Pequeños módulos de plástico que, a modo de piezas de Lego, se ensamblan unos en otros formando muros de hormigón proyectado, que sustituyen al encofrado tradicional de ladrillo y cemento. A su favor, el ahorro de costes, la facilidad de montaje y desmontaje y la versatilidad, ya que la maximización de su rendimiento sólo depende de los retos que se plantee el usuario.
Pero ofrece más. Resistencia, estética y reutilización son otras de las ventajas que ofrece este nuevo producto. Por eso, aunque en origen estaba ligado a la construcción de muros, es útil para piscinas, bordillos, arquetas, stands o pilares, y las aplicaciones que ofrece pasan también por la decoración o el bricolaje. Sus medidas (20 cm de largo, 10 cm de ancho y 10 cm de alto) y poco peso (336 gr) facilitan su montaje y transporte, pero no son impedimento para que puedan resistir hasta 5.000 Kg de peso. Además, Gunita Block es un material aislante, que cumple con los requisitos del CTE y es tan útil para acondicionar un estudio de sonido como un invernadero.
Aplicación de Gunita Block en una piscina.
Su creador, el empresario malagueño Pedro Claverías, buscaba la manera de abaratar la construcción de piscinas cuando desarrolló una alternativa: “sustituir el encofrado tradicional de cerámica por un material de plástico de alta resistencia de fácil colocación y que además se puede reutilizar”. Así nacía Gunita Block y, para crecer, Claverías se alió con la compañía barcelonesa Sugar, donde defienden “las infinitas posibilidades del producto por sus cualidades formales y estructurales”.
La patente del producto les respalda, y la amplia gama de colores en que se ofrece al mercado lo convierten en un pequeño gran elemento que, no obstante, sigue creciendo.
