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Aranguren + Gallegos: “Un proyecto nunca debe perder el carácter accidental, ha de llevarte a un terreno todavía no explorado”

María José Aranguren y José González Gallegos entienden la arquitectura como todo aquello construido que alberga en su definición valores culturales, de civilización, sensibilidad y progreso. Una definición muy presente en todos sus proyectos desde el momento de su concepción.

El estudio Aranguren+Gallegos, fundado en 1984, muestra un ferviente interés por estar al día en todo lo que atañe a la profesión, desde las nuevas referencias de pensamiento hasta los últimos sistemas constructivos o los materiales más novedosos.

Aranguren Gallegos
© Silvia Ros

Treinta y cinco años al servicio de la arquitectura, se dice pronto. Haciendo balance de todos estos años, ¿qué hechos han marcado la profesión en nuestro país durante este intervalo de tiempo?

José González Gallegos. Cuando acabamos los estudios de Arquitectura en la Escuela de Madrid en 1983 no había trabajo, como les sucede ahora a los jóvenes titulados, pero estábamos seguros de querer ser arquitectos y había concursos para soñar con poder serlo. Lo que sí que es cierto es que aquellos que perseveramos pudimos construir proyectos ganados en concursos generalmente públicos. La mayor parte de los que nos titulábamos en Arquitectura aspirábamos a trabajar de forma autónoma desde pequeños “estudios de arquitectura” liderados por nosotros. Ahora, la mayor parte de los estudiantes aspiran a utilizar sus conocimientos adquiridos para explorar otros campos profesionales o insertarse en “oficinas de arquitectura” de mayor dimensión y con menor ambición en construir arquitectura con un componente de riesgo o apuesta mayor.

María José Aranguren. También ahora, desde nuestra perspectiva como profesores, observamos un gran interés social en los jóvenes que salen de nuestra Escuela. Están saliendo unos proyectos Fin de Carrera fantásticos con gente que se está yendo a Sudamérica o a la India diseñando vivienda autoconstruida basada en la cooperatividad y la economía de recursos que les ayuda a finalizar su formación académica. Es un campo de trabajo que a lo mejor es el momento ahora de experimentarlo, explorarlo y que te permite incluso construirlo.

Estamos absolutamente convencidos que la profesión de arquitecto sigue teniendo vigencia. En España tenemos una formación muy amplia por ser antigua, por lo que somos envidiados por muchos países con un nivel de desarrollo mayor. Somos conocedores de todo y sabedores de nada. En otros países se ha especializado la formación de arquitecto siendo un gran error. Han nacido escuelas con diversos perfiles: de diseño, exclusivamente técnico, de negocios… que generan profesionales especializados pero incompletos.

¿Y en el caso concreto de vuestro estudio?

IMG 1343 1M.J.A. Nuestro estudio surge de una asociación de dos jóvenes estudiantes que éramos competencia y a la vez compañeros en la Escuela, pero no habíamos trabajado juntos hasta que nos asociamos profesionalmente. En la Escuela no nos enseñábamos los proyectos, cada uno hacía los suyos y sólo el día que presentábamos en el taller de proyectos los compartíamos. Cuando decidimos asociarnos no teníamos dinero, y en el piso de alquiler donde vivíamos, en el salón no hubo sofá, puesto que se convirtió en nuestro espacio de trabajo. La situación de vivir y trabajar en un mismo espacio surgió por una mera falta de medios económicos. Y, a la vez, empezamos a ser colaboradores de otros estudios dibujando por horas, y los fines de semana y por las noches, hacíamos los concursos en nuestra casa. No queremos proyectar una imagen nuestra heroica, es que no había remedio… aunque siempre todo tiene remedio.

J.G.G. Desde nuestro comienzo profesional tuvimos la suerte de ser contratados como profesores de proyectos en nuestra Escuela de Madrid, y hemos aprendido a hacer arquitectura enseñándola, en un proceso de ida y vuelta con nuestros alumnos. Para los dos nos es imprescindible la enseñanza de la que sin duda nos alimentamos y nos hace crecer como arquitectos. Trabajas con dos tensiones frente al alumno: la de no repetirte en lo docente y la de no traicionarte en lo profesional.

