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Misión: generar impacto positivo y sostenible

El estudio de arquitectura Selgascano y el diseñador Andreu Carulla firman el restaurante TRAMO. Este proyecto no solo redefine la restauración urbana, sino que también establece un modelo de sostenibilidad y responsabilidad social que inspira a futuras iniciativas. El diseño respeta el espacio original, minimizando las intervenciones y preservando la estructura antigua. La distribución en diferentes niveles crea ambientes variados que recuerdan a un anfiteatro.

TRAMO, la segunda iniciativa de Proyectos Conscientes, empresa fundada en 2018 por Felipe Turell y Javier Antequera, redefine el ocio urbano y fomenta un consumo responsable. Tras el éxito de su primer proyecto, Mo de Movimiento, inaugurado en 2020, TRAMO se presenta como una evolución natural y transformadora en el sector de la restauración en España. Su diseño y desarrollo ha sido liderado por el estudio de arquitectura Selgascano y el diseñador Andreu Carulla, con un equipo interdisciplinario que incluye al bioingeniero Ismael Caballero, la experta en sostenibilidad Cristina Freire (TheNext Sustainability), Zimenta Obras y Proyectos, la consultora Soulsight y el estudio de diseño gráfico y branding Relajaelcoco. Además, TRAMO colabora con entidades sin ánimo de lucro como Asociación Norte Joven, Fundación Tomillo y Fundación Plaza de Los Oficios para ofrecer oportunidades laborales a personas con dificultades de acceso al mercado laboral.

Materiales sostenibles y modularidad

En este proyecto se han rescatado y puesto en valor las cerchas de hormigón y cables de acero visto de los años cincuenta del viejo local, una rareza arquitectónica en Madrid. Asimismo, se han abierto lucernarios en la cubierta original y su fachada ofrece un foco de vegetación y luminosidad en un área vecinal de cierta dureza estética.

Si por algo se caracteriza este encargo es por huir del modelo lineal de usar y tirar de la construcción. Para ello, ha creado circuitos cerrados durante el proceso de obra, es decir, que gran parte de los elementos constructivos que conformaban el anterior espacio tienen una segunda vida en el nuevo TRAMO. También, parte de la arena obtenida de las demoliciones se ha utilizado para producir la vajilla que se utiliza durante el servicio gracias a la colaboración con Volupte, un estudio de innovación cerámica de la capital. Toda la madera del local es reciclada y sirve para respaldos de asientos, puertas o frentes de los baños. Todos estos elementos y materiales podrían tener, a su vez, una tercera vida en el futuro.

La modularidad es una técnica de ecodiseño, más eficiente y sostenible, que permite una fácil fabricación, reparación y escalabilidad. En este sentido, Andreu Carulla ha creado un sistema de más de mil módulos cerámicos fabricados artesanalmente que forman parte de un sistema de climatización natural basado en pozos provenzales y que se integran en el espacio a través de una serie de bancos corridos.

Estos módulos de cerámica moldeada por extrusión, producidos por Ceràmiques Est, en La Bisbal (Girona), tienen una doble funcionalidad: canalización térmica del aire del exterior y asiento para el comensal. Asimismo, estos conductos cerámicos también aparecen en una pared final del espacio, a modo de sistema adiabático, creando una nube escultural en terracota sin esmaltar que atempera el local y favorece el confort acústico.

Además de con los conductos cerámicos, la modularidad se ha aplicado en el resto del mobiliario de TRAMO (sillas, mesas y lámparas), mediante un sistema de piezas de aluminio extruido que permite su ensamblaje dentro del propio local a modo de mecano.

Climatización natural y reutilización del agua

Con esta propuesta, el edificio se integra en su entorno y se posiciona como un ejemplo de diseño innovador y sostenible, proporcionando a sus habitantes un espacio de vida moderno y cómodo. Es un espacio PPA (Power Purchase Agreement), es decir, que genera energía verde y, a su vez, vende la que no consume gracias a los 12 paneles fotovoltaicos, situados en la cubierta del local. El espacio se climatiza mediante un sistema de aerotermia, pero sobre todo a través de un sistema de pozos provenzales que genera un clima natural en el local, un verdadero hito constructivo en el entorno urbano en España.

Para la construcción de los pozos provenzales, que suponen un ahorro energético de entre el 45 y el 48%, se ha contado con Ismael Caballero, bioingeniero civil y Doctor en Sistemas Energéticos por la Universidad Politécnica de Parma, uno de los seis únicos expertos en bioconstrucción que existen en España. Son instalaciones aerogeotérmicas de baja temperatura y poca profundidad que aprovechan la temperatura de la capa superficial del subsuelo para refrescar los espacios en verano y aclimatarlos en invierno, mediante un sistema de ventilación mecánica de doble flujo.

TRAMO incorpora un sistema de nebulización que permite también manejar de manera natural la temperatura y la humedad del restaurante. El agua de esta nebulización, además de regar la vegetación del local, también consigue humectar el espacio. Además, el espacio cuenta con diferentes sistemas de reutilización del agua de la lluvia, de los lavamanos y de la humedad de la tierra.

Asimismo, para aliviar la carga electrostática que se acumula a lo largo del día, se ha instalado en el lavamanos del baño una conexión eléctrica directa a tierra ubicada a tres metros de profundidad e independiente de la instalación eléctrica general. Así, el comensal, al lavarse las manos antes de comer, se descarga de esos iones, su cuerpo se relaja y está en mejor disposición para recibir las elaboraciones.

Textiles reciclados y confort acústico

El confort acústico se logra con Geopannel, paneles de lana reciclada y prensada que mitigan la reverberación de la nave. Todo el material que ha sobrado de su colocación en la cubierta se ha utilizado para el almohadillado de los bancos corridos, ya que, por su espesor, compresibilidad y propiedades, se ha adaptado muy bien a este uso. Esta solución se complementa con un tejido de acabado de la marca Pyton que, mediante un sistema de tapizado muy sencillo integrado en la propia fabricación de las piezas cerámicas y respaldos que componen el banco, hacen del conjunto una solución constructiva integral.

Textiles recuperados se han utilizado también para producir las luminarias diseñadas por Andreu Carulla y hechas por tramos de varilla roscada, normalmente usada en los falsos techos y rescatada de las propias obras del espacio. El disco de papel ha sido realizado con algodón reciclado y de manera artesanal por Sastres Paperers. Para su producción se han reciclado textiles como manteles, trapos y textiles de algodón puro que han sido desmenuzados y convertidos en fibra apta para ser utilizada en un nuevo proceso de creación artesanal.

Finalmente, para los uniformes del equipo se ha contado con la colaboración de Köhe, una pequeña consultora textil de A Coruña que apuesta por la creatividad, artesanía e innovación para hacer un uso más eficiente de los recursos.

Fotografías de Juan Baraja.

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