El intercambio de conocimientos y experiencias en torno al devenir de las metrópolis ha sido el punto de partida de la 3ª edición del Congreso Open House Madrid, que este año ha llevado por título «Ciudades del Futuro: de Roma a Marte». Un año más, el Palacio de Cibeles ha sido testigo de una clase magistral en la que ciencia, política, artes y, por supuesto, arquitectura se han dado la mano con el firme propósito de desgranar cómo son las ciudades en las que vivimos y qué será de los espacios que futuras generaciones habitaran. El encuentro ha contado la participación de un amplio espectro de personalidades que, como si de un caleidoscopio en movimiento se tratase, ha permitido a los más de 200 asistentes vislumbrar las diferentes perspectivas en relación al pasado, presente y futuro de dichas urbes.
Tomando como partida la reflexión de qué es Roma, la presentadora Anatxu Zabalbeascoa ha asegurado que la capital italiana es una ciudad en la que todos reconocemos una postal, una imagen. La búsqueda de estas postales ha sido objeto de estudio constante por parte de alcaldes y empresarios en las últimas de décadas, sin embargo «muy pocos edificios pueden convertirse en el emblema de una ciudad», ha sentenciado la presentadora. Roma enseña convivencia y planificación, es una ciudad hecha a capas gracias a que, quienes han estado en ella, han sabido respetar, reinventar y convivir con lo que existía.
Asimismo, Anatxu ha definido la capital italiana como un lugar de sorpresas, donde hay mucho por descubrir, dentro y fuera de la ciudad, y que no busca el impacto, sino la re-visita, el reencuentro. Por su parte, ha querido resaltar que en ella «todas las grandezas, todas las grandísimas postales, se pierden en el tejido urbano». Lo que Roma plantea es si es una ciudad histórica o de vanguardia. Esto nos lleva a tener presentes cuestiones como la convivencia de época, de estilos y de clases sociales; la capacidad de adaptarse a cambios de tamaños, de uso, económicos; y el ingenio para lidiar con inconvenientes.
La influencia política en las metrópolis
El primer ponente en romper el hielo ha sido Daniel Mòdol, quien ha resaltado en su ponencia la importancia de que la arquitectura tenga un papel político en las ciudades con el objetivo de dar respuesta a los retos que plantea el congreso. El concejal de Arquitectura, Paisaje Urbano y Patrimonio del Ayuntamiento de Barcelona ha destacado que el gran reto de nuestras ciudades es ser flexibles, ya que “han de ser capaces de vencer esa contradicción entre pensar que en treinta años todo el mundo estará viviendo en las ciudades y que, en cambio, la gente que viva en la ciudad no pueda estar en ella”. Por su parte, Mòdol ha reclamado la necesidad de un marco normativo propio, a día de hoy inexistente. “No solo necesitamos una regulación propia que nos permita de manera inmediata solucionar los problemas, sino entender que nuestras ciudades son finitas y no son capaces de albergar todas las necesidades que requerimos”, ha señalado. En su intervención, el concejal también ha hablado sobre la gestión de los recursos de las ciudades en el tiempo a través de una menor especialización y una mayor convivencia en las mismas.
Seguidamente, Pilar Pereda, asesora del Área de Desarrollo Sostenible del Ayuntamiento de Madrid, ha incidido en un nuevo modelo urbano más social, es decir, que esté hecho desde los ciudadanos y para los ciudadanos, y que, además, sea mucho más sostenible económica y medioambientalmente. Asimismo, Pereda ha destacado que “la accesibilidad no es un lujo, es un derecho”, motivo por el cual desde el consistorio se está apostando por el plan MAD-RE (Madrid Recupera).
Tras ella, ha sido el turno de Juan Fernandez- Aceytuno, consejero delegado de la Sociedad de Tasación, quien ha centrado su intervención en la parte intangible que vemos y que existe en la ciudad. Para ello, ha querido parafrasear a Eduardo Galeano afirmando que “tenemos mucho pasado por delante”, una afirmación que le ha permitido recordar lo que es la ciudad a día de hoy haciendo un viaje hacia atrás. El ingeniero ha destacado que la “la ciudad se ha convertido en un lugar de intercambio de ideas, de proyectos, incluso, de sueños” en el que no es la arquitectura la que transforma estos espacios, sino las personas.
Flavio Tejada, por su parte, ha hecho hincapié en las transformaciones urbanas y la implicación por parte de todos. El director de proyectos tanto en el sector del urbanismo como en el de infraestructuras en ARUP ha dejado de lado la importancia de las ciudades inteligentes para poner en alza la necesidad de potenciar el concepto de la ciudad digital, como aquella preparada para un nuevo modelo social. En este sentido, ha destacado las bases de las sociedades creativas, como es caso de la calidad de vida, el medioambiente, la cultura, el entretenimiento, la diversidad o la habitabilidad. Factores que van a dominar este nuevo modelo de ciudad digital.