A la hora de afrontar un nuevo proyecto, ¿cuáles son vuestras prioridades? ¿Qué tiene que tener un proyecto para traducirse en “buena arquitectura”?

M.J.A. En el trabajo que realizamos intentamos mantener la componente de “riesgo” o “aventura”. Cada nuevo proyecto, en su planteamiento inicial, está expuesto a un posible “fracaso”, ya que en cada caso su desarrollo está al límite de lo sabido. Entendemos cada obra como un “incidente” o “accidente” en nuestro proceso de trabajo. El proyecto nunca debe perder el “carácter accidental”, ha de llevarte a un terreno todavía no explorado por ti. Estamos absolutamente en contra de la búsqueda de un estilo propio de éxito.

J.G.G. Ortega y Gasset establece la clasificación de las personas en coleccionistas y cazadores. Los coleccionistas desean la pieza para atesorarla y contemplarla. El cazador desea cobrar la pieza más difícil, la que le genera riesgos, la que le hace desarrollar su ingenio y capacidad, pero una vez cobrada, ya no le interesa y busca la siguiente, con continuo riesgo de fracaso. Sin duda la figura de cazador es la que nos gustaría siempre representar.

Si analizamos el grueso de vuestros proyectos, es indudable que la vivienda es una de las grandes protagonistas, ¿qué importancia cobra en esta tipología la habitabilidad? ¿Cómo ha evolucionado el diseño y la distribución de espacios en función de los cambios de hábitos?

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Viviendas en Encinar de los Reyes.

M.J.A. Desde que comenzamos a trabajar como arquitectos nos ha interesado la vivienda como campo de experimentación y reflexión, que además toca los grandes temas de la arquitectura como es el habitar. Pero cómo concebimos hoy en día el espacio para ser habitado, esa es la primera pregunta que hemos de hacer. Si nos paramos a pensar qué o cuáles son los elementos que definen nuestro hogar actual, observaremos que este se compone, cada vez más, de un mayor número de objetos de consumo, electrodomésticos o aparatos informáticos, destinados a resolver una creciente cantidad de funciones de la casa. Si observamos el nido de un pájaro veremos que éste realiza su nido como una envolvente de ramas, hojas, plumas, barro, alimentos… que le garantizan el confort y protección necesarios para su periodo de cría. Para nosotros, si seguimos jugando a similitudes, la casa se convierte, cada vez más, en un espacio cocina.

Si observamos la imagen del movimiento de una persona en la cocina, y analizamos cómo es esta, vemos que consiste en una envolvente de objetos de uso y almacenamiento que definen completamente la cocina. La consecuencia inmediata de la vivienda como cocina es ordenarla como tal, agrupando todas las funciones en sus bordes, paredes, suelos e incluso techos, quedando el resto del espacio de la casa liberado, vacío, pero determinado por sus perímetros funcionales.

¿Y en lo que se refiere a la vivienda social? ¿Qué importancia cobra en el diseño urbano? ¿Consideráis que es un ejemplo a seguir la que se hace en España?

J.G.G. Al examinar la situación actual de nuestras ciudades, en donde se han de insertar las nuevas edificaciones residenciales, hemos de constatar la existencia de un nuevo orden urbano en el que el crecimiento de la ciudad decimonónica, basado en el continuo de edificación cerrada y compacta, dejaría paso a un crecimiento ligado a las redes de comunicación y transporte que avanzan sobre el territorio. Estamos en un momento crítico, donde la edificación pierde protagonismo frente a las infraestructuras. La construcción de viviendas opera, así, en situaciones de borde, borde de redes y borde de ciudad. Estos bordes precisan una nueva imagen urbana.

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Viviendas en Encinar de los Reyes.

En el siglo XIX la vivienda era aquel continuo y neutro que iba rellenando el trazado de los ensanches, obteniendo así una imagen prefijada de ciudad. La imagen de la ciudad era previa a la construcción de la misma, existía una visión global, ya se sabía cómo iba a ser, y se podría dibujar antes de construirla. La calle en esta ciudad era entendida como un “surco”, una consecuencia final del continuo residencial. Ahora las ciudades crecen de forma muy distinta, crecen en anillos de comunicaciones y, con posterioridad, se van llenando los vacíos que se generan entre estos. La nueva calle es la infraestructura, la autopista, la situación inversa a la calle del ensanche, se comienza a trazar la ciudad por sus calles “rápidas” y después, y de forma desordenada, se implantan las edificaciones residenciales.

