Respeto al entorno y al medio ambiente, mejora del confort en nuestros hogares, concepto Passivhaus, perspectivas de futuro… Hablamos con José Almagro, CEO de Sto Ibérica, para conocer de cerca los valores que encarna la firma en su clara apuesta por «Construir a Conciencia».
Tras 15 años en territorio español y uno desde que se inaugurase la sede en Madrid ¿cuál es el balance de Sto en el mercado nacional? ¿Cómo se vislumbra este 2019 para la compañía?
Para nosotros, la región madrileña era un excelente punto estratégico a través del cual incrementar nuestra cuota de mercado hasta un 20% y afianzar la presencia de Sto en zonas como Madrid, Andalucía, Castilla-La Mancha o Castilla y León. Aunque ya llevamos 15 años en España, no ha sido hasta ahora cuando la construcción eficiente y sostenible, uno de nuestros principales mercados, ha ganado mayor presencia en nuestro país. A la delegación de Madrid, se suman otras cuatro sedes creadas anteriormente: Sant Boi de Llobregat (Barcelona), Gijón, Palma de Mallorca e Ibiza.
Así, este 2019 continuaremos con nuestro plan de crecimiento mediante la oferta de sistemas de aislamiento térmico de fachadas, revestimientos para exteriores e interiores, fachadas ventiladas, techos acústicos, reparación y protección de hormigón y revestimientos para suelos. Ahora que la nueva construcción y la rehabilitación eficiente ganan terreno, tenemos intención de conseguir cada vez mayor proyección.
Hablemos de sostenibilidad. Lo primero de todo, ¿cómo definirías este concepto en el ámbito edificatorio?
Es un concepto que abarca muchísimas variables. Yo siempre digo que la sostenibilidad en el ámbito de la construcción es un término que, en muchas ocasiones, está mal entendido. Se habla de una forma muy generalizada y, lo cierto, es que no hay una definición cerrada ni fija de las pautas que guían este tipo de edificaciones. Dependerá del tipo de proyecto del que estemos hablando, del país en el que esté ubicado… Así, la sostenibilidad se enfocará de diferente manera si estamos en España, en Chile o en Estados Unidos.
No obstante, en términos generales, diría que es un modo de construcción basado en el respeto al entorno y al medio ambiente.
¿Qué características básicas diría que debe cumplir un edificio para ser considerado sostenible
Siempre se habla de eficiencia energética como el único elemento que incluye un edificio sostenible. Y es que, normalmente, cuando se usa este concepto se hace referencia a una menor demanda energética, a edificios con altos niveles de aislamiento o a la promoción de instalaciones que busquen ahorrar (iluminación led, calderas de bajo consumo, uso de energías renovables para la producción de electricidad, etc.). Pero hay muchas otras características que un edificio sostenible tiene que cumplir: ambientes saludables, uso de materiales naturales, con bajo contenido de carbono o reciclados, adecuada elección de procesos constructivos, hábitos de conducta adecuados, optimización económica de recursos.
«Ahora que la nueva construcción y la rehabilitación eficiente ganan terreno, tenemos intención de conseguir cada vez mayor proyección»
El concepto Passivhaus empieza a ser más norma que excepción en muchas zonas europeas. ¿En qué punto se encuentra España en este sentido?
Efectivamente, ahora mismo es uno de los modelos constructivos que más peso y fuerza están cogiendo a nivel europeo por la obligatoriedad de adaptarse a la Directiva de Eficiencia Energética de Edificios, que establece la obligatoriedad de que todas las nuevas construcciones públicas sean de “consumo casi nulo” a partir de 2019, y que, a partir de 2020, cualquier nueva edificación tendrá que cumplir.
Este nuevo documento revisa las exigencias reglamentarias para que los edificios de nueva construcción reduzcan al mínimo su consumo energético, aumenten la calidad del edificio en general y de sus instalaciones, e incorporen energías renovables. O lo que es lo mismo: que presten mayor atención a su demanda energética y que se muevan en unas emisiones de CO2 con valores próximos a cero.
Para este propósito, el estándar Passivhaus es una de las mejores apuestas: su aplicación conlleva un menor consumo de energía, una reducción en las emisiones CO2, un ahorro económico a medio y largo plazo, la conservación de recursos, un uso activo y pasivo de energías renovables, el incremento del valor de las propiedades, una mayor conservación de edificios….
Sin embargo, a pesar de la influencia que está tomando esta forma de construir, muy pocos edificios de España cumplen con este estándar, llevándonos a un nivel inferior respecto a los países nórdicos de Europa, e incluso de otras regiones mediterráneas, donde esta certificación ya se encuentra totalmente adaptada. El motivo de esta enorme desventaja es la desinformación al respecto que existía hace apenas una década y a los escasos requerimientos que presentaba la normativa de construcción en relación al aislamiento y a la calidad del aire interior.