Para cerrar este primer bloque, Valentí Gómez i Oliver ha sorprendido a los asistentes con su palíndromo Roma-Amor, atribuyendo a cada uno de los ocho fonemas, consonánticos y vocálicos, alguna de las características más reconocidas, histórica, artística y socialmente de la ciudad de Roma, caput mundi: O de ocio, M de maravillas, A de arte… Gracias a este recorrido, el filósofo y poeta ha mostrado las interpretaciones más sugestivas de una ciudad milenaria como Roma y su encaje en el futuro.
La importancia de la conexión urbana
La arquitecta Begoña Díaz-Urgorri ha sido la encargada de abrir el segundo bloque a través de la idea de que «las ciudades serán como sus habitantes», trazando para ello el perfil de los millenials, una generación que en España supone, a día de hoy, más de ocho millones de personas. En este sentido, Díaz-Urgorri ha advertido que el futuro del planeta se encuentra en las periferias urbanas, asegurando para ello que «los millenials suburbanos quieren un nuevo tipo de paisaje». Es el tiempo de los ciudadanos, de la vida colectiva, y por ello «el alcance de lo que representa y ofrece la arquitectura debe seguir multiplicando como nunca antes en nuestra era globalizada», ha sentenciado la arquitecta.
Tras esta ponencia, Ángel Alonso, del estudio aceboXalonso, ha centrado su ponencia en la verdadera revolución urbanística que está teniendo lugar en las ciudades, haciendo especial incidencia en la idea de no borrar el progreso, es decir, de progresar mirando a la historia. Para ello, Alonso ha hablado de los afectos como vía para explorar y hacer mejorar la arquitectura.
En la ponencia «las viviendas del futuro», Héctor Ruiz Velázquez ha hablado sobre la importancia del metro cuadrado, además de asegurar que estamos perdiendo el ritual de lo que era vivir en un sitio, de ducharse, de cocinar, de quedar con amigos, etc. «Hablamos de viviendas que contienen más que arropan o acogen» ha sentenciado. En esta línea, el arquitecto ha destacado la necesidad de configurar casas como elementos vivos que te hagan sentir algo.
Beth Galí ha sido muy clara desde el principio de su intervención: «la ciudad del futuro no admite preguntas, o es o no es». La arquitecta ha querido hablar en su ponencia sobre el tamaño de las ciudades, lo que le ha llevado a afirmar que lo que vamos a tener que cuidar es el tiempo, el cual «si no lo gestionamos bien, la ciudad se nos va a descontrolar y desbocar». Asimismo, ha puesto en alza la idea de ciudad como propuesta social, afirmando que «la ciudad es un proyecto arquitectónico en el que se desarrollan formas de convivencia». Finalmente, ha reflexionado sobre la seguridad de las urbes, afirmando que «por cada control policial, por cada pilona, la ciudad es menos ciudad».
Este segundo bloque ha culminado de la mano de Jacobo García-Germán quien, retomando el tema de la periferia, ha resaltado que «los arquitectos tenemos que utilizar nuestra imaginación en lugares que han quedado abandonados alrededor de las ciudades». Igualmente, ha hecho hincapié en la necesidad de volver a leer la ciudad, así como la importancia de dibujarla.
Un futuro no tan lejano
El último de los bloques ha sido iniciado por Mar Santamaria, quien ha enfocado su intervención en la necesidad de ayudar a los actores urbanos a hacer mejores ciudades a través del análisis de datos. En esta línea, ha asegurado que «las ciudades del mañana serán aquellas que nosotros seamos capaces de imaginar y, para ello, hay que preguntarse cómo queremos que sea». Además, ha pronosticado que esta ciudad no será distinta en apariencia, sin embargo «todo lo que sucede en el espacio, nuestras relaciones, los encuentros, etc. estará mediado por la tecnología».
Seguidamente, el artista Eugenio Ampudia ha despertado la curiosidad del público con un sinfín de proyectos que ha llevado a cabo en ciudades, en los cuales se ha podido apreciar cómo un edificio puede pedir ayuda o la manera en la que el césped puede llegar a generar empatía, entre otros muchos ejemplos. Por su parte, ha hecho referencia a los museos, los cuales considera que “deberían pasar de ser contenedores a ser aspersores de cultura que calen en la sociedad”.
Finalmente, y como colofón a una jornada marcada por interesantes reflexiones sobre el pasado, presente y futuro de los espacios habitables, Hugh Brougton ha recurrido a la ciencia con su ponencia «vivir en lugares remotos». El arquitecto especializado en instalaciones en regiones polares ha hecho especial hincapié en dos proyectos: el centro de investigación Halley VI y el laboratorio Juan Carlos I. Entre las conclusiones extraídas, Hugh Broughton ha restado que “veinte metros cúbicos por persona es todo lo que necesitas para sobrevivir durante dieciocho meses”. El III Congreso Open House Madrid ha estado patrocinado por las compañías Actis, Hitachi, Sika, contando con la colaboración de las empresas ABB y Schréder Socelec.
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