En esta nueva concepción urbana ya no existe una idea global, sino la suma de acciones puntuales. Se ha transformado el concepto de lugar, siendo incontrolado, casi fruto del azar, y demandando que al proyectar las nuevas edificaciones residenciales atendamos más a los aspectos concretos del lugar que a planteamientos generales no ajustados a la realidad concreta que nos rodea.

La vivienda social en España, generalmente promovida desde las administraciones públicas, deberá responder a las condiciones mencionadas y ser capaz de generar ejemplos y modelos a seguir por el sector privado. En los últimos años se han conseguido construir un número, siempre limitado, de buenos ejemplos de viviendas sociales, casi siempre con más valores propositivos desde la concepción del edificio que desde una auténtica investigación de la célula residencial.

“En la enseñanza trabajas con dos tensiones: la de no repetirte en lo docente y la de no traicionarte en lo profesional”

Otra de vuestras fuertes apuestas es el ámbito cultural. Más allá del propio espacio, ¿qué papel juegan estos centros como generadores de conocimiento y cómo afecta la arquitectura en los mismos?

J.G.G. Frente a otras disciplinas en las que interviene la creación, pensamos que la arquitectura, que nada tiene que ver con la mera edificación, es aquella capaz de expresar y reflejar su tiempo a través de la construcción, donde la técnica es el medio necesario y preciso para conseguirlo. La arquitectura debe resolver las nuevas relaciones entre el hombre, el espacio y la técnica. No creemos en el discurso que describe la obra de arquitectura meramente desde la destreza plástica y formal como origen y fin del proceso. La arquitectura necesita de la técnica definida como el “esfuerzo para ahorrar esfuerzo”, para ser esencial hay que ser racional y diestro en las soluciones técnicas. Claro está que las arquitecturas destinadas a usos culturales con más razón han de expresar lo anteriormente expuesto.

Con apenas unos meses de vida, el Instituto Contemporáneo de Arte de Miami aspira a convertirse en un icono de la ciudad, ¿qué le hace especial y le diferencia de otros proyectos?

M.J.A. El nuevo Centro ICA Miami surge con una voluntad de ser un referente artístico a nivel internacional y también un símbolo de la oferta cultural de la ciudad. El programa de una institución como es el ICA Miami ya es un reclamo atractivo, pero ¿por qué privar de un cierto grado de seducción a los espacios que lo acogen? Construir un espacio con un cierto carácter escenográfico no es renunciar a saber dosificar qué sensaciones se quieren provocar para marcar la identidad del nuevo centro.

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Centro ICA Miami. © Iwan Baan

Un centro de arte es muchas cosas. Es, por encima de todo, una forma de construir una visión del mundo, crear una trama a partir del significado de todas sus obras y de todas las líneas, más o menos visibles, que las unen. En su exterior, el museo es más expresivo y singular, mientras que en su interior las salas son más neutras para así permitir cualquier instalación o manipulación artística que se plantee en su interior. El Museo ICA Miami pretende ser también un contexto, un lugar en el que las lecturas y relecturas de cada obra quedan condicionadas y realzadas por el espacio que las expone, desde las salas al carácter global del edificio.

J.G.G. El centro de arte que proponemos debe responder a una doble función: ser un volumen que alberga y muestra obras e instalaciones artísticas y, al mismo tiempo, ser él mismo objeto cultural que asume su dimensión de referente urbano. Nuestro centro de arte contemporáneo pretende ser un nuevo foco urbano integrado en el conjunto del “Design District”, en el que se articulan los diversos edificios ya existentes y otros que se irán incorporando.

La fachada sur, que se apoya linealmente en la calle de acceso rodado y que es el acceso principal de nuevo museo, se construye con un plano metálico de piezas de aluminio y de geometrías triangulares, expresivo y abstracto, en el que se perforan unos huecos de luz que acentúan la pretendida radicalidad expresiva de la propuesta. Con esta operación se genera un “espacio ingrávido” a caballo entre lo real, lo imaginario y lo simbólico. Como un “gran imán” nos atrapa y transporta, con un determinado poder de seducción, hacia el interior de la nueva institución, provocando a la vez curiosidad, ansiedad y placer al visitarla. Una vez atravesada la fachada sur nos introducimos en un espacio corredor donde se produce el ingreso al museo y la conexión con el Jardín de Esculturas colindante con la fachada norte, con un tratamiento mucho más neutro construyendo una fachada de vidrio que ilumina con luz natural las salas de exposición. También permite establecer una relación visual entre el interior de dichas salas y el Jardín de Esculturas.

