Estelle Orient fue una de las estudiantes que en julio de este año 2024 presentaron sus proyectos de final de grado de UIC Barcelona School of Architecture en la sede del COAC. En concreto, los estudiantes presentaron soluciones para tejer la ciudad a través de la regeneración de los barrios del Besòs. Temas totalmente alineados con la agenda urbana de BCN: recuperación de los espacios fluviales, la conexión de los barrios periféricos y la promoción de la sostenibilidad y la cohesión social.
¿Qué te motivó a elegir la carrera de arquitectura? ¿Ha habido alguna persona o influencia en tu decisión?
Cuando entras en un estudio como lo es la arquitectura, difícilmente puedes llegar a imaginar lo que conlleva, sacrificio, horas, pasión, dedicación… A mi me llamó la atención su creatividad y la posibilidad que te abría para cambiar el mundo. Ahora si tuviese que volver a responder, la escogería por cómo te enseña a mirar, que no ver, por cómo cualquier certeza es digna de entrar en crisis y por cómo de inciertas se pueden volver tus máximas. En definitiva, por cómo te deconstruye, y te enseña, que “cómo no va a ver un cómo, sin un porqué”.
«la nueva concepción del diseño, que te libera de los recursos finitos, dañinos e impuros, que nos condicionan y limitan la vida»
¿Qué importancia ves en la sostenibilidad dentro del campo de la arquitectura?
Personalmente, quiero pensar que arquitectura y sostenibilidad no son compañeros, sino parte de un mismo objetivo, la búsqueda de una dirección, en la que el diseño coexista con los recursos, y que en este espacio de confort y éxito, la mayor carencia que se tenga es la energía, puesto que el recurso más verde que existe, es el que no se consume y por ende, el que no se necesita. Si tuviese que definir la sostenibilidad, sería algo parecido a la nueva concepción del diseño, que te libera de los recursos finitos, dañinos e impuros, que nos condicionan y limitan la vida, tanto a los humanos, como al resto de seres y plantas que conviven con nosotros.
¿Qué herramientas o tecnologías has encontrado más útiles durante tus estudios?
Puede sonar obvio, pero la mejor herramienta que he aprendido, ya las llevaba conmigo, pero no sabía hacer buen uso de ellas. Aprender a observar, a escuchar, a pensar, a tomar decisiones, a tomar conciencia, a estar presente.
«El pensamiento crítico y la habilidad de permanecer sereno son grandes cualidades en este oficio»
¿Qué habilidades prácticas crees que son esenciales para un arquitecto y cómo las has desarrollado?
El pensamiento crítico y la habilidad de permanecer sereno son grandes cualidades en este oficio. Delante de una crisis que te pueda plantear un profesor, un proyecto o incluso la vida, una buena gestión delante de una situación crítica puede ser determinante para resultar en un fracaso o el mayor éxito. Aprender a gestionar y permanecer atento al entorno, se aprende a base de ensayo error, de escucharse a uno mismo y los valores aprendidos, para encontrar por dónde tirar.
«La Generación Z del mueble nace de una frustración»
¿Cómo crees que la arquitectura puede influir en la comunidad y la sociedad en general?
Un mal diseño, puede llegar a condicionar tu vida, tu comfort, tu habilidad para socializar, la salud, tu orientación, el estado de ánimo, la productividad… Realmente, la arquitectura tiene el poder de cambiar el mundo, de cambiar la sociedad. Puede convertir espacios odiados en preferidos, ciudades desaparecidas en puntos de referencia, edificios obsoletos en huellas de carbono positivas… Tiene el don de la magia, que transforma todo por donde pasa.
Hablemos ahora de tu Trabajo de Fin de Grado. ¿En qué consiste el proyecto «La Generación Z del Mueble» y cómo elegiste el tema?
La Generación Z del mueble nace de una frustración. De una tarde volviendo de la universidad, horrorizada por la barbaridad de muebles y maderas tiradas por las calles de Barcelona. De la curiosidad por llevarme un mueble completamente nuevo gratis a casa, de la rabia de pensar que todos esos recursos iban a ser perdidos.
El proyecto busca poner solución a un problema real que afronta el municipio de Barcelona con la masiva cifra de 65 Toneladas de muebles y maderas lanzados cada año, triturados y convertidos en contrachapados. De la mano del leit motiv del programa aparece el del edificio, un bloque industrial de 8.000 m² con naves industriales de cerchas de hormigón con una altura, en el polígono industrial de Montsolís, en la Verneda, Barcelona. Un polígono rico en oportunidades, pero actualmente obsoleto por la falta de espacios verdes, de ocio, industria productiva y transporte accesible, público y sostenible.
«Una nueva industria de reutilización de los muebles lanzados a la calle y fabricación nueva de muebles a partir de las maderas»
Así pues, se plantea una reutilización de las naves preexistentes a partir de un esponjamiento en planta baja, que derivará en una reubicación de la densidad en altura. ¿Y cómo se llena el vacío, manteniendo un equilibrio en el espacio? En el caso del proyecto, a través de un estudio minucioso estructural, en el que se plantean una cerchas invertidas nuevas que encajen con la geometría estructural existente para crear un nuevo concepto de “mega cercha warren”.
Ésta unión, permitirá una ampliación de la capacidad de carga del edificio, pudiendo así ganar alturas. A partir de ahí, una nueva industria de reutilización de los muebles lanzados a la calle y fabricación nueva de muebles a partir de las maderas, abrirán frentes hacia una economía circular y un comercio mucho más asequible, puesto que la materia prima es gratis.