En este sentido, la construcción pasiva es una de las grandes apuestas de Sto. De hecho, formamos parte de la Plataforma de Edificación Passivhaus, asociación sin ánimo de lucro que promueve los edificios pasivos de España.
¿Diría que el consumidor español actual está dispuesto a adaptar sus hogares para hacerlos sostenibles?
No me cabe duda. Poco a poco, el conocimiento sobre sus beneficios – la reducción del gasto energético de su vivienda, la mejora de su confort y de su salud, la optimización del entorno urbano en el que viven, el aumento del valor patrimonial de su propiedad, el incremento de la durabilidad del inmueble…- va inclinando la balanza. Esto sin contar que la concienciación sobre el cambio climático es mucho mayor.
Desde Sto, como expertos en soluciones y elementos para la construcción sostenible, estamos percibiendo un gran interés en el tema del aislamiento térmico por sus múltiples ventajas. Es la mejor inversión para conseguir el confort del hogar, actuando, además, de forma responsable con el medioambiente.
Económicamente, este elemento puede llegar a suponer un ahorro de hasta un 60% en costes energéticos y, desde un punto de vista sostenible, un buen sistema de aislamiento puede conllevar un ahorro de energía anual de 16 millones de toneladas menos de gas de combustión. En un plazo de más de 60 años, esta solución supondría una reducción de emisiones de más de 110 millones de toneladas de CO2 y 35 mil millones de litros de gasóleo de calefacción. Por ejemplo, los sistemas de aislamiento térmico de Sto instalados hasta la fecha desde el origen de la compañía han ahorrado 69 mil millones de litros de combustible en calefacción.
Como especialistas en aislamientos térmicos para fachadas, ¿qué papel juega Sto en el panorama constructivo?
Los últimos datos facilitados por el Instituto para el Ahorro y la Diversificación Energética (IDAE), confirman que la calidad energética de nuevas edificaciones ha mejorado en los últimos cuatro años. Una tendencia que, por supuesto, mejorará al empezar a certificarse los inmuebles construidos bajo el nuevo Código Técnico de la Edificación.
En este sentido, nuestro nicho de mercado juega uno de los papeles más importantes en este proceso. Disponer de un buen aislamiento térmico, el uso de productos o materiales naturales, la adecuada elección de procesos constructivos o la salubridad de espacios interiores son algunos de los elementos más importantes en este tipo de edificaciones y, en este sentido, nosotros somos los mejores proveedores. Contamos con 60 años de experiencia, disponemos de 30.000 productos y 150 patentes y desarrollamos soluciones avanzadas que se adaptan en todo momento a las necesidades de arquitectos, operarios, clientes y promotoras. La investigación y el desarrollo tienen un gran valor para Sto. Creamos productos innovadores, seguros y resistentes, y los vamos mejorando continuamente.
«Alrededor del 3% de nuestro volumen de negocio lo invertimos en I+D»
¿Qué productos de vuestro portfolio destacarías para ayudar a que nuestros edificios sean rehabilitados correctamente?
Nuestra gama de productos abarca desde elementos de fachada e interiores, hasta soluciones de acústica, revestimiento para suelos, reparación de hormigón e, incluso, herramientas de construcción.
A este respecto, destacaría nuestros sistemas más veteranos, StoTherm (SATE), StoVentec (fachadas ventiladas), StoSilent (acondicionamiento acústico) o las pinturas y revocos para fachadas e interiores. Todos ellos comprenden una amplia gama de productos con características concretas y se adaptan a determinados espacios o tipos de construcción.
Por destacar alguno más innovador, tenemos StoColor Dryonic, una pintura para fachadas inspirada en el escarabajo del desierto de Namibia, haciendo posible, gracias a sus componentes, que el agua que se condensa en la fachada por la lluvia, el rocío o la niebla desaparezca en un abrir y cerrar de ojos.
Asimismo, contamos con StoColor X-black, otra pintura de fachada con base de acrilato puro reflectante del calor con tecnología NIR (reflexión infrarroja cercana), que, en contraste con los pigmentos convencionales, consigue un 20% de reducción en la temperatura de superficie, contribuyendo activamente a reducir el “fenómeno de isla de calor” en las aglomeraciones urbanas.
Como comentaba, en Sto no paramos de innovar y trabajar diariamente en labores de mejora, con equipos de medición y ensayo avanzados. Alrededor del 3% de nuestro volumen de negocio lo invertimos en I+D con dos objetivos: mejorar continuamente los productos existentes y fabricar productos nuevos que creen tendencia y causen pequeñas revoluciones en el mercado.
