Los modelos urbanos a lo largo de la historia han ido cambiando y las ciudades se han desarrollado teniendo en cuenta diferentes consideraciones: unas veces defensivas, por proximidad a recursos naturales, según la función principal (residencial, de trabajo, vacacional, etc.); a veces por una planificación madurada y programada, y otras de una forma espontánea y desordenada motivada por modas, cuestiones económicas u otros intereses. En cualquier caso, la clave fundamental de la construcción de la ciudad ha sido la relación entre el relieve del suelo elegido y el trazado del viario.
Para definir las calles se necesita una información inicial que verifique que dicha red viaria tiene una correcta adecuación física, considerando la longitud, la anchura, el recorrido y la pendiente. En la actualidad, estos parámetros de la calle se encuentran muy reglamentados, pero la ciudad histórica, que carecía de ese tipo de límites normativos, se enfrentó a la adversidad topográfica de los terrenos para conectar diferentes lugares, salvando los desniveles encontrados.
La adecuación de estos aspectos de la calle, fundamentalmente de las pendientes, es una cuestión primordial para garantizar la movilidad autónoma y segura de los peatones y el desplazamiento de vehículos. En España los parámetros máximos de pendiente longitudinal y transversal están establecidos por la Orden TMA/851/2021, de 23 de julio, por la que se desarrolla el documento técnico de condiciones básicas de accesibilidad y no discriminación para el acceso y la utilización de los espacios púbicos urbanizados. En concreto, en su artículo 5 “Condiciones generales del itinerario peatonal accesible”.
En muchas ciudades el trazado de calles muy inclinadas hizo que estas se nombraran con el esfuerzo físico que se debía hacer para recorrerlas. Así, por ejemplo, en Altea (Alicante) nos podemos encontrar con la Cuesta de las narices y la Cuesta de los machos; en Granada, la Cuesta de Abarqueros y, en Madrid, la Cuesta de Moyano o la Cuesta de San Vicente. Pero el ranking de calles con mayor inclinación del mundo lo encabeza Baldwin Street en Dunedin (Nueva Zelanda), cuyo tramo final tiene un 35% de pendiente. Hay vías en las que ha habido que recurrir a soluciones ingeniosas, como en la calle Lombard Street en San Francisco, que se resuelve con un recorrido en zig zag para poder salvar el desnivel existente, o la “rampa italiana” (rampa escalonada) en la Cordonata Capitolina en Roma. También hay calles mixtas, con calzada central con mucha pendiente para los vehículos y aceras laterales escalonadas para los peatones, como la Cuesta Santa Ana en Cusco (Perú) y, al revés, escalera central y rampas continuas en los dos laterales como en Fuestespalda (Teruel). En ocasiones, las dificultades para realizar movimientos de tierras impedían salvar el desnivel con una rampa convencional y se generaban las calles-escaleras como Santa Úrsula Street en Malta o la calle África en Santander.
La clave fundamental de la construcción de la ciudad ha sido la relación entre el relieve del suelo elegido y el trazado del viario
Una transformación total de la ciudad de Medellín
En el caso de las escaleras mecánicas, el ejemplo más representativo de proyecto de movilidad y transformación social es el del Barrio Las Independencias de la Comuna 13 en Medellín (Colombia). Se trata de una obra inédita y compleja de escaleras públicas al aire libre, realizada durante 2011 y que cambió drásticamente las condiciones de vida de sus habitantes. Las casas empinadas se esparcían por toda la montaña, con muy malas condiciones y dificultades para acceder al barrio o evacuar a una persona enferma o accidentada, condiciones que se agravaban cuando llovía. Además, el sector vivía una etapa de gran violencia, el barrio era feo y estaba descuidado, a lo que se sumaba que desde la calle donde transitaban coches hasta la zona superior existía un desnivel que se salvaba con tramos de escalera con 350 peldaños.
