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Diseño biofílico o cómo reconectar con la naturaleza

Fernando Pozuelo
Fernando Pozuelo es paisajista y trabaja bajo su propia marca Fernando Pozuelo Landscaping Collection | www.fernandopozuelo.com | @Jardindeautor

El estilo de vida urbano se ha apoderado de una gran parte de la población. Grandes ciudades masificadas, tráfico, atascos, contaminación o estrés están a la orden del día en nuestras rutinas sin casi darnos cuenta, lo que supone un alejamiento de la naturaleza, con largas exposiciones a la luz artificial, materiales sintéticos o aire filtrado. A la larga, esto puede tener un efecto muy negativo para nuestra salud, que ve cómo estos factores externos se apoderan de nosotros.

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El diseño y la arquitectura pueden -y deben- jugar un papel en este problema. No es algo nuevo que se tome como referencia la naturaleza, pero en los últimos años, hemos visto cómo esta premisa se convierte en una corriente imparable que ha ganado fuerza. Esto nos ha llevado al cada vez más predominante diseño biofílico.

Si nos preguntamos qué se entiende por diseño biofílico, podríamos decir que se trata de un movimiento que busca acercar la naturaleza a través de la arquitectura, el paisajismo y el diseño a los espacios urbanos. Para ello se propone la inclusión de elementos naturales en entornos que no lo son, como puede ser nuestro lugar de trabajo o nuestra propia casa. Con esto se pretende generar un estímulo sensorial al estar continuamente en contacto visual con la naturaleza.

Para conseguir este estímulo visual, se recurre al uso de plantas, jardines, el uso de grandes ventanales que permitan la mayor cantidad de luz natural posible, e incluso contar con la presencia de agua.

No sólo se trata de la inclusión de elementos naturales en el espacio, sino de valernos de todo lo que está en nuestra mano para su evocación, como la utilización de materiales como la madera, la piedra, el cuero; colores naturales y diferentes formas que nos recuerden a la silueta de las olas, las hojas de un árbol, hasta el pico de una montaña.

El arquitecto Oliver Heat es uno de sus grandes precursores, que lo defiende como una mejora en la calidad de vida. No es de extrañar, puesto que rodearnos de naturaleza, en nuestro hogar o en la oficina, tiene numerosos efectos positivos en la salud: reduce el estrés, aumenta la felicidad y nos invita a movernos más reduciendo el sedentarismo, entre otras cosas..

De esta forma, no resulta extraño que cada vez más multinacionales apuesten por recurrir a paisajistas profesionales para integrar el diseño biofílico en sus oficinas y grandes sedes. Una prueba de ello lo tenemos en grandes empresas como Amazon, que ha transformado su sede en Seattle en un claro ejemplo de diseño biofílico, con más de 40.000 plantas de varios rincones del mundo, que se entremezclan con paneles transparentes, o el Apple Campus 2, donde la compañía fabrica incluso su propia mermelada gracias a la presencia de plantas frutales. En el caso de España, podemos ver como son grandes empresas como Telefónica en su Distrito empresarial, con amplias zonas verdes rodeando sus edificios, o BBVA, que hace uso de elementos naturales en sus oficinas y azoteas.

Si nos paramos a pensarlo, no puede haber nada más natural que este auge por el diseño biofílico. Con el tiempo, nos fuimos alejando del campo del campo para integrarnos en grandes ciudades, donde somos presas del estrés o la contaminación. ¿No es ya hora de que traigamos de vuelta ese mundo verde y fusionarlo con nuestro actual estilo de vida?

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