Además del carácter social del proyecto, al abrir plazas de ocio que coexisten con la industria, se formarán vecinos en los nuevos talleres de ebanistería abiertos en los tiempos muertos de la industria, como talleres para residentes. En cuanto a materiales, se hace un upcycling de la preexistencia y se plantea un frente ligero, tanto visual como material, por lo que a la nueva construcción superior se refiere. Finalmente, tanto el diseño del espacio público como el propio edificio han sido pensados para que cualquier tipo de usuario sea capaz de orientarse y disfrutar de las instalaciones.
«La investigación estructural, fue parecida a lo que imagino que debe ser un parto, un sufrimiento de amor y odio constante»
¿Cuáles fueron los principales desafíos que enfrentaste durante el desarrollo del mismo?
La búsqueda de la espacialidad y el desarrollo de la estructura fueron los mayores retos del proyecto. No parece tan obvio y al mismo tiempo es la propia magia de un edificio, encontrar espacios, que sin saber el motivo nos acojan o recojan. Quizás por su luz, o tal vez por su soberbia, en mi caso, por el diálogo entre vacíos y llenos y cómo éstos creaban un programa inexistente, la espacialidad. La investigación estructural, fue parecida a lo que imagino que debe ser un parto, un sufrimiento de amor y odio constante. Apostar por una idea tan desafiante de proyecto requirió de un estudio minucioso de las cerchas, pero muy agradecido una vez encontrada la solución.
«Esta “mega cercha warren” crea un precedente estructural, en el que la forma sigue a la función»
¿Puedes explicar el proceso de reutilización del espacio y la estructura existente en tu proyecto?
El reto era simple, reutilizar un espacio funcional y maximizarlo a través de un nuevo uso, nuevo usuario, en general una nueva generación. La creación de nuevos espacios a través de la reutilización de la estructura, permitió que se descongestionara la planta baja y por tanto acceso de todo tipo de usuarios, además de flexibilizar las plantas superiores.
Combinar dos usuarios distintos, como son, muebles y personas, creó necesidades distintas de circulación, por lo que los muebles se movían a través de un sinfín de tapices rodantes enrasados con el suelo y las personas se desplazaban en circulaciones eficientes y de deleite. La primera sucedía a través de los núcleos verticales y la segunda en los dobles espacios y vacíos que residen escondidos en el interior del edificio. En cuanto a la estructura, simplemente, buscaba reutilizar una infraestructura funcional, llevándola a un momento distinto, en el que el uso para el que fué pensada quedaba obsoleto, pero no su carga estructural. Así pues, esta “mega cercha warren” crea un precedente estructural, en el que la forma sigue a la función, y donde aparece un nuevo edificio a partir del existente.
¿Cómo desarrollaste el diseño sostenible de la fachada y la sección bioclimática del edificio?
Al tener una base tan robusta marcada por la preexistencia, la nueva piel del edificio debía de ser ligera, tanto a nivel visual como estructural. Las fachadas, tanto de los muros preexistentes como de los nuevos, varían según su orientación y por tanto la incisión del sol. Así pues, en planta baja las fachadas más afectadas como son la Sur y la Oeste, se separan del muro de fábrica de ladrillo existente y empiezan la piel térmica a cinco metros, reutilizando el muro como control solar y creando espacios de trabajo al exterior, para los meses más suaves.
En cuanto a la envolvente superior, se decide apostar por dos láminas de policarbonato celular con tratamiento solar, que dejan escondidas en el medio del sándwich unas lamas horizontales metálicas microperforadas como control solar. Ésta cámara tiene dos ranuras de ventilación domotizadas que permanecen abiertas en verano para crear una ventilación constante que descienda la temperatura de la cámara y en invierno se cierran para promover el efecto invernadero y ganar unos grados de temperatura.
Al igual que la planta baja, las fachadas superiores modifican su diseño según orientación. Así pues, se crea un espacio intermedio entre las zonas climatizadas y las no a través de un corredor que modifica su anchura dependiendo de si es fachada este, sur u oeste. A su vez estos espacios se conectan con los dobles espacios de vacío que conectan las otras plantas, por lo que se convierten en una red secundaria de movimiento y recorrido que además crea programa, dando el caso de comedores, corredores o accesos a distintas zonas.
Finalmente, la búsqueda por la energía positiva o la energía no necesaria, lleva el proyecto a intentar liberarse de la necesidad de energías, maximizando la ventilación cruzada, a través de una sección bioclimática. A través de unas ventanas corridas en la fachada, la creación de un patio lleno de vegetación en planta baja, y promover el efecto Venturi con unas rejillas de ventilación en los corredores de la fachada, aparece una ventilación cruzada a escala macro y otra a escala micro en el sándwich de la fachada.
«Más que en una carrera, se adentra en un estudio de efecto agujero negro»
Para finalizar, ¿qué consejo le darías a un estudiante que esté pensando en estudiar arquitectura?
Le explicaría, que más que en una carrera, se adentra en un estudio de efecto agujero negro. En el que te vas adentrando en una infinidad de sin fin de realidades, ideas, crisis, derrotas, alicientes y motivaciones, que van a terminar por cambiarte en lo que jamás podrás dejar de ser, un arquitecto. Y a partir de ahí, la magia sucederá allá donde vayas, porque te habrás convertido en una nueva versión de ti, más crítica y resiliente.