propio ordenador, pudiendo ocupar cualquier sitio que esté libre. A ello se suma que, del número de personas que trabajan en una oficina, resulta que hay un 40% que no está ahí presencialmente, por lo que no tiene sentido que haya un sitio vacío durante todo ese tiempo. En definitiva, no se personalizan los espacios de trabajo, se transforman.

“Hay que apostar por la flexibilidad de utilización y la posibilidad de adaptar la vivienda a las características de la persona que vive dentro”

¿Cómo influye la tecnología en todos estos cambios?

Hay dos grandes campos, uno sería cuáles son los avances tecnológicos que se han ido produciendo en materiales o elementos constructivos para construir el contenedor y, por otro lado, están los cambios tecnológicos que se han ido produciendo que hacen que el contenido sea distinto. Las comunicaciones por cable en la oficina pasan a tener poca importancia, dando lugar a espacios abiertos, con ruidos blancos para conseguir que la gente pueda estar simultáneamente trabajando, potenciando la reducción del ruido ambiente para que la gente se pueda concentrar, espacios pequeños metidos en zonas grandes, etc. Y luego, en lo referido a los avances tecnológicos en materiales, observamos una conciencia clara de que se debe tener una contención en el gasto de energía. Ahora es difícil pensar en una carpintería de ventana que no tenga rotura de puente térmico, y antes te encontrabas con una carpintería de acero que era una pérdida de energía enorme. En esta línea, la obligatoriedad de edificios de consumo casi nulo supondrá cambios muy importantes en lo que se haga nuevo, así como en lo que ya está construido. El gran reto estará en los edificios históricos, que va a ser muy difícil transformarlos.

Rehabilitación edificio oficinas
Rehabilitación integral de edificio de oficinas. ©Liven Photography

Hablemos de la protección de nuestros edificios, ¿crees que se está conservando correctamente el patrimonio arquitectónico en nuestro país?

En general sí, aunque hubo un momento en el que no se le daba tanto valor a la herencia arquitectónica de otras épocas, que es la que, de alguna forma, da carácter a nuestras ciudades. A lo largo de la historia, la arquitectura se ha ido transformando y, normalmente, los edificios de una determinada época han terminado integrándose en el tejido de las ciudades. Sin embargo, avanzamos a una velocidad diferente a la de antes y, teniendo en cuenta la capacidad que tenemos ahora mismo de construir y destruir, eso no se puede hacer de forma indefinida.

¿Qué intervención destacarías que esté llevando a cabo vuestro estudio actualmente?

Ahora estamos haciendo una rehabilitación integral de unas oficinas en la Avenida de Bruselas de Alcobendas donde se propone darle una nueva vida al edificio, que era poco atractivo, muy oscuro, con una compartimentación extraña, pensado para servir de una forma muy concreta. Nuestra misión ha sido dotarlo de un corazón propio, que se entienda como un edificio de oficinas independiente, que se pueda fraccionar pero siempre tengas la sensación de que estás dentro. Es muy importante que todos los edificios tengan un corazón que los identifique, les dé carácter y personalidad propia.

Avenida Bruselas B
Rehabilitación integral de edificio de oficinas. ©Estudio EAS

¿Qué otros encargos tenéis a día de hoy sobre la mesa?

Ahora mismo tenemos varios proyectos de rehabilitación, pero no solo de edificios históricos sino de obras recientes del siglo XX, o incluso del XXI. Y a mí eso me parece un trabajo muy bonito, no se trata de modernizar únicamente un edificio, sino transformarlo y mejorarlo.

Para concluir, ¿cúal será el papel del arquitecto en los próximos años?

Si las cosas van como están yendo hasta ahora, habrá una divergencia cada vez más acentuada entre estudios grandes y pequeños. Para un determinado tipo de obras se exigirán tantas cosas que a un estudio pequeño no le compensará, pero siempre habrá un campo de trabajo para estudios más de artesanía que, pese a ser más pequeños, son capaces de responder con mucho cuidado, teniendo la capacidad de empatizar con la zona.

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