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¿Cómo puede ayudarnos la Inteligencia Artificial a hacer las ciudades más sostenibles e inteligentes?

La revolución de las ciudades inteligentes cada día influye en más aspectos de nuestras vidas. En arquitectura, ya existe una gran variedad de herramientas aplicables a distintos campos, como el diseño o para el modelado de los edificios. Estas últimas innovaciones prometen ser grandes aliadas para el arquitecto y sus proyectos de smart cities.

Concretamente, de los programas actualmente existentes, muchos están dedicados a la cuestión del urbanismo. Esto se debe a la gran cantidad de retos  que debe afrontar el arquitecto, en su dimensión de urbanista, como por ejemplo: la construcción de viviendas sociales, el desarrollo sostenible de las ciudades, la accesibilidad y seguridad de las ciudades.

Sidewalk Labs, por ejemplo, es un software que te permite optimizar el rendimiento de los edificios, asegurar la eficiencia energética o atender a la seguridad y comodidad del entorno. Esta herramienta combina IA, aprendizaje automático y tecnologías de sensores. Autodesk Forma, de igual manera, se ha pensado para facilitar la labor de arquitectos y urbanistas a la hora de diseñar ciudades más sostenibles. Funciona con información de la nube y posibilita la toma de decisiones de forma más informada.

Medir la habitabilidad de Madrid y Barcelona 

Es importante señalar que estas aplicaciones están yendo más allá del plano teórico. Ciudades de todo el mundo ya han empleado la IA de una u otra forma para su particular diseño urbanístico. Madrid y Barcelona han hecho un uso similar de esta tecnología. Ambos proyectos han sido coordinados por la agencia 300.000 Km/s, entidad dedicada a mejorar la planificación urbana gracias al uso del big data. Una de las preguntas que se plantean es si el criterio subjetivo es cuantificable. Desde 300.000 Km/s piensan que sí, que las experiencias personales de los vecinos pueden traducirse en datos, que contribuyan a entrenar a la inteligencia artificial.

Madrid

En el caso madrileño, se puso en marcha la iniciativa Arturo, un algoritmo de aprendizaje automatizado pensado para establecer cuáles son las condiciones para una ciudad habitable. Para ello, se pide la ayuda de los ciudadanos para establecer estos criterios. Para entrenar a esta inteligencia artificial, los participantes deben escoger entre dos imágenes para determinar cuál de las dos se corresponde a un entorno habitable. Este proyecto inició el 1 de septiembre de 2018 y finalizará el 7 de febrero de 2025, ¡así que todavía se puede participar!

Barcelona

Bajo esta misma premisa, en Barcelona impulsó el proyecto Mercè. Los vecinos de la Ciudad Condal pudieron elegir sus preferencias sobre distintos tipos de calle y alimentar el banco de información para la inteligencia artificial. En el informe final se detectó que algunos de los criterios de habitabilidad son la longitud del tramo de la calle, la frondosidad de la vegetación, la densidad residencial, el número de árboles, la cantidad de vehículos que transitan por el segmento de calle o la conectividad con otras calles.

Prevención de desastres naturales en Palma con IA

En otro sentido, en Palma han promovido la creación de una inteligencia artificial que permite anticipar los desastres naturales, como por ejemplo una riada, así como medir la calidad del aire o la recogida de residuos. Esto forma parte del recién creado departamento de Innovación en el área de Urbanismo, motivado desde el Ayuntamiento mallorquín. El objetivo es crear un mapa de la ciudad que les permita tomar decisiones de forma más adecuada

Reducir la contaminación gracias a la IA

A nivel internacional, en Tiflis (Georgia), gracias a su alianza con Green City Watch, han determinado el estado, la ubicación y el tamaño de los árboles de la ciudad. Esto ha sido posible gracias al uso de imágenes satelitales y el aprendizaje automático de una inteligencia artificial geoespacial. Con estas herramientas, se han construido cuatro nuevos parques que han reducido en 413 toneladas su CO2.

En varias ciudades europeas, entre las que se encuentran París o Helsinki, ha operado el proyecto AI4Cities, un sistema que busca optimizar el funcionamiento de los semáforos. Esto no solo ha ayudado a la movilidad dentro de las ciudades sino que también ha contribuido a reducir las emisiones contaminantes producidas por el tráfico en un 2%. 

Ciudades con “gemelos digitales”

También es frecuente la creación de gemelos digitales. Hablamos de réplicas digitales de las ciudades que permiten observar de forma dinámica los entornos físicos y las interconexiones urbanas. Estos gemelos se pueden usar para operaciones del día a día, calcular la calidad de aire, observar las zonas de sombra de la ciudad o como prevención de desastres medioambientales. Dublín o Shangai son algunas de las metrópolis que han implementado esta iniciativa. Según ABI Research, a partir de 2025 habrá más de 500 ciudades con gemelos digitales implementados.

Beneficios y desafíos del uso de la inteligencia artificial

Algunas de las ventajas que presenta el uso de la inteligencia artificial están relacionados con el incremento de la eficiencia, el uso de datos más precisos, la toma de decisiones más automatizadas y simplificadas, o una mayor participación por parte de la ciudadanía

Sin embargo, todavía queda un largo camino por recorrer, ya que la inteligencia artificial presenta algunas dudas y desafíos. Actualmente, hay una falta de datos (por ejemplo, en la densidad de población o el uso del suelo urbano), que impiden optimizar el uso de estas tecnologías. También existe un riesgo de que los resultados no sean equitativos, provocando ciertos sesgos poblacionales y urbanísticos por parte de los algoritmos. 

Asimismo, se ha puesto sobre la mesa el problema de la privacidad, con el fin de evitar la hipervigilancia y la recopilación constante de datos. En relación a esto, también se ha manifestado la necesidad de protegerse de posibles ciberataques, ya que estos pueden resultar una importante amenaza para el funcionamiento de las ciudades, si parte de los procesos se automatizan.

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