La crisis que atraviesa el sector de la construcción ha provocado que el consumo de la industria cementera haya caído el 51,9%, con dos millones de toneladas. Estos datos sitúan el consumo en niveles inferiores a los registrados en enero de 1998. Si tomamos como referencia los últimos doce meses, el descenso si sitúa en el 27%.
Según los últimos datos ofrecidos por la patronal del sector, Oficemen, la producción de cemento ha debido amoldarse a esta situación y durante el primer mes del año se han producido 1,9 millones de toneladas, lo que representa un descenso del 47,8%. Durante los últimos doce meses, este decrecimiento se sitúa en el 25,7%. Las 37 plantas instaladas en España están teniendo que reajustar sus turnos de producción y en algunos casos se han visto obligadas a parar.
Como parte de la estrategia para amoldarse a esta coyuntura negativa, el sector cementero ha potenciado sus exportaciones, que han crecido en el mes de enero un 22,3% con respecto al mismo mes de 2008, y un 103% si tomamos como referencia los últimos doce meses. En cuanto a las importaciones, a pesar de la caída de la demanda siguen llegando 6,8 millones de cemento y clinker (en los últimos doce meses) de países no firmantes del Protocolo de Kioto y por tanto con menores requisitos medioambientales. Estas importaciones suponen un incremento en las emisiones globales de CO2 frente a las que se producirían si se consumiera cemento fabricado en una de las plantas integrales españolas, que cuentan con las mejores tecnologías disponibles en el mercado y que lideran en ranking en eficiencia energética.