Con motivo de nuestro evento NAN Sosteniblidad en mayo de 2024, tuvimos el placer de reunir en una mesa redonda a tres destacados profesionales del ámbito de la arquitectura y la construcción sostenible: Eduardo Gutiérrez, cofundador de ON-A; Jesús Gallego, cofundador de Adoras Atelier Arquitectura; y Guillermo Hornero, CEO de PAE Construcción Passivhaus-ECCN. La conversación, moderada por Lorena Remacha, Consultora de Comunicación de NAN, se centró en los desafíos actuales para implementar prácticas sostenibles en el sector, el papel de la normativa y la innovación tecnológica.
Normativas, burocracia y densidad urbana
Eduardo Gutiérrez comenzó resaltando que el sector de la construcción es responsable del 40% de las emisiones de CO2, lo que coloca a los arquitectos en una posición de gran responsabilidad en la lucha contra el cambio climático. Subrayó la importancia de nuevas normativas y herramientas como el EEDLE, la taxonomía europea y el marco Levels, que permiten controlar y reducir el impacto medioambiental de los proyectos. También destacó la necesidad de transmitir estos temas a los clientes, quienes, según él, a menudo no son conscientes de las implicaciones ambientales de sus proyectos. Afirmó que la sostenibilidad no solo es una obligación, sino una oportunidad económica y social, ya que los beneficios para los usuarios y el entorno son inmediatos.
Jesús Gallego ofreció una visión crítica sobre cómo se está manejando la sostenibilidad en el sector, refiriéndose a la tendencia del “cinismo ecológico”, donde se etiqueta todo como sostenible sin un análisis profundo de su impacto real. Defendió la idea de que la sostenibilidad no debe limitarse a los aspectos técnicos, sino también al diseño y la calidad de vida que la arquitectura ofrece. Jesús se centró en la necesidad de repensar las ciudades y la densidad urbana, poniendo como ejemplo modelos de viviendas colectivas donde los espacios compartidos permiten optimizar recursos y mejorar la cohesión social. Gallego también abogó por una arquitectura que no solo sea eficiente, sino también estética y duradera, destacando que lo «bello no se destruye» y tiene un valor intrínseco que contribuye al bienestar de las personas.
Guillermo Hornero, experto en construcción pasiva, compartió su preocupación sobre cómo la normativa, aunque existente, no se está implementando de manera efectiva debido a trabas burocráticas. Según Guillermo, tanto los técnicos como los arquitectos y los fabricantes están preparados para adoptar prácticas más sostenibles, pero los procesos administrativos están frenando el progreso. También destacó la importancia de hacer que las normativas favorezcan la inversión en edificios más sostenibles, sugiriendo que aquellos que contaminan menos deberían beneficiarse de incentivos fiscales. Además, señaló que la sostenibilidad no solo implica reducir emisiones, sino también mejorar la calidad de vida de los habitantes de los edificios, promoviendo una mayor salud y bienestar en los espacios construidos.
El futuro de las ciudades
Sobre el futuro de las ciudades, Eduardo, Jesús y Guillermo coincidieron en que la densificación y la mezcla de usos son fundamentales para diseñar ciudades más sostenibles. Eduardo puso de ejemplo ciudades asiáticas donde los edificios combinan diferentes usos, y defendió la necesidad de flexibilizar normativas obsoletas que no permiten un uso óptimo del espacio urbano. Jesús, por su parte, habló de la importancia de recuperar el espíritu de comunidad de los pueblos tradicionales, donde los recursos se compartían y los espacios eran densos y eficientes, un modelo que, según él, debe ser recuperado para las ciudades del futuro. Guillermo añadió que el modelo actual de ciudades necesita urgentemente adaptarse a los cambios sociales y culturales, y subrayó la necesidad de que las urbes sean autosuficientes en la producción de energía y en la gestión de recursos.
El avance de la construcción industrializada
Finalmente, sobre el avance de la construcción industrializada, los tres profesionales reconocieron su potencial, pero también sus desafíos. Guillermo Hornero destacó que la verdadera innovación en la construcción no vendrá solo de los nuevos materiales, sino de la aplicación de una ingeniería de procesos que optimice los recursos, minimice residuos y permita la fabricación en serie de componentes de construcción, siguiendo el modelo de otras industrias como la automotriz.
Eduardo Gutiérrez, sin embargo, señaló que el principal obstáculo para la adopción de la construcción off-site en pequeñas constructoras es la falta de financiación adecuada. Reclamó cambios en los modelos de financiación para que los bancos reconozcan el valor de los componentes que se fabrican en planta antes de ser montados en obra.
Jesús Gallego, por su parte, hizo un llamamiento a que las tecnologías colaboren entre sí, evitando sistemas cerrados que limiten las posibilidades de integración. También expresó su entusiasmo por la impresión 3D en la construcción, la cual vislumbra como una solución para el futuro, permitiendo la fabricación de viviendas a escala local y con mayor personalización.
Los tres participantes coincidieron en que el futuro de la arquitectura y la construcción sostenible requiere un replanteamiento profundo de las normativas, la implementación de tecnologías que faciliten la industrialización, y la creación de ciudades más densas, equitativas y sostenibles.