Ubicado a escasos kilómetros de la ciudad de Albacete, este edificio proyectado por Iterare Arquitectos se integra como una extensión de la actual escuela infantil de Aguas Nuevas. Con formas que obedecen principalmente a las pocas estancias que alberga, el anexo se compone de dos volúmenes distintivos.
El primero, estrecho y alargado, se conecta con el edificio existente y alberga las piezas de acceso y servicio. Mientras tanto, el segundo, el principal, se eleva sobre el resto para ofrecer a los niños un nuevo tipo de espacio original y desconocido para el desarrollo de sus actividades.
El aula, destacada como el espacio más representativo del proyecto, se sitúa estratégicamente entre dos patios. Uno trasero, orientado al sur, destinado al juego de los niños, y otro delantero, ganado a la calle, donde la vegetación puede crecer libremente.
Este gran espacio está bañado por la luz que se filtra a través de dos grandes ventanales, permitiendo a los niños contemplar de manera inconsciente el movimiento de las sombras proyectadas por el edificio sobre sus superficies, capturando los cambiantes momentos del día con precisión.
En cuanto a la fachada, el edificio cumple con la normativa haciendo efectivo el retranqueo, construyendo además un nuevo asiento para los vecinos del pueblo de Aguas Nuevas. Este asiento se convierte en una suerte de banco que invita a la comunidad a disfrutar del entorno y ser testigos de la evolución arquitectónica que ha llegado a Aguas Nuevas.
Fotografías: David Zarzoso