El pasado lunes 2 de octubre se celebró el Día Mundial del Hábitat (World Habitat Day), el cual fue instaurado por la Asamblea General de la ONU para reflexionar sobre el estado de nuestros pueblos y ciudades y sobre el derecho básico de todos a una vivienda adecuada. Asimismo, esta fecha también ha tenido la intención de recordar al mundo que todos tenemos el poder y la responsabilidad de moldear el futuro de nuestras ciudades y pueblos.
Cada año, el Día Mundial del Hábitat asume un nuevo tema para llamar la atención sobre el mandato de ONU-Hábitat de promover políticas de desarrollo sostenible que garanticen una vivienda adecuada para todos. Ese mismo día, la Unión Internacional de Arquitectos, la cual representa a 1.300.000 arquitectos de todo el mundo, celebró el Día Mundial de la Arquitectura 2017, “Acción contra el cambio climático”.
La amenaza del cambio climático es real. La vertiginosa urbanización y el incremento del sector de la construcción han elevado notablemente nuestro consumo de energía de combustibles fósiles y la emisión de gases de efecto invernadero. Por ello, la UAI ha hecho un llamamiento a todos los arquitectos y organizaciones de arquitectura de todo el mundo para luchar contra los efectos del calentamiento global sobre el medio ambiente y las personas.
Los desafíos ambientales requieren un nuevo modo, más responsable y sostenible, de concebir la ordenación del territorio, el urbanismo y la arquitectura de la ciudad. En esta línea, el sector de la edificación debe reconocer su responsabilidad e influencia en el calentamiento global y cambiar los criterios para diseñar los nuevos edificios o renovar los ya existentes para reducir su impacto negativo en el medio ambiente.
A nivel mundial, los edificios son responsables del 41% del consumo anual de energía y hasta un 30% de todos los gases de efecto invernadero (GEI). En conjunto, el Sector de la Construcción es responsable de un tercio del consumo de recursos de la humanidad, incluyendo el 12% del consumo total de agua dulce, y produce hasta un 40% de nuestros residuos sólidos.
Saint-Gobain Isover trabaja día a día en el desarrollo de soluciones constructivas que respetan el medio ambiente y que tienen en consideración la eficiencia energética. Una tonelada de lana de vidrio instalada evita 6 toneladas de emisiones de CO2 al año. Una vivienda eficientemente aislada emite 2 kg de CO2 por m2 al año, frente a los 60 kg de CO2 por m2 al año que emite una vivienda sin aislamiento.
Tener en consideración estos aspectos de eficiencia energética no significa necesariamente que tengamos que renunciar a nuestro nivel de calidad de vida, se trata de emplear los recursos de una manera más eficiente. Y es en este sentido en el que Saint-Gobain Isover se implica, desarrollando sistemas de aislamiento eficientes y que además de mejorar nuestra calidad de vida y proporcionarnos confort, respetan el medio ambiente considerando todo el Ciclo de Vida del Producto, desde la extracción del material hasta el proceso de reciclado (final del producto). Por cada m2 de lana de vidrio instalada se ahorra 170 veces la energía que se usó en su fabricación y 160 veces el CO2 equivalente que se emitió en dicho proceso.