fbpx
InicioActualidadUna residencia rural en una construcción fortificada del siglo XVIII

Una residencia rural en una construcción fortificada del siglo XVIII

Villalba de los Barros es un pequeño pueblo del sur de Extremadura, en la comarca denominada Tierra de Barros; una enorme extensión de vides a lo largo de un paisaje suavemente ondulado que destaca por el color rojo intenso de las tierras arcillosas que le dan nombre. Sobre la planicie destaca la torre del antiguo castillo de Villalba, una construcción fortificada de los tiempos de frontera en la Reconquista, que domina el pequeño pueblo de pequeñas casas encaladas. Una de estas casas, quizá la más singular, ubicada en la plaza principal y construida en el siglo XVIII, es el punto de partida de uno de los últimos proyectos de Lucas y Hernández-Gil.

Lucas
© José Hevia

Se trata de una hospedería rural que se adapta con escrupuloso respeto a la arquitectura original, poniendo en valor y realzando todas las fortalezas originales perdidas con el paso del tiempo, pero también adaptando e incorporando el nuevo uso y sus requerimientos desde una perspectiva contemporánea. La casa, de dos plantas, posee una configuración típica, con tres crujías de muros de carga y bóveda extremeña en planta baja, se abre a la plaza de entrada, por un lado, y a un pequeño patio, por el otro. En este nivel se ha incluido toda el área social: zaguán, salón, cocina, comedor y patio. Se recuperaron los espacios originales, pero además se incluyeron nuevas aperturas hacia el patio y entre estancias para abrir así perspectivas y conseguir más luminosidad Desde un punto de vista material se ha empleado un mortero de cal en bruto en todas las paredes y pintura a la cal en las bóvedas.

El pavimento de barro original se había perdido por completo, pero el estudio acudió a alfareros de la zona que fabricaron artesanalmente nuevas piezas, de textura y vibración similar a los antiguos pavimentos. Solamente la disposición diagonal e irregular de los dibujos, en referencia especular de los techos, permite diferenciar y datar esta solería como contemporánea. El conjunto de dormitorios se ha llevado a la planta alta, un antiguo “sobrao” que se usaba como almacén y para curar matanzas. Este nivel se ha estructurado de nuevo casi por completo, pero tanto en las características de escala, acabados y mobiliario se ha querido mantener la atmósfera y carácter singular de la casa.

El objetivo del estudio, y el mayor logro en este proyecto, ha sido fundir la intervención con la arquitectura preexistente en un proceso de desocultación, desvelamiento en el que la mano de Lucas y Hernández-Gil casi desaparece para que cada elemento encuentre su orden natural.

Lucas0
artículos relacionados