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Proyectos de paisajismo (II): El control sobre el agua en los jardines

TEXTO: Daniel Valera. Dstudio. @DstudioDValera

Seguimos con la serie de artículos en los que explico las herramientas que tenemos los paisajistas para hacer de nuestros jardines espacios de diseño, tecnológicamente avanzados y, lo más importante, sin entrar en conflicto con el medio ambiente.  El agua es un recurso limitado, el cambio climático golpea a nuestro país con más fuerza cada año y las restricciones de agua ya son un hecho en ciertas zonas de la Península. Un jardín debe ser un espacio para disfrutar y relajarse, pero tener un control sobre el agua que consume puede además convertir nuestros jardines en espacios en armonía con el medio ambiente.

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Los paisajistas tenemos dos maneras de controlar el consumo de agua en nuestros proyectos: por una lado la disminución del consumo de agua directamente en nuestras instalaciones y, por otro, la recogida y aprovechamiento de aguas no consumidas, ya sea recogiendo las aguas grises de nuestra vivienda o el aprovechamiento del exceso de agua de riego.

La reducción del consumo de agua de un jardín va directamente ligado al tipo de plantas utilizado. El uso de plantas autóctonas o especies de bajo consumo de agua reducirá nuestros consumos anuales, ya que este tipo de plantas están totalmente adaptadas a los patrones de lluvia de nuestro país.

El tipo de riego proyectado también influye en estos consumos. Un riego por aspersión o por difusión es menos eficiente, produce mayor evaporación del agua que, por ejemplo, un sistema de riego por goteo localizado. Las interminables praderas de césped a las que estamos habituados tanto en jardines como en espacios públicos tienen sus días contados y cada vez son más los proyectos de paisajismo que incluyen alternativas al césped.

jardin daniel valera 2En nuestro estudio, sin ir más lejos, investigamos con nuevas variedades de plantas tapizantes que hacen las funciones de césped en los jardines, reduciendo considerablemente el mantenimiento de los jardines y los consumos de agua. Especies como la Lipia, la Dichondra o el Sedum son ya habituales en nuestros proyectos. Existen otros factores que influyen directamente en el consumo de agua de nuestros jardines, como vimos en el primer artículo, la textura del suelo influye sobre la disponibilidad de agua para las plantas. La creación de espacios de sombra dentro del jardín reduce la evaporación de agua disponible en el suelo en los días de verano o simplemente el hecho de proyectar una pradera en una zona de semi-sombra podría reducir la factura del agua considerablemente.

El aprovechamiento del agua residual es todavía una tarea pendiente en la mayoría de jardines. La recogida del agua de lluvia es una buena opción, pero se trata de una inversión poco atractiva en ciertas zonas de nuestro país debido a la disminución de los índices de pluviometría. ¿De qué nos sirve tener un depósito de 20.000 litros en nuestro jardín si apenas llueve para llenarlo?

Otro tipo de agua que en ocasiones se desperdicia sin sentido es el agua sobrante del sistema de riego del jardín. Si por necesidades del diseño se requiere la plantación de una pradera de césped de alto consumo de agua, un buen sistema de recogida de agua bajo el suelo podría reutilizar todo el agua sobrante en futuros riegos, reduciendo así el consumo neto siempre que se tenga un buen control sobre la conductividad eléctrica del agua que podría aumentar debido al uso de abonos y sustratos enriquecidos.

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