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Protección pasiva contra incendios en los edificios: ¿Qué es y cómo funciona?

El riesgo de incendio es uno de los factores más críticos a considerar en la construcción de edificios. Lamentablemente, a lo largo del tiempo se han producido numerosas catástrofes provocadas por el fuego y la combustión de los distintos materiales empleados en la construcción. Por esta razón, la protección pasiva contra incendios es un aspecto crucial a tener en cuenta durante la fase de construcción, como se refleja en las diversas normativas sobre construcción en todo el mundo.

En cualquier tipo de edificio, la seguridad de las personas que lo habitan es una de las principales preocupaciones. Todos recordamos el incendio en el edificio Windsor ocurrido en Madrid en el año 2005, y que dejó al descubierto la importancia de contar con sistemas de protección contra el fuego eficientes y eficaces.

Cada vez se desarrollan nuevos materiales y sistemas de protección contra el fuego más avanzados, lo que ha permitido mejorar significativamente la seguridad en edificios.

Las medidas de protección pasiva contra incendios funcionan junto con los sistemas de protección activa contra incendios, como las alarmas contra incendios, los extintores y los rociadores.

En este artículo, te contamos qué es la protección pasiva contra incendios y los distintos métodos utilizados para conseguirla.

¿Qué es la protección pasiva contra incendios?

La protección pasiva contra incendios, conocida por sus siglas PFA, cumple con una función preventiva y es una parte integral de la seguridad de los edificios.

Las medidas de protección pasiva se refieren a los materiales, sistemas y técnicas, diseñados para prevenir la aparición de un incendio, impedir o retrasar su propagación y facilitar su extinción. Se denomina pasiva porque están actuando siempre, de manera permanente, sin requerir activación o intervención humana para funcionar.

El objetivo principal de la protección pasiva contra incendios es contener el fuego dentro de un área específica, dando tiempo a las personas para evacuar el edificio y proporcionando a los bomberos tiempo suficiente para extinguir el incendio.

Tipos de protección pasiva contra incendios

Existen diferentes tipos de sistemas de protección pasiva contra incendios que pueden incorporarse al diseño y a la construcción de edificios: protección estructural, compartimentación y tratamientos ignífugos.

1. Protección estructural

La protección estructural consiste en medidas destinadas a proteger los elementos estructurales del fuego.

Paredes y suelos resistentes al fuego:

Los revestimientos resistentes al fuego reducen la propagación de las llamas y del humo en caso de accidente.

La resistencia al fuego es una característica estructural de los materiales que se determina por su capacidad para mantener sus propiedades bajo la exposición al fuego durante un período de tiempo limitado, y se evalúa en función de distintos criterios de rendimiento. Durante un incendio, las temperaturas pueden alcanzar los 1000 °C, por lo que en lugares de especial riesgo, es necesario utilizar materiales con alta resistencia al fuego para garantizar el mayor tiempo posible de evacuación en caso de emergencia.

Sellados cortafuego

Los sellados cortafuego son necesarios para mantener el rendimiento contra incendios de los elementos de construcción como muros, forjados y techos. Es esencial sellar cualquier abertura o junta causada por la instalación de sistemas hidráulicos, eléctricos, de gas, climatización, etc. Si estas instalaciones no están selladas, pueden facilitar la propagación del fuego.

Además, las aberturas en las juntas sísmicas, de control o de dilatación entre los muros y/o entrepisos resistentes al fuego también deben sellarse correctamente con sistemas diseñados específicamente para garantizar la movilidad de la junta y la resistencia al fuego requerida por la normativa.

2. Compartimentación

La compartimentación, por su parte, incluye medidas destinadas a sectorizar un edificio en distintas áreas independientes, de manera que en caso de iniciarse un incendio en una determinada área se evite la propagación del fuego a otras áreas adyacentes. Algunas medidas de este tipo son:

Puertas cortafuegos

Las puertas cortafuegos permanecen cerradas durante un incendio para evitar la propagación del fuego y el humo conteniéndolos dentro de un área específica. Se construyen con materiales resistentes al fuego y están equipadas con mecanismos de cierre automático.

Compuertas cortafuegos

Las compuertas cortafuegos se instalan en los sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado (HVAC) para evitar la propagación del fuego y el humo a través de los conductos. Estas compuertas están diseñadas para cerrarse automáticamente cuando se detecta un incendio.

3. Tratamientos ignífugos

Los tratamientos ignífugos son técnicas que consisten en aplicar materiales resistentes al fuego a elementos estructurales como vigas y pilares de acero. Se utilizan para reforzar el aislamiento de las estructuras de un edificio para reducir los riesgos de derrumbe durante un edificio.

Pinturas y barnices ignífugos

Las pinturas y barnices ignífugos son productos que se aplican en la superficie de las zonas a proteger para mejorar su comportamiento frente al fuego. Existen dos tipos de pinturas: las intumescentes y las no intumescentes.

Las pinturas intumescentes son recubrimientos superficiales que, ante las altas temperaturas producidas por una llama, aumentan su volumen y forman una capa aislante que protege la madera.

Por otro lado, las pinturas no intumescentes están formuladas con materiales que, ante las altas temperaturas producidas por una llama, generan una interfaz química aislante.

Ventajas de la protección pasiva contra incendios

La protección pasiva es la más efectiva en la prevención de la propagación del fuego, pero no es suficiente para extinguir un incendio en su etapa inicial. Por el contrario, la protección activa es más efectiva en la detección y extinción del fuego en su etapa inicial, pero no puede prevenir la propagación del fuego.

Estas son las principales ventajas:

Minimiza el riesgo de propagación del fuego
Los sistemas de protección pasiva contra incendios están diseñados para evitar la propagación del fuego y el humo por todo el edificio. Esto ayuda a contener el fuego dentro de un área específica, minimizando el riesgo de que el fuego se propague a otras partes del edificio.

Proporciona tiempo para la evacuación

Los sistemas de protección pasiva contra incendios dan tiempo a las personas para evacuar el edificio en caso de incendio. Las paredes, puertas y otros sistemas resistentes al fuego ayudan a contener el incendio, dando a la gente tiempo suficiente para abandonar el edificio de forma segura.

Reduce los daños materiales

Los sistemas de protección pasiva contra incendios también pueden ayudar a reducir los daños materiales en caso de incendio. Las paredes y suelos resistentes al fuego pueden contener el incendio y evitar que se propague a otras partes del edificio, reduciendo la cantidad de daños causados por el fuego.

Reduce las primas de seguro

Las compañías de seguros suelen considerar que los edificios con sistemas de protección pasiva contra incendios son de menor riesgo. Esto puede resultar en primas de seguro más bajas para los propietarios de edificios.

Integración en el proceso de construcción

Una de las ventajas más destacadas de la protección pasiva contra incendios es su integración en el proceso de construcción, lo que implica la ausencia de elementos móviles y la falta de conexión a cualquier instalación. Esta independencia reduce significativamente el riesgo de fallos en el funcionamiento con un mantenimiento mínimo.

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