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Capilla de Brihuega: las huellas del paso del tiempo

Han pasado ya muchos años desde que el municipio alcarreño de Brihuega viese cómo se alzaba la iglesia del Convento de las Jerónimas, allá por el siglo XVI. En 2012, este histórico escenario volvió a nacer como espacio de eventos gracias al impecable trabajo de Adam Bresnick y a su gran capacidad a la hora de respetar y mantener, a través de su arquitectura, su identidad.

Fotografías: Eugeni Pons

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El blanco como protagonista y una serenidad que rezuma de sus cuatro paredes caracterizan la que fuese la antigua iglesia del Convento de las Jerónimas, convertida desde hace seis años en un espacio polivalente en el que disfrutar del presente evocando tiempos pasados. Tras una magistral intervención del arquitecto Adam Bresnick, la nueva capilla de Brihuega ha sido testigo de eventos de diversa índole, desde desfiles de moda hasta bodas, pasando por actividades de relajación y meditación, o incluso la presentación de un automóvil. Y los que quedan por celebrar.

Situado en una localización privilegiada, en el corazón del Jardín de la Alcarria, se trata de un espacio de 300 metros cuadrados, distribuidos en tres zonas diferenciadas, en el que se han integrado a la perfección materiales como el hormigón y el acero con antiguos elementos ya existentes en el edificio, como la piedra.

A ellos se une el mármol crema marfil, que se extiende por el suelo de la nave. De tal modo, cabe destacar que las zonas nuevas están pavimentados en resina o terrazo negro para poder distinguirlas del espacio original.

La capilla se ha convertido en un espacio polivalente en el que se celebran bodas, eventos sociales y actos corporativos

Una cuidada implementación de nuevos usos

A.B LC8Ventanas rotas, goteras, muros portantes fisurados, vegetación creciendo por sus entrañas, desconchones y un sinfín de desperfectos, así se encontró Bresnick la capilla cuando cayó en sus manos. El arquitecto se puso manos a la obra y, siguiendo las necesidades del cliente, dotó al espacio de una nueva vida justo en el momento en el que ya emitía sus últimos suspiros de vida. Construida en 1596, la iglesia hizo las veces de hospital durante una batalla de la Guerra de Sucesión Española, en 1710, siendo saqueada en la Guerra de la Independencia. Su abandono llegó en 1969, fecha en la que su estado ruinoso impidió a las monjas seguir amparándose aquí.

En lo que se refiere a la intervención propiamente dicha, el primer paso fue reconstruir la estructura del cimborrio y la cúpula. Es aquí donde encontramos uno de los elementos más llamativos de este proyecto, una lámpara de 6’2 metros de diámetro suspendida a 7’15 metros de altura que corona el salón como si de una aureola se tratase. Por su parte, la nave con su acceso lateral “se trató como un conjunto de restos arqueológicos, junto con una nueva construcción que flota e incide mínimamente en el espacio principal”, como aseguran desde el estudio. Listones de pino maclados se suceden formando un nuevo techo arqueado, mientras que la traza de la bóveda original se vislumbra sobre los muros de mampostería por el yeso y las molduras que perduraron. Con respecto a la tercera zona, constituida por cuatro plantas en lo que fuese en su día el antiguo coro, cuenta con escalera, baños, cocina, vestuarios y almacén. El volumen está insertado entre los muros de piedra vista y, con el objetivo de acentuar la separación conceptual del contenedor original, se ha colocado un lucernario sobre la escalera.

La solución estructural combina el acero y el hormigón con la piedra antigua del edificio existente

Proyectar desde el análisis

Adam Bresnick imparte la asignatura “Proyectos de rehabilitación en espacios singulares” en la Escuela Superior de Diseño de Madrid. Como docente, el arquitecto considera que, cuando se plantean obras de este tipo, «es imprescindible tener muy presente la humildad, el diálogo entre lo antiguo y lo nuevo y el respeto por el pasado y las pre-existencias“. A ello añade que «debemos fomentar una lectura de la complejidad y la contradicción inherente en un espacio antiguo, así como proyectar desde el análisis y educando el ojo».

FICHA TÉCNICA

Ubicación: Avenida de la Constitución 4 – Brihuega (Guadalajara)

Arquitecto proyecto: Adam L. Bresnick

Promotor: Fernando González González

Colaboradores: Miguel Peña Martínez-Conde y Antonio Romeo Donlo

Estructura: Euteca (Juan F. de la Torre Calvo y Ana Fernández-Cuartero Paramio)

Constructora: Joyluc

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