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“De la vida útil de un edificio, el aislamiento con lana mineral evita la emisión de 200 toneladas de CO2”

El objetivo principal de AFELMA, la Asociación de Fabricantes Españoles de Lanas Minerales Aislantes, es mejorar la calidad edificatoria en España, favorecer el bienestar y la calidad de vida de las personas y contribuir a un futuro más saludable y sostenible haciendo uso de la lana mineral. Analizamos de la mano de su presidente, Miguel Ángel Gallardo, las principales ventajas de su uso, tanto para el usuario como para el propio planeta.

—¿Cuáles son las características principales de las lanas minerales?

—Las lanas minerales (lanas de vidrio y lanas de roca) son materiales que aportan un gran valor a nuestras construcciones, ya que no sólo proporcionan un eficaz aislamiento térmico a partir de materias primas naturales abundantes en la naturaleza (arena o roca volcánica), sino que tienen un ciclo de vida respetuoso con el medio ambiente, representando un claro ejemplo de economía circular. Integran entre un 50% y un 75% de materiales reciclados y los propios recortes o sobrantes de un proceso de instalación pueden convertirse en un nuevo material aislante o en materia prima de otras industrias.

—¿Cuáles son los usos más comunes de las lanas minerales en la construcción y cómo contribuyen a mejorar el confort y la eficiencia energética de los edificios?

—A la hora de llevar a cabo una construcción de obra nueva o una rehabilitación, la adecuada elección de los materiales y su correcta instalación son imprescindibles para obtener las mejores prestaciones y alcanzar el nivel más elevado de eficiencia energética. Por ese motivo, las lanas minerales son el aislante térmico más eficaz. Funcionan como una barrera frente a la tendencia natural del calor al fluir hacia superficies más frías: por ejemplo, en épocas o climas cálidos, se mantiene el aire caliente fuera de la vivienda y se reduce así la demanda de aire acondicionado o ventilación; en épocas o climas fríos, se retiene el aire caliente en el interior y se evita así un gasto innecesario en calefacción; de esta forma, se incrementa el ahorro energético y económico y el confort, a la vez que se reduce la huella de carbono del edificio.

«La recomendación de AFELMA es que se aborde un plan de rehabilitación en profundidad y contemplando la construcción en su conjunto»

—¿Cuáles son los principales beneficios de utilizar lanas minerales como material de aislamiento en comparación con otros materiales disponibles en el mercado?

—Las lanas minerales están consideradas uno de los mejores aislantes que existen. Compuestas de materiales naturales, su uso en la construcción está muy extendido ya que, de hecho, es el material más usado en la UE, en países con normativa más exigente que la española. Proporcionan, además, aislamiento acústico y refuerzan la seguridad pasiva contra incendios. Son tres prestaciones en un solo producto, a lo que se suman que son reutilizables y reciclables. De hecho, las lanas minerales son un eficaz aislante térmico y al utilizarlas en la envolvente de un edificio pueden conseguir una reducción del consumo energético de entre el 50% y el 80%.

—¿Qué recomendaría a los profesionales de la construcción y a los propietarios de viviendas que buscan mejorar la eficiencia energética a través del aislamiento?

—En este sentido, la recomendación de AFELMA es que se aborde un plan de rehabilitación en profundidad y contemplando la construcción en su conjunto, desde la renovación de la envolvente del edificio hasta la consideración del ciclo de vida de dicho edificio, pasando por el confort y la salud de quienes residen o trabajan en su interior. Por este motivo, resulta clave la apuesta por materiales como las lanas minerales, que no sólo proveen de un eficaz aislamiento térmico a partir de materias primas naturales, sino que ofrecen un mejor aislamiento contra el ruido y refuerzan la seguridad frente a incendios.

«Las lanas minerales son un eficaz aislante térmico y al utilizarlas en la envolvente de un edificio pueden conseguir una reducción del consumo energético de entre el 50% y el 80%»

—¿Cuáles son las ventajas adicionales que ofrecen las lanas minerales en términos de seguridad frente a incendios y confort acústico?

