En la ciudad de Baeza, en Jaén, un proyecto arquitectónico ha transformado la noción tradicional de vivienda al fusionar la restauración medioambiental con un diseño que considera las preferencias y hábitos de sus ocupantes: humanos, felinos y caninos.
El equipo detrás de este proyecto, AFAB (Aitor Frías Sánchez y Joaquín Perailes Santiago), se propuso restituir la condición de paisaje a la parcela, desafiando las convenciones de zonificación urbana que suelen priorizar parámetros como metros cuadrados y edificabilidad sobre la esencia original del territorio. Un estudio detallado de la fauna y flora autóctonas permitió diseñar la vivienda de manera que, una vez construida, contribuyera a la restauración de la rica biodiversidad paisajística del lugar.
La segunda premisa del proyecto era abordar un programa de vivienda complejo para dos ocupantes humanos, Alex y Lurdes, junto con sus singulares habitantes no humanos: seis perros, seis gatos y una Roomba. Un descubrimiento emocionante durante el proceso reveló las preferencias de los ocupantes, inspirando un diseño que ofrece espacios específicos para los amantes de la altura y la soledad, así como para aquellos que disfrutan de la fluidez y la vida al aire libre.
La distribución de la vivienda se planificó cuidadosamente teniendo en cuenta los desplazamientos de la Roomba, una entidad tecnológica crucial para mantener el espacio limpio y acogedor.
Este innovador diseño no solo incorpora medidas para promover la sostenibilidad ecológica, como la reutilización de aguas pluviales, estrategias pasivas para el control climático y el uso de energías renovables, sino que también redefine la coexistencia en el espacio arquitectónico. La casa se convierte en un lugar de co-habitación y asociación voluntaria de seres, demostrando que la arquitectura puede ser más que un refugio, sino un hogar verdaderamente integrado con la naturaleza y sus habitantes.
Fotografías de AFAB (Aitor Frías Sánchez y Joaquín Perailes Santiago)
