El crecimiento constante de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Berna (BFH) hace que, en la actualidad, los distintos departamentos estén repartidos en 26 sedes diferentes en Berna, Biel, Burgdorf, Magglingen y Zollikofen. Esto dificulta la cooperación en la enseñanza e implica duplicidades y elevados costes de alquiler, además de falta de espacio. Muchos de los edificios ocupados actualmente están envejecidos. En 1997 se unieron 12 universidades para formar la Universidad de Ciencias Aplicadas de Berna “BFH”.
Integrando naturaleza y comunidad
En 2016, el Cantón de Berna decidió concentrar los departamentos de Salud (G), Trabajo Social (S) y Economía (W), así como el departamento de Artes Escénicas de la HKB (Universidad de las Artes) en un único campus en la zona de Weyermannshaus Ost en Berna.
En 2018, el proyecto “Dreierlei», diseñado por el equipo de proyectistas wulf architekten gmbh de Stuttgart y STUDIOPEZ de Basilea, ganó el concurso abierto e internacional del Cantón de Berna. El proyecto combina los edificios departamentales independientes con un edificio “zócalo” común y un amplio espacio exterior.
Concepto
El reto de este proyecto era generar un nuevo espacio dinámico que mantuviera el espíritu de un campus, consolidando las diferentes facultades bajo un mismo techo.
Este objetivo se consigue mediante una calle peatonal que atraviesa el campus a modo de espina dorsal pública que conecta la ciudad con un parque. Los edificios están conectados en el lado norte mediante un espacio exterior, cuidadosamente diseñado y de acceso público, y con un riachuelo abierto a la ciudad, uniéndose de esta forma al campus.
Una red de senderos sin tráfico, zonas de juego, vegetación, varios espacios al aire libre y las zonas de asientos invitan a los visitantes a pasear y a entretenerse. El edificio está proyectado en estructura híbrida de hormigón y madera y está dotado de una fachada energética activada mediante paneles fotovoltaicos.
Propuesta
La construcción se concibe como un conjunto de tres volúmenes en cubos, que forman un edificio escalonado tanto en planta como en sección. De esta manera, STUDIOPEZ responde con un simple gesto arquitectónico a todas las complejidades del proyecto: la geometría del emplazamiento, los principios del plan director, tanto en términos de volumen y altura como de relación con los edificios vecinos, los requisitos programáticos y los entornos próximos.
La interconexión de los cubos y la estructura clara de la planta permiten una utilización de máxima flexibilidad. Paralela al parque del campus discurre una vía de acceso interior, la llamada “calle interior”, que, como arteria peatonal principal de la universidad, enlaza todas las unidades entre sí y conduce a los vestíbulos de conexión vertical de los edificios.
La materialidad de las fachadas se corresponde con el concepto estructural global: constan de elementos prefabricados de hormigón en el zócalo y elementos de madera en las plantas superiores.
La altura escalonada del edificio refleja una de las ideas rectoras del plan director: «Las masas edificatorias deben condensarse hacia el centro del solar. Hacia los bordes del solar, los volúmenes de los edificios deben transmitir un efecto mediador con el entorno y los edificios adyacentes».
Al adaptarse a la pendiente del entorno del edificio, el cubo central se retuerce, expresando la independencia de su uso como escuela superior de música y teatro. Esto crea una apariencia lúdica a pesar de la compacidad de la estructura general. Además, contribuye a reforzar el concepto de «volumen amasado» que se encuentra en varias parcelas del campus.