—Las lanas minerales están reconocidas internacionalmente entre los profesionales de la construcción como el mejor aislante acústico, posibilitando reducciones de ruido de hasta 70 decibelios. Además, por su naturaleza inorgánica, las lanas minerales son incombustibles y protegen a las personas y bienes. Al entrar en contacto con el fuego no generan gases ni humos asfixiantes o tóxicos y presentan un alto grado de resistencia al paso del calor, incluso a elevadas temperaturas, formando una barrera que protege los elementos constructivos, contribuyendo a la seguridad pasiva de la edificación y aumentando la protección de personas y bienes.

—¿Cómo contribuye el aislamiento con lanas minerales a la reducción del consumo energético y las emisiones de CO2 en los hogares?

—En AFELMA hemos calculado que, de la vida útil de un edificio, el aislamiento con lana mineral evita la emisión de 200 toneladas de CO2. La misma cantidad que consumirían 200 árboles a lo largo del mismo periodo de tiempo. En definitiva, se trata de un material sostenible, eficiente e idóneo para el aislamiento de edificios, tanto de obra nueva como para proyectos de rehabilitación, gracias a sus propiedades de aislamiento contra el frío o el calor, el ruido y su capacidad de protección contra el fuego.

—¿Cuáles son vuestras recomendaciones para abordar un plan de rehabilitación del parque edificado en profundidad?

—Para cumplir con los objetivos marcados por Europa, España tiene que rehabilitar 1,2 millones de viviendas de aquí a 2030 (un total de 7 millones en 2050) y adaptarlas al modelo de eficiencia energética. España está ante un momento irrepetible para dar un salto en rehabilitación. Los fondos NextGenerationEU suponen una oportunidad única para impulsar una transformación a gran escala del parque edificado. Por ello, es fundamental que los programas de rehabilitación a nivel nacional, autonómico y municipal prioricen el aislamiento como la vía más rentable para disminuir la demanda energética, recortar las emisiones y elevar los niveles de confort en viviendas y centros de trabajo.

lana de roca
Lana de roca

—¿Qué ejemplos de éxito de rehabilitación energética podríamos tomar como referencia en otros países europeos?

—Sobre todo, en AFELMA proponemos buscar inspiración en iniciativas que se han demostrado eficaces en otros países que manejan fondos europeos en una cantidad parecida a la nuestra, y con un parque de edificios muy similar. Es el caso de Italia y su Superbonus 110%, un caso paradigmático de éxito, que sólo en su primer año natural dedicó en subvenciones a la rehabilitación de viviendas casi 8.000 millones de euros.

—¿Qué medidas considera necesarias para lograr una normativa edificatoria más exigente en España en cuanto a aislamiento y eficiencia energética?

—Nuestra posición viene reforzada por la reciente aprobación por parte del Parlamento Europeo de la revisión de la Directiva Europea sobre Eficiencia Energética en Edificios, estableciendo normas más exigentes: el objetivo de eficiencia energética se aumenta hasta el 11,7 % para 2030 y se duplica la obligación de ahorro energético anual. Es más, se hace un llamamiento expreso a las administraciones de cada estado miembro para que lleve a cabo una reducción del consumo anual de energía del 1,9 % y rehabiliten al menos el 3 % de los edificios públicos cada año.

En España, los edificios son responsables aproximadamente del 30% del consumo de energía final y de un tercio de las emisiones de CO2. El 90% del parque edificado fue construido antes del Código Técnico de Edificación y el 60% antes de que existiera ninguna normativa sobre eficiencia energética. En este sentido, AFELMA lleva tiempo trabajando con las autoridades para concienciar sobre la necesidad de edificar y rehabilitar mejor y estas son las tres ideas clave que reivindica: España tiene que rehabilitar 1,2 millones de viviendas de aquí a 2030 (un total de 7 millones en 2050) para cumplir con los objetivos de eficiencia marcados por Europa; la energía más sostenible y barata es la que no se consume. La reducción de la demanda mediante la incorporación de un buen aislamiento debe ser el punto de partida y los programas de rehabilitación a nivel nacional, autonómico y municipal deben priorizar el aislamiento como la vía más rentable para disminuir la demanda energética, reducir las emisiones y combatir la pobreza energética.

«Es fundamental que los programas de rehabilitación a nivel nacional, autonómico y municipal prioricen el aislamiento como la vía más rentable para disminuir la demanda energética»

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