Ubicado en el histórico barrio del Eixample en Barcelona, un antiguo edificio industrial ha sido meticulosamente rehabilitado para dar paso a las oficinas de la Fundación Bofill. El proyecto, liderado por GCA Architects, transforma la estructura de 1850 en modernos espacios de oficina diáfanos, manteniendo la esencia de la arquitectura industrial de la época mientras se adapta a los más altos estándares de eficiencia energética y diseño contemporáneo.
Este proyecto de rehabilitación va más allá de crear un simple espacio de oficinas. Los arquitectos de GCA Architects se enfocaron en preservar y restaurar elementos originales del edificio, revelando su rica historia acumulada durante décadas de transformaciones. Los muros de ladrillo y las vigas de madera han sido reforzados con adiciones de acero pintadas de gris oscuro, creando una armoniosa combinación entre lo antiguo y lo nuevo.
El equipo de diseño adoptó una estrategia que respeta los elementos originales mientras introduce elementos modernos que contrastan y realzan la estructura histórica. Las salas de reuniones, con materiales de tonos cromáticos neutros, preservan el protagonismo de los elementos originales, y la iluminación técnica y las instalaciones se integran de manera ordenada para destacar el ritmo y las ventanas del edificio.
El cliente, la Fundación Bofill, con una visión colaborativa y divulgativa, buscaba espacios flexibles capaces de adaptarse a diferentes escenarios. El resultado es un área multifuncional en la planta baja, equipada con paneles móviles y cortinas que permiten configuraciones libres para eventos. Además, la calificación A en eficiencia energética, respaldada por la instalación de 32 paneles fotovoltaicos, demuestra el compromiso del proyecto con la sostenibilidad y la reducción de su huella ambiental.
Con esta rehabilitación, el antiguo edificio industrial ha sido revitalizado como un espacio de oficinas vanguardista y sostenible. La combinación única de historia y modernidad crea un ambiente inspirador para el trabajo colaborativo y la innovación. La belleza minimalista y policromática del estuco original, revelada por la meticulosa restauración de las fachadas, agrega un toque distintivo a este nuevo hito arquitectónico en el corazón de Barcelona.
Este proyecto no sólo revitaliza un edificio histórico, sino que también celebra la dinámica interacción entre el pasado y el presente, entrelazando armónicamente el patrimonio arquitectónico y el diseño contemporáneo.
Fotografías de José Hervia