José Morales y Sara de Giles consideran que la arquitectura debe pasar por la reflexión de lo que significa habitar y humanizar la ciudad. Juntos capitanean MGM, un estudio convertido en un laboratorio de investigación en el que, a través de sus proyectos, indagan en la relación entre los edificios públicos y la propia ciudad contemporánea. Hablamos con Sara de Giles de sus inicios, de los nuevos escenarios a los que se enfrenta la profesión, de proyectos pasados, de los que están sobre la mesa y de los que están por venir.
Fotografías: Jesús Granada
¿Por qué arquitectura? ¿Cuándo supiste que querías dedicar tu vida a esta disciplina?
Con madre y padre arquitectos, la arquitectura ha estado siempre presente en mi vida. En mi casa he vivido de muy cerca una constante e intensa dedicación a la profesión, lo cual me ha permitido concebir la arquitectura como algo natural en mi vida.
¿Cómo nace MGM Arquitectos? ¿De qué manera os complementáis como equipo de trabajo?
MGM Arquitectos lo fundó José Morales junto con Juan González Mariscal en el año 1987. Yo me incorporé como socia diez años más tarde, tras una estrecha colaboración de cuatro años siendo aún estudiante. La pequeña diferencia generacional me permitió ser, en el inicio, un complemento a la hora de abordar los proyectos en base a distintas herramientas proyectuales. Durante varios años de colaboración a tres, pudimos realizar la construcción de obras de gran relevancia. Más tarde, el estudio pasó a ser de nuevo de dos miembros. Ahora, José Morales y yo, nos complementamos incluso en la docencia.
Muchos de los proyectos que habéis llevado a cabo proceden de concursos públicos, ¿cuáles crees que son los rasgos diferenciadores de vuestras propuestas con respecto al resto de participantes?
Desde los inicios, el estudio MGM se ha alimentado en base a concursos de ideas. En los inicios, insistíamos en los concursos que se convocaban en el sur de España. Tras varios fracasos, en los que se nos tachaba por ser “demasiado suizos”, pasamos a probar suerte en otras localizaciones del territorio español. El primer concurso de ideas que ganamos fue en el año 1994, en Zamora. A partir de ahí, se comenzó a valorar lo esencial de nuestra arquitectura.
¿Cuál consideras que es el denominador común de vuestras obras? ¿Qué piezas clave no pueden faltar nunca?
Cada obra es diferente, no solo por el programa, sino por la localización, por el contexto, y por el usuario final. No obstante, en nuestros proyectos siempre buscamos la máxima eficiencia en la estrategia proyectual, la claridad en la construcción, unificación en materialidad y, lo más importante, siempre queremos “regalar” espacios a través de la arquitectura.
Y si nos centramos en los materiales empleados, ¿por cuáles te decantarías?
Nos sentimos cómodos con los materiales secos. La construcción ligera siempre permite el reciclaje posterior, nos permite ser eficientes en los tiempos, y mediante la superposición de capas puedes conseguir lo quieras: confort térmico, confort acústico y magia en la materialidad.
Analizando vuestros proyectos, es indudable que la arquitectura en Sevilla lleva vuestro nombre junto a otras grandes firmas como Vázquez Consuegra o Cruz y Ortiz, ¿en qué medida te identificas con los espacios que transitas en tu tierra natal?
Me gusta decir que la luz y el calor de Sevilla nos ha marcado en la búsqueda de una arquitectura más amable. Nos obsesiona la arquitectura que es capaz de crear espacios intermedios entre la ciudad y el propio edificio: espacios exteriores cubiertos, protegidos del sol y la lluvia, atravesados, activados, en definitiva, un lugar de encuentro. Esta búsqueda constante es lo que hemos heredado de nuestra ciudad natal.
“La arquitectura contemporánea es el reflejo de nuestro tiempo, su situación sociopolítica y el reflejo de sus inquietudes”
Galardonado en los Premios NAN, en la categoría de rehabilitación, el Antiguo Convento de Santa María de los Reyes es un inmueble de interés histórico que forma parte del patrimonio de la Junta de Andalucía, ¿dónde reside la magia de este espacio?
Esta obra se puede resumir en tres estrategias claras:
1. “Redistribución espacial”, abriendo en diversos puntos los espacios y huertas del antiguo convento hacia el espacio público de la ciudad.
2. “Redistribución social”, permitiendo que los ciudadanos incorporen estos espacios en sus itinerarios y actividades cotidianas, mediante actividades culturales, docentes, turísticas, ocio, etc.
