En un contexto marcado por la creciente evidencia de los efectos del cambio climático, la necesidad de abordar la deuda ecológica se convierte en una prioridad. Esta deuda, que abarca desde el ámbito personal hasta las industrias y el transporte, constituye la tercera causa principal de emisiones de dióxido de carbono (CO2).
Concretamente, en los hogares españoles, esta deuda se manifiesta a través de prácticas insostenibles que contribuyen al deterioro del entorno natural. Estas incluyen la antigüedad de las viviendas, un uso excesivo de recursos naturales y la generación desmesurada de residuos.
Para revertir esta situación, los resultados del I Observatorio sobre Vivienda y Sostenibilidad, llevado a cabo por la Unión de Créditos Inmobiliarios (UCI), una entidad especializada en financiación sostenible, revelan una discordancia entre la realidad del parque inmobiliario y la percepción de los españoles: un 82% de la población cree habitar en viviendas sostenibles.
1.- Eficiencia energética
Aproximadamente el 80% del parque edificado en España se considera ineficiente y que, además, la letra media del Certificado de Eficiencia Energética es la E. Por eso, la rehabilitación de los hogares se considera urgente desde la UCI, así como la llegada de los fondos Next Generation EU, una oportunidad para llevar esto a cabo. Sin embargo, el mayor freno que se hay ahora mismo para conseguir mejorar la eficiencia energética de los hogares, y en consecuencia, reducir su deuda ecológica, es el desconocimiento de los propietarios de las viviendas, ya que muchos de ellos ni si quiera saben que certificado de eficiencia tienen en casa.
2.- Aislamiento de las viviendas
Dos de los factores que más impacto tienen en el consumo energético, y por tanto, de recursos naturales, son la calefacción y el aire acondicionado. Para evitar que el aire salga de casa y entonces que se mantenga fría o caliente la vivienda es importante contar con un buen aislamiento unido a sistemas anticuados o mal utilizados para evitar generar un consumo excesivo.
Algunas de las medidas esenciales para lograr una temperatura adecuada son: revestir las paredes, hacer un uso adecuado de persianas y cortinas y mantener la vivienda a 21 grados en invierno y a 25 en verano.
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3.- Mejorar la eficiencia de los electrodomésticos
La reducción de la deuda ecológica se logra a través de pequeños gestos, como optar por electrodomésticos de bajo consumo, apagar dispositivos electrónicos en desuso, aprovechar la luz natural y utilizar bombillas LED.
En este sentido, la domótica o tecnología IoT también es una gran aliada para controlar y automatizar el uso de energía y optimizar el consumo de agua en las viviendas.
4.- Consumo consciente
En cuanto al desperdicio alimentario, se calcula que se tiran 7,7 millones de toneladas en nuestro país, de los cuales el 42% proviene de los hogares.
Así que, para reducir la deuda ecológica hay que cambiar los hábitos de consumo, favoreciendo productos y servicios sostenibles y respaldando empresas comprometidas con la sostenibilidad. Fomentar la economía circular y priorizar productos locales y de temporada también resulta crucial para lograr el objetivo.
5.- Gestión de residuos
La producción excesiva de residuos también es otro de los desafíos importantes a los que nos enfrentamos para reducir la deuda ecológica. Respecto a esto, cada habitante generó en 2022 alrededor de 473,3 kg de residuos, por lo que los hogares deberían realizar un reciclaje adecuado de los desechos, reducir el uso de productos de un solo uso, optar por envases y embalajes reutilizables y compostar los residuos orgánicos.
6.- Consumo responsable de agua
El riesgo por la escasez de agua en nuestro país es real. Y es que, el 74% de nuestro territorio está en peligro de desertificación con las comunidades autónomas y concretamente de Andalucía y Cataluña, según el borrador de la Estrategia Nacional de Lucha contra la Desertificación.
Además, según la estadística sobre el Suministro y Saneamiento del Agua que elabora el INE (Instituto Nacional de Estadística), cada hogar español consume una media de 133 litros de agua al día por habitante, una cifra que se dispara hasta los 265 litros según la Agencia Europea del Medioambiente.
Por ello, un consumo responsable es imprescindible actualmente. Los hogares deben cerrar grifos adecuadamente, revisar instalaciones, incorporar dispositivos de ahorro de agua y recoger agua de lluvia para riego. Esto contribuirá a evitar el derroche innecesario.
7.- Movilidad sostenible
El transporte es una fuente destacada de emisiones de gases de efecto invernadero. Algunas de las opciones de medios sostenibles que se pueden adoptar son algunas como caminar, usar la bicicleta en trayectos cortos y optar por el transporte público. Asimismo, elegir vehículos eléctricos o híbridos y favorecer el tren en lugar del avión para viajar contribuye a reducir la deuda ecológica.
Ante la urgencia de abordar la deuda ecológica, se hace necesario un cambio en nuestras conductas y elecciones diarias. La acción conjunta de individuos, comunidades y gobiernos es esencial para salvaguardar nuestro entorno y construir un futuro sostenible.
