Gonzalo Echarri, director de Ortiz.León Arquitectos, fue uno de los invitados dentro del marco de Espacio NAN Sostenibilidad, celebrado el 23 de mayo en la Torre de Cristal de Madrid. Allí ofreció una ponencia sobre la evolución de la sostenibilidad en la arquitectura, destacando cómo su estudio ha abordado estos principios desde sus inicios en los años 80 hasta la actualidad. Durante su intervención, proporcionó una mirada en profundidad a diversos proyectos emblemáticos que han marcado esta trayectoria.
Echarri comenzó recordando sus primeros esfuerzos por integrar la sostenibilidad en la arquitectura con la Torre Mapfre, en el puerto de Barcelona. «La industrialización se consideró como uno de los hitos de sostenibilidad en los años 90», comentó, destacando el uso de sistemas modularizados y baños prefabricados en este proyecto.
En la década de los 2000, su estudio participó en un concurso para Sanitas, un proyecto que realmente impulsó su enfoque sostenible con estrictos criterios medioambientales. «Cuando los preceptos arquitectónicos responden de una forma natural a las necesidades sostenibles y medioambientales, los inicios siguen funcionando», afirmó Echarri, refiriéndose a la durabilidad y relevancia del edificio construido para Sanitas.
La ponencia también abordó la importancia de las certificaciones medioambientales, aunque Echarri subrayó que estas no siempre son suficientes para cumplir con los objetivos climáticos actuales. «Tenemos que ir más allá de las certificaciones y de las limitaciones que tenemos ahora mismo», dijo, mencionando que las técnicas actuales solo permiten llegar a una reducción limitada de las emisiones de carbono.
En la última década, explicaba, el enfoque de Ortiz.León Arquitectos ha evolucionado hacia la creación de espacios que promuevan el bienestar del usuario. «Queremos edificios que fomenten el bienestar de las personas mediante la presencia de la naturaleza, bien ventilados y soleados, con espacios amplios y agradables», explicó Echarri. Un ejemplo destacado de este enfoque es el edificio ARQBÓREA en Madrid, conocido por su flexibilidad y confort.
Además, Echarri enfatizó la necesidad de considerar la rentabilidad económica como parte integral de la sostenibilidad. «La sostenibilidad como un todo. No sirve de nada un edificio que ahorra mucha energía si no es rentable económicamente y no es bueno para las personas que viven en él», afirmó.
La reutilización de estructuras existentes también fue un tema central en su presentación. Echarri presentó varios proyectos en los que se ha priorizado la regeneración urbana y la adaptación de edificios antiguos para nuevos usos, reduciendo significativamente la huella de carbono. «La flexibilidad en los edificios y su capacidad de adaptarse a diferentes usos es esencial para la sostenibilidad económica, medioambiental y social», apuntó.
Para concluir, Echarri reflexionó sobre los retos futuros y la importancia de la colaboración en el sector. «Tenemos un reto por delante mayúsculo, pero creo que entre todos vamos a poder sacarlo adelante», concluyó, dejando claro que la sostenibilidad en la arquitectura no es solo una tendencia, sino una necesidad imperativa para el futuro.
