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Edificio Aguamarina (Gandía): Una rehabilitación pensada para durar

Desde ULMA destacan que «la vida es una maestra que nos va poniendo retos a lo largo del camino y o aprendemos o nos estancamos. Esto es una verdad como un templo, y lo triste de esto es que no nos damos cuenta hasta que llegamos a la madurez. Las personas que han entendido las reglas del juego, aprenden que la anticipación es uno de los aprendizajes que les ha enseñado su camino».

Esta reflexión, menciona ULMA, surge después de hablar con Salvador Navarro Gil, el arquitecto responsable de la rehabilitación de este proyecto, el edificio Aguamarina en Gandía.

El edificio Aguamarina

Este edificio está situado en primera línea de playa. Esta situación privilegiada también tiene sus inconvenientes. Las vistas son divinas, pero la salinidad del ambiente marino y las inclemencias del tiempo son la parte negativa para la durabilidad del edificio.

Los objetivos más importantes planteados a la hora de abordar esta rehabilitación han sido, por un lado, sustituir las piezas deterioradas que se estaban desprendiendo, y por otro conseguir que  los nuevos frentes de forjado, se pudieran desmontar de manera sencilla, para facilitar posteriores reparaciones, además de la reparación actual de los forjados. 

A esto se refiere ULMA cuando habla de anticiparse a los problemas. Sabiendo que es probable que en el futuro haya que reparar algún canto de forjado más, es mejor tenerlo previsto y definir un proceso sencillo de desmontaje, lo que ahorrará tiempo y coste en el futuro.

Salvador lleva muchos años rehabilitando edificios y lo primero que ha tenido en cuenta, es la elección del material de las nuevas piezas. Stoneo en un material no poroso, con un nivel casi nulo de absorción de agua, ideal para los entornos junto al mar. Ni la salinidad, ni la humedad le afectan, por lo que las piezas tienen un envejecimiento digno y envidiable.

Pero además estos elementos prefabricados, no llevan armaduras interiores, lo que ayuda a evitar el problema de la carbonatación. En el edificio Aguamarina, la carbonatación la provocó la oxidación de las armaduras de los forjados. Esta oxidación de los elementos metálicos, provoca que se hinche el material a su alrededor y la zona más frágil de la pieza, la central, se suelte y se desprenda. Lo podemos apreciar en la imagen.

Diseño a medida y sistema de instalación

Este es uno de los puntos fuertes de ULMA. Lo primero que se aborda en todo proyecto, es el estudio de la necesidad y el tipo de pieza que se tiene que sustituir. Se diseña la pieza a medida teniendo en cuenta la morfología del edificio. 

El edificio de Aguamarina, cuenta con unas curvas en las zonas laterales de la fachada, teniendo que adecuar las piezas a formas cóncavas y convexas, y así se diseñaron las diferentes piezas necesarias. En el edificio original, las piezas tenían una forma más redondeada. Para la rehabilitación, se han diseñado 2 piezas que cumplen con el objetivo de proteger los forjados, utilizado un frente con forma Z alargada coronada con un vierteaguas que cubre el conjunto. 

El servicio técnico, además, ha proporcionado para este proyecto en concreto, solicitado por el Arquitecto, un sistema de instalación con el que se ha conseguido colgar las piezas de una subestructura de doble perfilería metálica atornillada al canto de forjado.

En ULMA, llevan 25 años rehabilitando edificios, y sabemos que no hay trucos mágicos. La calidad de nuestro material habla por sí misma y el servicio tanto técnico como de asesoramiento que ofrecemos así como los proyectos realizados durante estos años son nuestra mejor carta de presentación. 

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