La pandemia de COVID-19 ha transformado profundamente nuestras vidas y rutinas laborales, imponiendo nuevas demandas sobre los edificios en los que habitamos y trabajamos. Esta necesidad de adaptación fue el tema central del reciente episodio del podcast Desafío Sika 30/50, donde expertos de Sika, el Consejo General de la Arquitectura Técnica de España (CGATE), el Clúster de Hábitat Eficiente AEICE y Green Building Council España (GBCe) discutieron sobre la relación entre los edificios y la salud.
La contaminación del aire en interiores puede ser mayor que en el exterior
Uno de los aspectos más destacados de la conversación fue la calidad del aire interior. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que la contaminación del aire en interiores puede ser hasta cinco veces mayor que en el exterior. Juan López-Asiain, director del Gabinete Técnico del CGATE, enfatizó que prácticas simples, como dormir con la puerta cerrada, pueden incrementar la concentración de CO₂ en una habitación, afectando la respiración y el descanso. Además, se subrayó la importancia de la salubridad de los materiales de construcción y la urgente necesidad de rehabilitar edificios antiguos para que cumplan con los actuales estándares de bienestar y salud ambiental.
En un contexto donde la eficiencia energética, la reducción de la huella ambiental y la descarbonización de las ciudades son prioritarias, la salubridad de los edificios adquiere una relevancia crucial. Dolores Huerta, directora general de GBCe, recalcó la influencia del entorno construido en nuestra salud física y mental: “Pasamos un 80% de nuestro tiempo en interiores. La influencia de nuestro entorno en nuestra salud es muy alta y no siempre somos conscientes de ello”.
La selección de materiales insalubres en la construcción es un tema crítico. Julia Gómez, del departamento de prescripción de Sika, señaló que la empresa trabaja para asegurar que sus materiales sean lo más saludables posible, minimizando los Compuestos Orgánicos Volátiles (COVs) en sus productos. Gómez explicó que realizan una pre-polimerización de los bisfenoles en sus resinas para evitar que se liberen como volátiles y que prefieren las láminas de poliolefina (FP) en la impermeabilización de cubiertas, ya que no contienen plastificantes migratorios.
La rehabilitación de edificios antiguos es ya una necesidad
Gómez también destacó la importancia de las hojas de seguridad, documentos públicos que detallan la toxicidad de los materiales y sus posibles impactos en la salud. “Es imprescindible que los prescriptores y técnicos consulten estas hojas para comprender adecuadamente los riesgos asociados con los materiales que utilizan”, afirmó.
«Existen numerosos edificios antiguos que no cumplen con los estándares»
La rehabilitación de edificios antiguos, especialmente los construidos antes de la normativa actual, es esencial para evitar condiciones insalubres. López-Asiain destacó la necesidad de enfocarse en viviendas existentes con graves carencias de accesibilidad, problemas de humedad y materiales peligrosos. “Los edificios de esa época requieren una rehabilitación integral para cumplir con los estándares modernos de confort y salud”, añadió.
Finalmente, Enrique Cobreros, director de AIECE, subrayó el desafío que enfrenta España para alcanzar los objetivos de la Unión Europea en la Estrategia a Largo Plazo para la Rehabilitación Energética en el Sector de la Edificación en España (ERESE). «Existen numerosos edificios antiguos que no cumplen con los estándares«, señaló. López-Asiain concluyó enfatizando que la rehabilitación no solo debe enfocarse en reducir emisiones, sino en mejorar la calidad de vida de las personas en sus entornos.
Estos debates reflejan una creciente conciencia sobre la importancia de adaptar los edificios para mejorar la salud y el bienestar, una meta que requiere la colaboración de todo el sector de la construcción.
