Be Casa de San Sebastián de los Reyes es un complejo habitacional de flexible living de enormes proporciones y ese era el reto a la hora de afrontar el diseño integral del mismo.
Con una fisonomía de carácter urbano de gran densidad, pero baja altura, se aglutinan diversas edificaciones articuladas por unos espacios públicos exteriores donde abunda la vegetación y un eje interior de zonas comunes donde se disponen diversos usos públicos para la comunidad que aloja el complejo.
Alfaro-Manrique Atelier ha sido el encargado del diseño integral del concepto, al igual que en el resto de Be Casa, de las zonas comunes, alojamientos, señalética y espacios exteriores. Ambos ámbitos, público y privado, demandaban estrategias diferentes, pero debían estar hilvanadas por un concepto global que diera coherencia al conjunto y que es el alma del proyecto, el buen vivir local, la escala, la cercanía, lo acogedor y un diseño contemporáneo y diferenciador.
Espacios comunes
En los espacios comunes que demanda una tipología como la que desarrolla Be Casa, han de primar dos aspectos que se van alternando secuencialmente, una mayor escala acorde al enorme flujo constante de personas y una menor escala que permita desarrollar actividades más íntimas individualmente o en pequeños grupos.
Así pues, los ámbitos comunes se disponen en cadena articulando todo el frente del edificio y ofreciendo un rico paisaje interior con juegos de escalas desde el ámbito de acceso y gran hall de recepción, hasta los espacios de coworking, salón social, gimnasio y cine alrededor de un ancho y abierto al exterior pasillo principal que sirve de lugar de encuentro.
El diseño
El lenguaje vinculado al diseño ofrece una narrativa que procura acercarse a la domesticidad en un ambiente más allá de lo urbano, cercano a lo natural para potenciar ese marco de oasis vinculado pero distante de la ciudad. Un paisaje interior donde priman los colores terracota, los grises, los filtros de lamas de madera y textiles en lino blanco, las pérgolas blancas que tamizan la luz, ofrecen privacidad, nos vinculan a un lenguaje donde la mediterraneidad que caracteriza nuestra forma de vida global, aporta ciertos matices y acotan las diferentes alturas de estos espacios.
El hall de acceso y su frente de celosía cerámica blanca ya nos dan pistas sobre la naturaleza del diseño interior del edificio. Con una altura de más de 6 metros, una enorme lámpara de madera suspendida sobre el espacio se dispone sobre un gran mueble de recepción circular en madera, ambas piezas diseñadas por el estudio Alfaro-Manrique Atelier. Este punto del edificio articula diferentes ámbitos. Por una parte, descendiendo por una amplia escalera a una cota inferior, el espacio de coworking en que se disponen sofás y mesas de trabajo sutilmente iluminadas envueltas en paramentos de cerámica y lamas circulares que van dotando de privacidad a los diferentes espacios.
El salón social
Desde el hall de acceso parte una calle interior bordeada de bancadas corridas de cerámica terracota vidriada de las que fluye la vegetación y que se introducen en el ámbito de salón social. El salón social es un enorme espacio que el usuario puede utilizar de muy diversas maneras. Tres elementos centrales, una barra, una tribuna escalonada y una gran chimenea y dos pérgolas en los laterales cubren la una un espacio de trabajo y la otra un ámbito de sofás. La estantería corrida iluminada, genera un rico espacio interior que hace de fondo cerámico y que se abre al espacio exterior. Nuevamente vuelven a destacar en este espacio las lámparas diseñadas por el estudio, al igual que la alfombra.
La calle interior nos acerca a diversas estancias de las que el usuario puede disponer privadamente a modo de pequeños salones con cocina para celebrar eventos. En la misma calle se ubica el cine, un espacio acondicionado acústica y lumínicamente siguiendo las trazas estéticas del diseño. Finalmente se dispone el gimnasio, abierto igualmente a los pórticos exteriores y a la piscina generándose una gran riqueza de espacios intermedios entre exterior e interior. En el gimnasio se han trabajado especialmente los paramentos verticales, techos y luminarias. Un espacio semiexterior con una piel de lamas de madera, armarios y espejos dispuestos de manera irregular por entre las que se disponen también ocasionalmente jardineras. Las grandes luminarias suspendidas compuestas de neón y círculos de absorbente acústico controlan la reverberación ambiente y limitan y permiten el control lumínico del espacio de gimnasio.
El alojamiento
Las unidades de alojamiento se han diseñado para ofrecer de manera neutra al usuario los usos necesarios. Espacios blancos y grises con un mobiliario en madera en la línea de los espacios comunes que permiten al usuario costumizar el propio espacio desde un lienzo suficientemente sofisticado y abierto. El diseño de las unidades son fruto de un pormenorizado estudio de los costes y la durabilidad de los materiales dadas las características del edificio.
En conjunto, la intervención de Alfaro-Manrique Atelier en el complejo habitacional Be Casa de San Sebastián de los Reyes ha dotado de una narrativa doméstica, luminosa y relajada a los interiores aportando sofisticación en la sintética reinterpretación de un lenguaje mediterráneo, así como controlando y pautando mediante recursos espaciales y formales la naturaleza del espacio existente y los usos que se disponen.
Fotografías: Subliminal (zonas comunes) y Guillermo Pozuelo (alojamientos y zonas comunes)
