Ubicada en Castelldefels, un pequeño pueblo de costa cercano a Barcelona, la parcela, de forma alargada y escalonada, tiene una orientación prácticamente norte-sur, situándose al sur las amplias vistas hacia el mediterráneo. Esta direccionalidad ha sido reforzada tanto en el concepto exterior como en el interior, de manera que la casa ahora surge como un volumen blanco desde una base aterrazada de mármol en la que se van sucediendo pequeñas plataformas y jardines, que descienden hasta la zona de piscina, resuelta en el mismo material, y las zonas ajardinadas, hasta llegar al pabellón de sauna, proyectado sobre un antiguo almacén existente que se encontraba en ruinas.
El fuerte desnivel que tiene la parcela facilita que todos los espacios exteriores tengan una clara conexión con las vistas del mar. Todos los exteriores se han tratado de forma homogénea, para dotarlos de unidad, mediante una paleta reducida de materiales, de los que surge la masa blanca de la casa existente, la cual, hacia el exterior, se ha tratado de la misma manera homogeneizando materiales y acabados.
El planteamiento interior de la casa parte del requerimiento de dos plantas con un alto grado de independencia entre sí, resolviendo en el nivel superior el programa funcional necesario para una familia de cuatro componentes, y en la planta inferior espacios adicionales para familiares, así como otras zonas de ocio y trabajo.
Con el objetivo de mantener en todo momento la relación con las vistas del mar al sur, se ubica un volumen exento de planta rectangular cerca de la entrada en el nivel superior, que contiene las escaleras, un pequeño trastero, y la cocina, de manera que se genera una circulación alrededor, conduciendo desde la entrada a las zonas de uso común, y al otro lado de este volumen, a los tres dormitorios, todos con su propio baño. El carácter de las circulaciones a uno y otro lado es completamente distinto, siendo el flujo hacia las zonas comunes más abierto, pasando junto a una gran isla de cocina que da la bienvenida, en comparación con un ambiente más íntimo en el ala de dormitorios.
La situación de este bloque ya de por sí organiza toda la planta, ubicando los espacios de cocina, comedor y salón, abriéndose estos dos último a las amplias vistas del mar. Una sucesión de armarios separa los dormitorios de las otras salas, situándose las puertas como elementos singulares rehundidos en esta circulación. El acceso a la casa desde la planta superior se plantea como un vaciado triangular en una de las esquinas, de color amarillo, con el objetivo de plantear dos posibles caminos en la planta, bien hacia las salas, bien hacia los dormitorios, a la vez que singularizar el acceso.
El planteamiento material de los interiores parte de un ambiente uniforme donde domina el color blanco, en el que surgen distintos apuntes de material y color. Así, el bloque exento se resuelve en una madera lacada de color azul, en claro contraste con el resto del ambiente, señalando su papel de organizador, que a su vez presenta, en los nichos de este bloque (cocina y estanterías), acabados rojos de ónix y madera lacada; la isla de la cocina se resuelve en acero inoxidable con un sobre de granito, como otro elemento flotando en mitad del espacio, asentado sobre un suelo de mármol que interrumpe el suelo de madera del resto de espacios.
El frente que separa las salas de los dormitorios tiene un acabado de madera casi blanco, con una textura muy sutil, y las puertas que dan acceso a los dormitorios se resuelven mediante una composición de acero inoxidable y latón; los dormitorios juegan con distintas composiciones de panelados, estanterías y escritorios, combinando formas, materiales y colores, y los baños replican estos juegos añadiendo otros materiales como la cerámica de pequeño formato. El conjunto es un contenedor neutro donde aparecen elementos característicos que personalizan las distintas habitaciones, creando unos interiores ricos en texturas, materiales y colores, que enriquecen la experiencia espacial interior.
Todos los cerramientos han sido tratados para mejorar su aislamiento y comportamiento energético, tanto en las secciones macizas como en las nuevas ventanas, mientras que un nuevo sistema de aerotermia resuelve las necesidades de climatización de manera altamente eficiente. La mayoría de los materiales provienen de proveedores locales, reduciendo la huella de carbono de la construcción.
