La humedad es un problema común en muchas edificaciones, especialmente en aquellas con estructuras antiguas o mal impermeabilizadas, y que se puede manifestar de diferentes maneras. Pero queremos mencionar concretamente la humedad por capilaridad, un fenómeno que ocurre cuando el agua del suelo asciende a través de los poros y capilares de los materiales de construcción, afectando tanto la integridad estructural como la estética del edificio.
Como consecuencia, se puede llegar a un deterioro de los materiales de construcción, la aparición de moho y hongos, el desprendimiento de revestimientos y pinturas y por tanto, a un aumento de los costos de mantenimiento.
Es necesario, por tanto, encontrar una solución adecuada. Si bien ya hablamos en su momento de algunas soluciones a la humedad en paredes, en este caso concreto de humedad por capilaridad, se habla mucho del tratamiento por electroósmosis. ¿De qué estamos hablando exactamente? ¿Sirve para algo?
¿Es válida la electroósmosis?
La electroósmosis es un método que se basa en la aplicación de un campo eléctrico para revertir el flujo ascendente del agua, dirigiéndola nuevamente hacia el suelo.
La instalación de un sistema de electroósmosis es relativamente sencillo y puede llevarse a cabo sin necesidad de realizar grandes obras en el edificio. Tras una evaluación del sitio, se colocan los electrodos en las paredes y se conectan a una fuente de alimentación que generará el campo eléctrico necesario. Una vez instalado, el sistema debe ser monitoreado regularmente para asegurar su correcto funcionamiento.
En teoría, los electrodos crean un campo eléctrico que obliga al agua a moverse en la dirección opuesta, alejándola de los materiales de construcción y devolviéndola al suelo.
Hay voces que indican que es un sistema de muchas ventajas, pues es no invasivo (no requiere obras) y defienden que puede ser eficaz en situaciones donde otros métodos no han funcionado, especialmente en estructuras con problemas crónicos de humedad por capilaridad.
Sin embargo, otras voces defienden que no sirve para mucho si se trata de otro tipo de humedades que no son por capilaridad. Hay estudios como este publicado en Journal of Cultural Heritage que afirman lo siguiente: “Usando diferentes valores de voltaje entre los electrodos y con el material bajo examen, no observamos ninguna variación en la distribución del agua dentro del material ni ninguna diferencia en los fenómenos de evaporación”.
Y es que parece ser que en algunos casos, los resultados pueden ser inconsistentes o insuficientes para resolver el problema de humedad completamente. Si a eso se añade que aunque no necesita obra, la instalación profesional de un sistema de electroósmosis puede ser costosa y que el sistema requiere una fuente continua de electricidad, puede no ser la solución más idónea.
Consideraciones
En cualquier caso, si estás considerando la electroósmosis como una solución para problemas de humedad por capilaridad en tu edificio, – que parece ser la única en la que es efectiva – te dejamos algunas consideraciones que te pueden ayudar a evaluar la situación.
- Cuenta con un profesional con experiencia en tratamientos de humedad.
- Evalúa el coste inicial en comparación con otros métodos disponibles y considera los beneficios a largo plazo.
- En algunos casos, puede ser beneficioso combinar la electroósmosis con otras soluciones de control de humedad, como barreras de vapor, deshumidificadores y sellantes impermeabilizantes.
Porque la electroósmosis no es una solución mágica que funcione siempre. Su efectividad puede variar dependiendo de múltiples factores, como la naturaleza de la construcción, el tipo de materiales utilizados y la fuente específica de la humedad. Por lo tanto, es crucial realizar una evaluación detallada y considerar todas las opciones disponibles antes de tomar una decisión.