Se trata de vuestro primer edificio construido fuera de España, ¿cómo lo habéis afrontado? ¿Cómo han influido en este proyecto los patrones constructivos de EEUU?

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Centro ICA Miami. © Iwan Baan

J.G.G. El afrontar un proyecto como El ICA Miami Museum habiendo proyectado y reflexionado sobre otros espacios expositivos que hemos realizado, te permite ser mucho más eficaz y preciso en la definición del nuevo museo americano. La principal diferencia entre la mayoría de los museos y espacios culturales diseñados por nosotros y el ICA Miami Museum es que los anteriores han sido principalmente renovaciones de edificios existentes, que se transformaron para cumplir nuevas funciones. A menudo son palacios antiguos, conventos o edificios industriales. En Miami, pudimos diseñar un museo completamente nuevo desde cero y trabajar en un contexto muy diferente al de nuestro país de origen, España. Para nosotros este primer proyecto en Miami nos ha servido para descubrir los rigurosos patrones constructivos de EE.UU., todo está muy estandarizado. Tienes que ajustarte a lo ya ensayado, un simple cambio de detalle que no se haya probado antes puede requerir un coste de unos 100.000 dólares para realizar un ensayo para ser homologado.

“La arquitectura debe resolver las nuevas relaciones entre el hombre, el espacio y la técnica”

M.J.A. Otro aspecto a resaltar es que para arquitectos como nosotros, educados en España, con una formación donde entendemos y valoramos la importancia de la construcción y el control muy minucioso del proceso de ejecución de la obra, el colaborar con otra oficina de arquitectura americana nos ha generado mucha ansiedad y a veces impotencia por no estar físicamente presentes en el día a día de la construcción.

Otro proyecto muy interesante es el Museo ABC, que antiguamente era una fábrica de cerveza, ¿de qué manera ha condicionado esto en la configuración espacial de los usos de este centro cultural?

M.J.A. El Museo ABC de la Ilustración en Madrid fue un concurso que ganamos para rehabilitar los restos industriales de una fábrica de cerveza y que había que preservar con el nuevo uso como museo. Teníamos que responder a una adecuada intervención en un edificio histórico, pero sin renunciar a expresar un carácter de centro contemporáneo con una oferta cultural y artística diversa.

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Museo ABC.  © Jesús Granada

Para obtener el objetivo mencionado nos basamos en la remodelación de un patio interior delimitado por dos fachadas de viviendas y una medianera ciega consecuencia de la demolición de una nave adosada antigua. El mecanismo arquitectónico utilizado se basa en la creación de un “vacío tensionado”, un “diedro espacial” formado por el plano horizontal del suelo del patio, debajo del cual está la gran sala polivalente, y el plano vertical medianero de la fachada interior de la antigua fábrica.

En ambos planos se horadan huecos triangulares que funcionan como suministradores de luz al interior de las salas. La buscada y justificada geometría triangular y el material metálico que los construye convierten a los dos planos en un “gran imán” que atrapa y transporta hacia el interior del museo.

Tanto la fachada del ICA Miami como la del Museo ABC gozan de gran similitud, ¿se ha convertido esta geometría triangular en un sello de identidad del estudio?

J.G.G. Evidentemente este juego de las dos fachadas no puede ser entendido como una fórmula a repetir permanentemente. En el Museo ABC decidimos dibujar la geometría triangular expresiva y escultórica, sobre las superficies ciegas del suelo y pared del patio interior, no perceptible desde la calle Amaniel de acceso, construida en aluminio. Había que atraer, casi gritar, para capturar al visitante y desviar su atención de las otras dos fachadas de viviendas al patio de color rojizo.

