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Construcción sostenible, ¿existe o no existe?

Geoda 2055 %28Mondrag%C3%B3n%2C Guip%C3%BAzcoa%29 %C2%A9 Estudio Luis de Garrido 2006El nuevo paradigma arquitectónico parece ser la arquitectura sostenible pero, ¿de qué se trata realmente? Una exposición comisariada por Luis de Garrido intenta arrojar un poco de luz sobre este término tan (ab)usado.

TEXTO Eduardo López-Jamar

El monumental embrollo conceptual que rodea lo que generalmente se denomina arquitectura sostenible provoca que cada cual adapte el término a su interés particular: el arquitecto defiende que su obra es la más sostenible, el promotor encuentra una nueva etiqueta con la que atraer clientes (y, si hay suerte, subvenciones), el político hace como que se cree lo que le cuentan y bendice la –presunta– sostenibilidad de la obra, y el usuario final, el ciudadano de a pie, no tiene más remedio que aceptar lo que puede, ya que, en realidad, no tiene mucha idea de eso que llaman arquitectura sostenible.

¿Existe realmente una arquitectura sostenible o es el último reclamo de un sector que busca desesperadamente volver a tiempos mejores? Luis de Garrido, arquitecto y especialista en el tema, comisario de la exposición Hacia otras arquitecturas. 24 proyectos sostenibles, está convencido de que sí, la arquitectura sostenible existe, y que es necesario explicarla bien para que todo el mundo sepa distinguir el grano de la paja o, según sus propias palabras, el día de la inauguración de la muestra, “para que no le cuenten más milongas”.
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Concepto ambiguo
Su tarea no es sencilla. El lío es tan grande, que ni siquiera los arquitectos se ponen de acuerdo sobre el propio concepto que califica a la arquitectura, sostenible. Los hay que rechazan categóricamente el término: Antonio Lamela, con dos proyectos en la exposición –la T4 de Barajas y el Contact-Center en Querétaro–, defiende que la arquitectura es sostenible por definición –si no lo fuese, se caería– y aboga por el uso de arquitectura sustentable. Luis Vidal, otro de los representados en la muestra, prefiere el término de responsable, desde un triple punto de vista: “el medioambiental, el económico y el social”.

Se emplee el término que se emplee, la muestra pretende colocar un poco de luz sobre el asunto. “La exposición tiene una parte teórica”, explica Luis de Garrido, “en la que el ciudadano puede ver de un solo vistazo de qué va esto de la arquitectura sostenible, que no se deje manipular y que aprenda a decir ‘esto que usted me cuenta no es así”.

Arquitectos para todos los gustos
La exposición presenta dos obras de cada uno de los arquitectos seleccionados por De Garrido. Entre ellos hay auténticas estrellas mundiales de la disciplina –Foster, Rogers– y otros no tan mediáticos, pero más asociados al respeto por el medioambiente –Yeang, Kirkland–.

Las obras presentadas incluyen todo tipo de tipologías, desde una vivienda unifamiliar –Headlands House, de David Kirkland– hasta proyectos urbanos –Masdar City, de Foster, y la Ecociudad en Montecorvo (La Rioja), de MRVDV y Gras–, pasando por rascacielos –como el Editt Tower, en Singapur, de Ken Yeang–.
“Cada uno de estos proyectos no es el súmmum de la sostenibilidad”, reconoce De Garrido, “no es modélico, sino que ha dado respuesta a unos programas. Pero la suma de todos los proyectos es modélica: lo que le pueda faltar a un proyecto lo tiene otro”.
Sede Repsol Madrid%C2%A9Luis Mu%C3%B1oz y Daniel Roris del Dpto Producci%C3%B3n Rafael de la Hoz Arquitectos
Educar a los empresarios
Propuestas como esta exposición, que tienen el objetivo de educar al ciudadano sobre cómo debe ser la buena arquitectura –dejando de lado aspectos estéticos– son, sin duda, muy necesarias.

“Pero es mucho más económico educar a los empresarios que al público. Eso daría resultados mucho más profundos”, replica uno de los grandes expertos en materia sostenible, el argentino Emilio Ambasz. ¿Cómo conseguirlo? “Proporcionando una manera de que obtengan beneficios a la hora de construir un edificio sustentable”, continúa Ambasz. “Eso significa un sistema impositivo que les anime a hacerlo”. Rafael de La-Hoz, que se encuentra a su lado, apostilla: “Sólo cabría añadir una cosa: que es necesario incluir al ámbito público. Es fundamental”. De estos dos arquitectos, Luis de Garrido ha optado por incluir el Edificio ENI, en Roma, y el Edificio Acros, en Fukuoka, Japón –del argentino–; y las sedes de Telefónica y Repsol (esta última, en proyecto), ambas en Madrid –del español–.

Volviendo a la raíz de la exposición: ¿qué es la arquitectura sostenible? Según Luis de Garrido, la arquitectura sostenible descansa sobre cinco pilares básicos: optimizar los recursos y los materiales utilizados (naturales y artificiales); disminuir el consumo de energía de los edificios y fomentar el uso de energías naturales renovables; disminuir las emisiones y los residuos generados en la vida útil del edificio; aumentar el bienestar y la calidad de vida de los ciudadanos y fomentar un equilibrio social global y, para finalizar, disminuir los costes y el mantenimiento de los edificios.

Y esta exposición no sólo desea explicitar esos cinco puntos imprescindibles para que sean conocidos por el ciudadano de a pie, sino que ilustra, con el ejemplo de los proyectos presentados, cómo es posible plasmarlo en edificios. O en ciudades, como el proyecto Ecociudad, en Logroño, cuya construcción comenzará en enero del año próximo. En ella, alrededor de 3.000 viviendas sociales podrán disponer de energía generada en el propio barrio, gracias a los paneles fotovoltaicos y las turbinas eólicas que serán instaladas en la colina donde se asentará la ciudad.

“Es el primer proyecto en España en el que la totalidad de la energía que se consume en el barrio se genera en el propio barrio”, asegura Guillermo Reynés, cuyo estudio, Gras, colabora con el estudio holandés MVRDV. “Es una apuesta por la integración de vivienda y energía, de forma que cuando un residente enciende la luz, mira por la ventana y ve el panel solar que la está produciendo”.

“Es bueno tener proyectos de este tipo”, asegura Jacob van Rijs, del estudio holandés MVRDV. “Estos proyectos sirven de ejemplo, de banco de pruebas para ver cómo funcionan los edificios y las tecnologías. La meta es que la etiqueta de sostenible no sea necesaria en la arquitectura, sino que se hable de buena arquitectura y mala arquitectura”, añade.

Entonces, ¿cuál es el objetivo de la arquitectura sostenible –o sustentable, o responsable, o simplemente buena arquitectura–? “Crear ecosistemas artificiales automantenidos”, afirma Luis de Garrido, “es lo que llamo naturalezas artificiales. Parece mágico, pero se puede conseguir”. ■

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