La duda ha sido la protagonista indiscutible de los últimos meses, y es que la situación derivada de la crisis sanitaria del Covid-19 ha sembrado un mar de incertidumbre, lo que ha provocado un futuro incierto a corto plazo. Esto trae consigo una profunda reflexión por parte de la sociedad sobre aquello que nos rodea y el contexto en el que día a día se desarrolla nuestra rutina.
No sabemos cuándo, ni de qué forma, pero una vez hayamos superado esta situación se abrirá ante nosotros un nuevo futuro en el que tendremos que modificar muchos aspectos de nuestra vida que, hasta ahora, parecían inamovibles para hacer frente a lo que llaman la nueva normalidad.
Entre todos estos cambios, quizás uno de los más importantes será avanzar hacia una ciudad sana, donde el miedo a contagiarse deje de sentirse. Según la opinión de varios expertos, la contaminación y la crisis climática son una variante determinante en la propagación de este virus y en el nivel de gravedad de los síntomas en los pacientes contagiados. Así, un reciente estudio realizado por la Universidad de Harvard, en el que se ha analizado la relación entre la letalidad del Covid-19 y el grado de contaminación, pone de manifiesto que las ciudades que han tenido un mayor nivel de contaminación en los últimos años han visto aumentado su grado de mortalidad por este virus en un 15%.
Es por ello que, ahora más que nunca, surge la necesidad de reacondicionar las zonas urbanas con el objetivo de alcanzar una mejora en su sostenibilidad. Esto implicará un cambio en la estructura de nuestras ciudades, donde los espacios verdes pasarán a ser los indiscutibles protagonistas de un proceso de renaturalización.
En el ámbito particular, la situación de confinamiento nos ha llevado a valorar más que nunca el contacto con la naturaleza, hasta el punto de haber provocado un cambio importante en el sector inmobiliario que se traduce en un aumento del 40% en el número de personas interesadas en adquirir una vivienda que disponga de un espacio al aire libre en portales inmobiliarios como Fotocasa, ya sea una terraza, jardín, etc., donde poder compensar de algún modo la falta de contacto con el exterior. Estos espacios se han convertido en elementos de gran valor por lo que nos pueden aportar a nivel de bienestar emocional ante este tipo de situaciones.
Dedicar más tiempo a pensar en cómo es el hogar en el que nos gustaría vivir ha puesto de actualidad el concepto de viviendas sostenibles, aquellas en las que el jardín juega un papel fundamental, y no solo por el mero hecho de incluir un espacio verde, sino porque gracias a una estudiada planificación del mismo el consumo energético se ve reducido, lo que nos ayuda, entre otras muchas cosas, a regular la temperatura. Y es que hemos visto cómo en los últimos años la construcción ha ido apostando cada vez más por su integración, ya sea a través del jardín convencional, o a través de otras modalidades, como pueden ser los jardines verticales, que son fácilmente instalables tanto en interiores como en exteriores, o los jardines en cubiertas vegetales.
Pero para desarrollar una vivienda con un espacio verde que resulte verdaderamente funcional y sostenible, no debemos olvidar la importancia de contar con los profesionales adecuados, y es aquí donde entra en escena tanto la figura del paisajista como la del arquitecto.
Aún es pronto para saber hasta qué punto la situación que estamos viviendo cambiará otros aspectos de nuestro futuro, pero lo que sí tenemos claro es que este contexto ha puesto de manifiesto la necesidad que el ser humano tiene de estar en contacto con la naturaleza y, por tanto, el protagonismo que esta tendrá de ahora en adelante en nuestras vidas.