Antes y durante la obra se realizaron campañas pedagógicas y asambleas comunitarias para informar, sensibilizar, reeducar y enseñar a la comunidad los beneficios, el cuidado, los riesgos y el uso —pues muchos nunca las habían visto— de las escaleras mecánicas que se iban a instalar. El proyecto supuso:
- Un cambio en la movilidad urbana.
- Un cambio en el aspecto externo siendo un espacio mucho más bonito.
- Cambió la vida de muchos jóvenes que comprendieron que lo bello es tan importante como lo útil, modificando sus vocaciones y empezando a estudiar y trabajar.
- Aprendieron a respetar, cuidar y mantener limpias las instalaciones.
- Se construyeron 1.102 m2 de espacios públicos, con pasajes peatonales y un gran mirador a la ciudad que supone un lugar para visitar por los turistas.
- Beneficio para 12.000 ciudadanos de los que el 60% fueron turistas.
- Generador de empleo y motor económico.
- Freno de la criminalidad y la violencia.
En la actualidad las escaleras mueven alrededor de 4.000 pasajeros al día y cuenta con 12 tramos con una longitud de 384 metros que reemplazaron 350 escalones iniciales. El mantenimiento y funcionamiento de las escaleras lo gestiona desde el año 2011 Ascensores Schindler Colombia.
El papel crucial del ascensor urbano
La solución más extrema para salvar desniveles y conseguir la inclusión urbana, sin que ninguna persona se sienta excluida en la ciudad, es el ascensor urbano. Ya tenemos referencias a finales del siglo XIX con el elevador Lacerda, primer ascensor público ubicado en la ciudad de Salvador, Estado de Bahía (Brasil), y los elevadores de La Gloria, Bica y Lavra, en Lisboa (Portugal), aunque estos eran funiculares. En 1901, en la misma ciudad, se instaló el elevador de Santa Justa para comunicar los barrios de la Baixa Pombalina y el Chiado.
En la sociedad actual la movilidad es la actividad prioritaria y la accesibilidad y la inclusión se han convertido en valores fundamentales para construir comunidades más responsables, equitativas y justas. Muchos de los barrios más deteriorados socialmente, o donde vive la gente mayor, se encuentran en lugares geográficos complejos con diferencias de cota, que motivan que ciertos colectivos sean excluidos de una accesibilidad urbana eficiente. En este contexto, el ascensor urbano ha surgido como un motor de cambio que impulsa la transformación de nuestras ciudades, no sólo desde el punto de vista estético, sino también desde el punto de vista social. Con su capacidad para superar barreras físicas y proporcionar acceso vertical a personas con movilidad reducida, discapacidades físicas y personas mayores, el ascensor urbano desempeña un papel crucial en la promoción de la igualdad de oportunidades y la participación plena en la vida urbana.
Este avance tecnológico no sólo garantiza la movilidad de las personas, sino que también tiene un impacto significativo en la forma en que vivimos y nos relacionamos en entornos urbanos. Al eliminar las barreras arquitectónicas y facilitar el acceso a diferentes niveles de edificios y espacios públicos, el ascensor urbano además de mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad, también promueve la inclusión social y la interacción entre diferentes grupos de la sociedad.
Además de su impacto en la accesibilidad y la inclusión, el ascensor urbano también contribuye a la promoción de la movilidad sostenible. Al proporcionar una alternativa eficiente y saludable al desplazamiento en automóvil, fomenta el uso de medios de transporte más sostenibles. Esta transición hacia una movilidad más sostenible tiene un efecto positivo en la reducción de la congestión del tráfico, la contaminación y las emisiones de gases de efecto invernadero, creando ciudades más limpias y saludables.