3. “No al tuneado del patrimonio”, no transformarlo. Se trata de rescatar y preservar la materialidad de los distintos tiempos de la arquitectura.
La obra acabada en 2015, corresponde a la primera fase de un proyecto mucho más ambicioso ganado en un concurso de ideas en el año 2004. Esta primera etapa ha correspondido a la consolidación estructural y recuperación de espacios libres del antiguo convento. Es un proyecto complejo, que ha sufrido muchos ajustes a lo largo de estos años. Esperamos que las siguientes fases puedan reactivarse en un futuro próximo, ya que el conjunto tiene un gran potencial. La gran aceptación y demanda de uso de los espacios resultantes en esta primera intervención por parte de los ciudadanos lo certifica.
En el currículum de MGM encontramos teatros, viviendas, hospitales, museos, hoteles… ¿hay alguna tipología en la que te sientas más cómoda trabajando?
Ningún proyecto es cómodo, todos requieren de un gran esfuerzo y estudio, independientemente del programa y del tamaño. Paradójicamente, podría decir que disfruto mucho con los proyectos de vivienda colectiva que, precisamente, es el programa, a mi parecer, más difícil de resolver.
¿Crees que hay alguna obra que haya marcado un antes y un después en tu carrera?
Hay proyectos que han marcado importantes puntos de investigación en nuestro estudio y que, desgraciadamente, debido a la situación económica, no se han podido consolidar en obras acabadas. Actualmente, tenemos en el “congelador” del estudio hasta diez primeros premios obtenidos en concursos de ideas.Grandes proyectos, y no me refiero necesariamente al tamaño, que han llegado a marcar una fuerte tendencia proyectual en nuestro estudio, llevada a lo largo de muchos años. Por el momento, quedan los planos y las maquetas. No sabemos aún qué futuro les deparará.
Podría nombrar alguno de ellos, como por ejemplo la Biblioteca Central de Jerez, expuesta en el MOMA de Nueva York en la exposición de arquitectura española “On Site”, viviendas sociales en Úbeda, la Torre de oficinas sede de Portos de Galicia en Santiago de Compostela o la Hospedería de Fregenal de la Sierra. Cabe destacar que las construcciones de estos dos últimos proyectos se cancelaron debido a un cambio de signo político en la administración local.
“Nos obsesiona la arquitectura que es capaz de crear espacios intermedios entre la ciudad y el propio edificio”
¿Cuál es tu visión sobre los nuevos escenarios de la arquitectura contemporánea? ¿Qué se debería potenciar?
Desde luego, la arquitectura contemporánea debe pasar por la reflexión de lo que significa habitar la arquitectura y humanizar la ciudad. Actualmente José Morales y yo, como comisarios de la XIV Bienal de Arquitectura Española, hemos querido poner el acento en esta necesidad, la cual se está haciendo patente en las respuestas de los arquitectos españoles en los últimos años a través de sus obras. Los escenarios de la arquitectura contemporánea se deben centrar en la ciudad y en sus espacios de relación, en la arquitectura y en sus espacios de habitar, de trabajo y ocio. Todo bajo la atenta relación con las personas. Una arquitectura amable, para una ciudad más humana. A todo esto se le debe sumar por supuesto el correcto uso de materiales más eficientes, menos contaminantes, sin necesariamente renunciar a los materiales tradicionales. No olvidemos que la arquitectura contemporánea es el reflejo de nuestro tiempo, su situación sociopolítica y el reflejo de sus inquietudes.
¿Qué papel juega el espacio público en este nuevo contexto?
Siempre nos ha gustado pensar que el espacio público es también aquel que se encuentra en el interior de los edificios públicos y en el espacio colectivo de los proyectos residenciales. En nuestras propuestas nos obsesiona disolver esos espacios públicos con el espacio de la calle. Proponer una arquitectura que pueda “quitarse las vallas de encima”, eliminando los límites físicos y dar soluciones alternativas a las tipologías heredadas.
“En nuestros proyectos buscamos la máxima eficiencia en la estrategia proyectual, la claridad en la construcción, unificación en materialidad”
Actualmente, ¿qué proyectos están sobre la mesa del despacho de MGM?
De nuevo nos seguimos encontrando con diversos programas y escalas. En el tablero y en la obra tenemos desde una casa unifamiliar en el casco histórico de Sevilla hasta la biblioteca-mediateca central en la universidad de Paris Saclay. Todo ello pasando por una escuela infantil, un proyecto de vivienda colectiva, etc…Diversas escalas que requieren, al mismo tiempo, todo nuestro mimo y atención para poner un granito de arena más en conseguir una arquitectura y ciudad más humana, más amable.
