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Dubai. Burj Khalifa

burj khalifa webTras más de cinco años de obras, a principios de año se inauguraba el edificio más alto del mundo, el que ha batido todos los records imaginables. El estudio SOM es el autor de la nueva Torre de Babel.

El pasado 4 de enero se inauguraba, tras más de cinco años de obras, la estructura más alta jamás construida por el hombre, visible desde 95 km de distancia. Poco se puede añadir a todo lo manifestado a lo largo de estos años sobre el Burj Dubai –ahora, Burj Khalifa– aunque nunca está de más hacer un repaso por algunas de las cifras más espectaculares –o simplemente anecdóticas– de la nueva Torre de Babel con la que el hombre intenta por enésima vez alcanzar el cielo.
Aparte de los fuegos artificiales, paracaidistas y demás parafernalia inaugural, el estreno de la torre más alta del planeta vino acompañado de una novedad: el cambio en su denominación. Aunque las causas no están del todo claras, parece que el nuevo nombre, en honor al califa que gobierna Abu Dhabi y preside los Emiratos Árabes Unidos, Sheikh Khalifa Bin Zayed Al Nahyan, tiene algo que ver con el reciente rescate financiero de Abu Dhabi al emirato dubaití, tras el anuncio de éste –con amago de terremoto bursátil mundial incluido– de que no podía asumir el pago de su deuda.
El Burj Khalifa ha batido todas las marcas de construcción en altura que establece el Consejo de Edificios Altos y Habitat Urbano (CTBUH, en sus siglas en inglés).
SOM (Skidmore, Owings & Merrill), el estudio autor del diseño, es un especialista en la tipología del rascacielos. De hecho, cinco de los diez edificios más altos del planeta llevan su firma. El rascacielos dubaití, con sus 828 metros ha superado al Taipei 101, de 508 metros, de C.Y. Lee & Partners Architects/Partners; al Shanghai World Financial Center –492 metros, obra de Irie Miyake Architects and Engineers–; a las Torres Petronas –obra del argentino César Pelli, con 452 metros de altura cada una– y, para terminar con el Top 5, a la Torre Willis (antes Torre Sears), también diseñada por SOM.

burj khalifa noche

Flor del desierto
El diseño de la torre –aseguran sus autores– está inspirado en una flor que crece en el desierto, la Hymenocallis. Como ella, la torre cuenta con un núcleo central hexagonal y unos brazos que se extienden desde el mismo. En concreto, son tres extensiones que van reduciendo su longitud y girando en forma de espiral a medida que se van elevando en altura. El núcleo emerge de nuevo en la cumbre de la torre en forma de pináculo o remate. Esta estructura en forma de Y en espiral –calificada como “núcleo con contrafuertes” por sus autores– permite ofrecer menor resistencia al viento. De hecho, durante su diseño y construcción fueron necesarios exámenes en el túnel de viento y en la propia obra.
Los cimientos de la torre constan de una losa de hormigón armado de 3,7 metros de espesor, sustentada por pilares del mismo material de 1,5 metros de diámetro y 43 de alto. Como dato anecdótico, en la construcción de la torre han sido empleados alrededor de 330.000 m3 de hormigón.
 

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