En esta era de transformación urbana, el ascensor urbano se presenta como una herramienta vital para crear ciudades inclusivas, equitativas y sostenibles
Evolucionando e integrando nuevas soluciones
La innovación en el diseño y la construcción de ascensores ha permitido la incorporación de tecnologías inteligentes, mejoras en la eficiencia energética y el uso de materiales más sostenibles, fortaleciendo aún más su papel como motor de cambio en la sociedad. España es un país puntero en la puesta en marcha de este tipo de obras, así tenemos muchas ciudades con una topografía compleja que han apostado por proyectos que, además de estructuras, son obras de arte. Es el caso de Pamplona, Santander, Lleida, Badajoz, Vitoria, A Coruña, Eibar, Bilbao, Valladolid… y Vigo que, dentro del proyecto “Vigo vertical”, contará con Halo de ascensor futurista, que fue uno de los dos mejores trabajos de “Arquitectura no construida” del mundo en los premios LOOP Design Awards 2021.
El derecho a la ciudad no abarca únicamente el acceso, sino también la interacción y participación en los servicios que se ofrecen
A continuación, se analiza el impacto del ascensor urbano como motor de cambio en la sociedad por varias razones:
- Accesibilidad universal: Facilita el acceso a personas con movilidad reducida, con discapacidad y personas mayores. Al eliminar las barreras arquitectónicas y proporcionar una forma más segura, rápida y cómoda de desplazamiento vertical, permite participar plenamente en la vida diaria a todas las personas, cumpliendo con sus derechos y obligaciones, acceder a los servicios que esta ofrece, llegar a los puestos de trabajo y espacios públicos, disfrutar del ocio y socializar con seguridad, autonomía e independencia.
- Inclusión social: Para dar cumplimiento a los objetivos de desarrollo sostenible, los gobiernos quieren garantizar los derechos humanos de todas las personas, basados en la universalidad, la participación, la igualdad y la no discriminación, por ello al proporcionar una infraestructura accesible, se fomenta la igualdad de oportunidades y se reduce la discriminación basada en la movilidad. Porque el derecho a la ciudad no abarca únicamente el acceso, sino también la interacción y participación en los servicios que se ofrecen y en la propia construcción de la misma conforme a los deseos y necesidades de las personas que la habitan.
- Movilidad sostenible: Fomentar el transporte vertical en zonas densamente pobladas y con edificios altos, promueve la movilidad sostenible, ya que se reduce el transporte privado en automóvil, usando medios de transporte más sostenibles y saludables como el transporte público, la bicicleta o el caminar. Además, se reducen desplazamientos innecesarios, minorando el uso de energía y los tiempos para otros usos y disfrutes.
- Revitalización urbana: Al mejorar la accesibilidad, la rapidez, la seguridad y la comodidad para los residentes, trabajadores y visitantes, se incentiva la inversión, la actividad económica y el desarrollo de espacios públicos más vibrantes. Además, comunicar barrios y zonas aisladas dentro de una misma ciudad potencia el comercio, el ocio y la comunicación, al mismo tiempo que desarrolla en las personas un sentido de pertenencia y responsabilidad por el mantenimiento de las infraestructuras, pues si estas se estropean por vandalismo o mal uso, los afectados son los propios usuarios. Los ascensores urbanos acercan distancias.
- Innovación tecnológica: Los avances tecnológicos en el diseño y la construcción de ascensores urbanos han permitido la creación de soluciones más eficientes, seguras y respetuosas con el medio ambiente. Las mejoras en la eficiencia energética, el uso de materiales más sostenibles y la integración de tecnologías inteligentes han llevado a la evolución de los ascensores urbanos, convirtiéndolos en una parte integral de la infraestructura urbana inteligente. Las empresas de ascensores apuestan por la sostenibilidad en los aparatos y ya existen en el mercado modelos que funcionan con energía producida por paneles solares, que, además de minorar el consumo, la pueden generar y consigue funcionar sin conexión a la red eléctrica, lo que abarata en costes e infraestructuras.
- Fomento del turismo: Estas intervenciones promueven el turismo accesible y suponen un aumento significativo del turismo nacional e internacional, ya que se convierten en atractivos turísticos ineludibles, como miradores por las vistas que desde puntos más altos se ven de la ciudad, como nueva entrada a cascos históricos, por la experiencia de realizar el recorrido en alturas sorprendentes, a distintas cotas o por el paso de un río, e incluso por ver la propia obra de ingeniería y construcción realizada.