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Museo ABC.  © Jesús Granada

En el posterior proyecto ya finalizado del ICA Miami Museum, las premisas son otras aunque la solución formal sea parecida. El museo se muestra a la calle como un único plano de fachada ciega por su orientación a sur y limitada en sus dos costados por otras edificaciones adosadas a ella. Por otro lado, el nuevo barrio donde se inserta, el Miami Design District, se construye completamente nuevo con edificios firmados por arquitectos internacionales y destinados a tiendas de primeras firmas de moda, galerías de arte y museos. Las calles, con un trazado urbano “europeo” se han ido conformando como una secuencia de fachadas concebidas como verdaderas piezas de diseño o arte.

La voluntad de la Fundación ICA Miami fue que tratásemos nuestra fachada ciega como un relieve escultórico que hiciese presente al nuevo museo en este “desfile de edificios” y nos “sugirieron” que retomásemos como punto de partida la fachada del Museo ABC que conocían por diversas publicaciones internacionales. Lo que en principio nos podía parecer una limitación se convirtió en una buena solución y respuesta a un contexto específico tan peculiar como es el Miami Design District.

En esta línea, ¿cómo definiríais vuestra arquitectura?

M.J.A. Aprendimos que la arquitectura es el juego de espacios y volúmenes, el arte de organizar el espacio. Pero si podemos estar de acuerdo con este enunciado, estamos más próximos a entender la arquitectura como todo aquello construido que alberga en su definición valores culturales, de civilización, de sensibilidad y progreso.

En el hacer arquitectura no sólo se necesita tener unos conocimientos de la disciplina, sino también captar cierto número de actitudes y de sensaciones, de emociones que pertenecen al mundo que nos rodea. Dejarse atrapar por el país que visitas, por el tema del último libro leído o la fuerza de las imágenes de una película. Debemos hablar de otras cosas para reafirmarnos en nuestro oficio de arquitecto frente a todo y gracias a todo.

Nuestra arquitectura surge de una continua situación “expectante”. Nos interesa todo lo que se produce hoy: nuevas referencias de pensamiento, nuevos sistemas constructivos, nuevos materiales… Nos nutrimos de la potencialidad del mundo que nos rodea. Sin embargo, cada vez damos más importancia a la experiencia propia, a nuestro “mundo interno”, a las reflexiones y conclusiones que hace que estemos más seguros de nuestras “inseguridades”.

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Parador Alcalá de Henares.

J.G.G. Tenemos muy claro que cada proyecto es una “cosa”. En cada proyecto hay un parámetro determinante, uno solo, todos los demás han de supeditarse a él. Esa “cosa” es diferente en cada caso y la cuestión más importante para nosotros es descifrar cual es. En unos casos será la escala, en otros el material, la sección, la célula, el vacío, etc. La arquitectura es un hecho global que parte de la construcción del espacio. El espacio, para nosotros, queda principalmente definido por la estructura, es el vacío que resulta de un esqueleto, lo demás, función, terminación… son una segunda capa que ha de superponerse de una forma sencilla y natural a este esqueleto determinante. Hacemos arquitectura desde nuestra experiencia vital. Hemos realizado un gran número de viajes, en gran parte con nuestros alumnos de la Escuela de Madrid, donde el aprendizaje es realmente transformador. De estas experiencias van surgiendo no sólo hallazgos sino confirmaciones de aspectos esenciales a la hora de abordar el trabajo de arquitecto.

¿En qué proyectos estáis trabajando actualmente?

M.J.A. Estamos preparando dos proyectos residenciales en Miami y Washington, y en España tenemos varios trabajos en marcha, varios residenciales de gran tamaño en Madrid y otros como la remodelación del entorno urbano del Museo de Bellas Artes de Valencia, la Rehabilitación de la Antigua Estación de ferrocarril de Ceuta como centro cultural, la ampliación del Archivo Histórico de Las Palmas de Gran Canarias o el nuevo Palacio de Justicia de Palencia.

¿Dónde reside el éxito del binomio Gallegos+Aranguren?

J.G.G. Si hemos conseguido algunos aciertos es porque hemos sabido aplicar la fórmula de 1+1 > 2. La suma de María José + Pepe es mucho más que dos, porque somos dos apasionados con nuestro oficio de arquitectos y hemos aprendido a confrontar y a discutir, para acordar la mejor solución a cada proyecto que abordamos con la ilusión de que pueda ser catalogado al final del proceso, no como construcción, sino como arquitectura.

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